La compañía, sinónimo de innovación
El 3 de marzo llegó al mercado la nueva consola de la gran N, Nintendo Switch. Tras su anuncio, meses atrás, no estaba nada convencida de hacerme con una ya que esperaba un regreso que dejara a un lado el proyecto Wii y fuera más parecido a lo que experimentamos con GameCube. Sin embargo, no pude resistirme al concepto de consola portátil y de sobremesa y ahora estoy completamente enamorada de ella. Un híbrido que no será la máquina más potente del mercado pero sí es la que más versatilidad y opciones ofrece.
Lo que me une a Nintendo es un lazo realmente fuerte. La marca japonesa me descubrió los videojuegos con su mítica NES y el indeleble Super Mario Bros, desde ese momento nada sería igual para mí. Me pasaba los días con las manos pegadas al mando en cuanto volvía del colegio y en Battletoads aprendí a canalizar la frustración. Continué con Game Boy Color capturando Pokémon o disfrutando de Toy Story y seguí mis andanzas con GameCube y la amplia oferta de juegos de Star Wars que se gastaba. Llegó Wii y al probarla me sentí muy lejos de lo que había experimentado durante todos esos años. Nos habíamos perdido, dejamos de entendernos, pero siempre hay tiempo para una segunda oportunidad.
Tras estos años de tomarnos un descanso la una de la otra me he dado cuenta de todo lo que me he perdido durante mi ausencia. Títulos como Bayonetta y su segunda parte, Splatoon, Donkey Kong Country Returns, varios títulos de Zelda y decenas de títulos de Mario y compañía. Sin embargo, nos hemos reconciliado, Nintendo Switch me caló hasta los huesos desde el mismo día de lanzamiento y parece que vamos a poder recuperar todo el tiempo perdido. Hemos sabido perdonarnos y volver a instaurar esa confianza tan necesaria, he vuelto a apoyarme en ella y muchas tardes sus joy-con han sido mi mejor método de evasión al mostrarme mundos que jamás habría imaginado.
No hay ninguna duda, Nintendo es sinónimo y símbolo de innovación. Forjan ideas nuevas, conceptos de hardware, videojuegos con personalidad propia e incluso van más allá. Lo último es el anuncio de Nintendo Labo, una nueva máquina de éxito que conjuga manualidades, imaginación, hardware y software, veremos cómo resulta este sorprendente proyecto pero a mí ya me tiene atenta. Tengo grandes esperanzas en Switch, ya está aquí Bayonetta, vamos a tener Mario Tennis con toques de rol y voy a poder redimirme con Donkey Kong Tropical Freeze, me perdí ese frío tropical y me muero por probarlo.
Lo que empezó como algo irremplazable ha regresado de sus cenizas como algo afianzado en el tiempo, y es que la marca japonesa sabe conquistar, decepcionarte, reconquistarte y sin que te des cuenta estás de nuevo atrapado en su innovadora red.