Vuelven Wario y sus gamberradas
Wario es desde luego uno de los personajes más carismáticos de Nintendo, más allá de ser el alter-ego de Mario, y desde la época de Game Boy ha protagonizado una larga lista de títulos, siendo sus apariciones más destacadas la serie Wario Land (en contraposición a Super Mario Land) y WarioWare, su pequeña saga de microjuegos que ahora suma una nueva entrega, siendo el debut de ésta en Nintendo 3DS. Tras la genial entrega de WarioWare D.I.Y para Nintendo DS, ¿estará su secuela (indirecta) a la altura?
Una de las mayores novedades que introduce esta nueva entrega es un Modo Historia, aunque lógicamente es un pretexto para recalcar aún más las cualidades que hacen de Wario ese personaje carismático, como su avaricia o su particular humor. Será la primera de ellas en torno a la que gire esta reducida campaña, en la que Wario organizará un torneo de minijuegos para hacerse literalmente de oro (cobrando la entrada a 10.000 monedas, cantidad de la que dispondremos al iniciar nuestra partida) y sirviendo así de presentación para los minijuegos, que se dividen en 3 categorías principales, según el control que requieran: Botones (Cruceta y A), Táctil (Pantalla táctil de la consola) o Giro (Control por movimiento, gracias al giroscopio integrado, y el botón A en algunas ocasiones).
Estas tres categorías reciben el nombre de Ligas, y a su vez se dividen en series de minijuegos, seleccionados en esta ocasión por temática (Vida Cotidiana, Deportes, Nintendo y Fantasía, además de una ronda preliminar) que gestiona cada uno de los personajes ya habituales de la saga: Jimmy T, Mona, Dribble y Spitz, 5-Volt, Penny, 18-Volt, Dr. Crygor, Ashley y Red, Kat y Anna, 9-Volt, Cricket y Mantis, y por último, Orbulon. Aunque las categorías se repitan en las diferentes Ligas, no lo harán así los minijuegos, de los cuales podremos ver unos 200 al acabar estas tareas, ya que no todas las veces veremos los mismos cada vez que juguemos.
Junto a estos minijuegos, cada vez que comencemos y finalicemos una de estas etapas, podremos ver un vídeo diferente protagonizado por uno o varios de los personajes antes mencionados, reforzando levemente el aspecto más puramente narrativo del juego, pero que en cualquier caso parece más una oportunidad desaprovechada, ante la posibilidad de dar al personaje de Wario una mayor profundidad, así como al resto del universo que le rodea. Si embargo, desde Intelligent Systems parece que han optado por una fórmula completamente árcade, que encaja con el conjunto de minijuegos en torno al que gira WarioWare Gold. Una vez acabemos con el modo campaña (tarea que nos llevará un par de horas), tendremos desbloqueado por completo el resto del juego, con los modos Índice, Desafíos, Misiones y Dispensabolas a nuestra disposición, de manera que tendremos contenido para rato, si es que deseamos dedicarle más horas al título.
Una mejora técnica a medio camino
A nivel técnico, podemos hacer una diferenciación clara entre aquellos minijuegos que siguen el estilo de las anteriores entregas (muchos de ellos incluso siendo totalmente reciclados de otras entregas de la saga) y aquellos totalmente nuevos, dejando algunos de ellos atrás la perspectiva 2D e incluyendo elementos tridimensionales que, si bien tienen una escasa influencia en la jugabilidad, suponen un soplo de aire fresco a las series de minijuegos. Uno de los factores que suponen una mejora es la inclusión del giroscopio, funcionalidad nueva en Nintendo 3DS frente a su veterana predecesora, a la hora de interactuar con el contenido, pero que por otro lado se deja varios posibles añadidos en esta categoría.
El uso de la cámara (tal y como se hace en la aplicación preinstalada en la consola, Atrapacaras) o un uso parcial de la función 3D de la consola son opciones que se han dejado de lado, y podrían haber dado lugar a nuevas posibilidades y situaciones cómicas. Porque si sobre algo se sostienen todos los juegos de Wario es sobre su humor absurdo y sencillo, pero tremendamente eficaz. Además, el hecho de que todas las cinemáticas se hallen completamente dobladas al castellano ayuda a potenciar este factor, al igual que la cantidad de minijuegos incluida en el cartucho, unos 300 en total, con todo tipo de contextos, a cual más loco.
Y pese a que todo parece perfecto acerca de WarioWare Gold, la ausencia del editor de minijuegos que hizo de la entrega D.I.Y algo especial es la guinda del pastel que no se ha incluido para hacer de esta la entrega definitiva de la serie. Solo de pensar la infinidad de contenido que habría aportado un editor idéntico al de Nintendo DS, ya sin tener en cuenta las nuevas posibilidades gracias a la potencia extra de la consola. El hecho de que el juego (que, asumámoslo, y sin intención de desmerecer en absoluto el trabajo de Intelligent Systems, no requiere los mismos recursos que otras licencias de Nintendo) se haya lanzado al final de la vida útil de la consola puede implicar que sea un lanzamiento para suplir la falta de novedades de la portátil en estos meses.
Más no siempre es mejor
WarioWare Gold supone un paso en una buena dirección, añadiendo mucho más contenido a una base ya de por si de calidad, pero perdiendo la función que más posibilidades otorgaba, lo cual me me hace ver que la dirección no es la idonea, sin dejar de ser por ello un mal producto. Recomendable, pero a la vez con margen de mejora.
Este análisis se ha realizado con una copia para Nintendo 3DS adquirida por la propia redacción.