"Joder, mierda. Otra vez aquí. El peor sitio del mundo, Gay Bay."
Personalmente creo que he pasado por muchos videojuegos. He jugado a diferentes títulos, algunos de los cuales me han dejado peor o mejor como persona (metafóricamente). Juegos en los que debes exprimir tus capacidades neuronales a tope o juegos donde simplemente debes tener buenos reflejos sin plantearte grandes estrategias. Sin embargo, la industria no solo se divide en esos dos pilares, pues también hay más variantes. Claro, variantes o mejor dicho, lo que resulta complicado de clasificar de algún modo, pero tienes que hacerlo porque el videojuego se va a lanzar oficialmente…
Mira que soy un jugador que no vive de ‘ping-pong’; usualmente oscilo entre dos o tres títulos como mucho. Estoy abierto a cualquier género, temática o cualquier otra característica que pueda clasificar a una producción. No obstante, debo reconocer que a veces me pregunto: “¿por qué estoy jugando a esto? o ¿tiene sentido a lo que estoy jugando ahora mismo?. Y buscando respuestas a esas preguntas, algo de dentro de mi me dice que sí. Que realmente son experiencias positivas, aunque sean algo extrañas por lo tanto es algo que vale la pena.
Aunque, hasta ahora, hasta este momento en el que estoy escribiendo esto, sigo preguntándome si alguna vez he deseado poder masturbarme en un videojuego. Y no solo eso. También surge la duda existencial, de si realmente quise agredir a varios policías mientras estaba correteando por allí vistiendo unos míseros boxers… Supongo que sí. Porque Wanking Simulator me dio la oportunidad de poder hacer lo que estaba retenido dentro de mí, pero sin sufrir consecuencias. Mr. Ciastku el actual desarrollador polaco de este juego, le dio un nuevo enfoque a los títulos del tipo Goat Simulator. Ese enfoque es el de un ‘simulador de masturbación’. De matarse a pajas.
En Wanking Simulator no encontraremos lógica. Desde luego que no, queridos míos. Encontraremos absurdeces y tonterías a punta pala. Pero antes de pasar a los detalles, me gustaría explicar un poco el argumento del título. Se trata de una historia llena de venganza y dolor. Un hombre derrotado que vuelve a por lo que le pertenece: su casa. Gay Bay, es una ciudad llena de corrupción, terroristas y falta de ley. Sin embargo, parece que todos conviven en paz, hasta que llega al pueblo… nuestro protagonista. Él, sus boxers y su sed de masturbación, harán que esta aventura sea inolvidable para muchos jugadores.
Aunque aquí no acaba la diversión del simulador de masturbación. Pues este deja a nuestra disposición varios modos de juego. Un modo historia, un modo sandbox, modo desafío, modo arena e incluso un modo parkour con bases de trap de fondo. Si este juego no lo tiene todo, no sé qué título lo tiene. Pero si creíais que aquí se acababa, estabais muy equivocados. Wanking Simulator nos bendice incluso con un contenido descargable gratuito el cual es Wankhan DLC. No sé si os suena Wuhan y la pandemia del COVID-19… pues el desarrollador del título pensó que era buena idea sacar un DLC sobre este asunto en un videojuego absurdo sobre pajas y destrucción loca.
Pero volviendo al tema de los modos de juego, estos no es que sean la gran revelación del año. Tanto los modos historia y desafío como el sandbox, son iguales, solo que en los dos primeros tenemos unos objetivos que superar. Después, disponemos de un modo arena el cual es exactamente lo que dice ser. Una arena bastante amplia donde nos atormentan oleadas de mujeres con pasamontañas y a las que tenemos que derrotar. Y como la última ‘diversión’ de los modos, está el parkour. En esos niveles, nuestro objetivo es ir saltando de obstáculo en obstáculo mientras vamos ralentizando el tiempo y derrotando a los enemigos para poder llegar hasta el final.
Todo bastante sencillo hasta ahora, pero… ¿Y qué hay de la jugabilidad en general?, os preguntaréis. No hay mucho. Wanking Simulator no está demasiado bien logrado a la hora de desarrollar mecánicas o jugabilidad alguna. Nos sueltan en un mapa con modelos de peatones y policías, nos ponen objetivos y algunas ‘tiendas’ para comprar drogas, habilidades pajeras y armas. La verdad es que después de dar algunas patadas y reventar medio pueblo a base de machetazos y proyectiles de fuego, el título se vacía. De alguna forma me recuerda un poco a Postal 2. Ahí también era todo muy anárquico pero al menos el propio juego te dejaba las cosas claras y daba gusto jugar.
En realidad hay algunas misiones como robar una biblia y matar con ella a cinco personas o robar libros, o documentos que son bastante básicas… No voy a mentir, pues después de una hora y media de juego, todo se hace bastante aburrido. Además, el título no explica demasiado bien varias cosas como por ejemplo: cómo eyacular. Se supone que es una de las atracciones principales del juego y este no te deja claro nada sobre ello. Simplemente deja un medidor de ‘espermoarsenal’ y una animación de masturbación. Nada más.
A Wanking Simulator aún le faltan unos cuantos meses de trabajo para funcionar, al menos, como mero entretenimiento, por más que se esconda bajo la socorrida premisa del ‘juego chorra’.
Todo ese vacío que deja en el jugador de ‘te lo dejo todo ahí con algo de maquillaje y a divertirse’ es como dejarle a un niño de dos años una batidora: se va divertir con lo que le dejas, a su manera, pero no como realmente debería hacerlo. No sé si con ese ejemplo lo dejo claro, pero creo que es lo más acertado que ahora mismo se me pasa por la cabeza. Al fin y al cabo no todo es hacer gracia con modelos de John Dick (parodia a John Wick), hombres-baguettes y la posibilidad de tomar drogas como LSD.
No es ni el primer ni el último título en el que se pueden hacer muchas de las cosas no del todo éticas. De alguna forma, parece un juego que pueda tener cierto futuro (aunque no dure años), pero únicamente si se trabajan a tiempo un poco mejor todos esos detalles molestos. Y, como anotación, aunque sea un título cómico y cachondo, no sé hasta qué punto es sano o moralmente correcto añadir al juego contenido sobre el coronavirus. Entiendo que la polémica pueda sentar bien al éxito de cierto producto o servicio, pero no creo que este título esté en condiciones de hacerlo. Pues lo único que han hecho es crear un nivel con un ambiente asiático y ya está. Todo lo demás es igual que el resto del juego.
Cachondeo bien pensado, pero poco trabajado
Resumiendo, Wanking Simulator tiene pinta de haberse creado corriendo en algunos aspectos. Sin embargo quedan otras características que si se terminan de trabajar del todo y sobre todo se añade un método de ayuda/orientación mejor para el jugador – el producto puede acabar siendo lo que pretende ser. Sin embargo, por otra parte, me alegra que incluso hoy en día en la era de ‘snowflakes’, se siga haciendo creaciones así de polémicas. Producciones, las cuales hay que apoyar a su manera, pero también hay que saber criticarlas.
Este análisis se ha realizado con una copia cedida por Ultimate Games S.A.