Mucho para tan poco

Una de las novedades de las nuevas consolas que más bombo se le ha estado dando durante los últimos meses es el gran salto que darán tanto Sony como Microsoft en la estructura de sus discos duros. Cargas instantáneas, sin esperas, poder pasar de juego a juego en cuestión de segundos,… Beneficios que quizás no nos sorprendan a los que tenemos un PC para jugar con un SSD, pero sigue siendo una mejora necesaria y ampliamente requerida para unos sistemas que salen en pleno 2020. De hecho, será interesante ver cómo las propias desarrolladoras hacen uso de este hardware en sus videojuegos a la hora de implementarlo dentro de la jugabilidad de los mismos, como hemos podido comprobar durante los primeros avances de Ratchet and Clank Rift Apart por parte de Insomniac Games. No tener pantallas de carga potencia la inmersión del jugador con lo que está viendo en pantalla, pero estos discos duros con esa tecnología tan avanzada (o por lo menos eso nos están vendiendo) deben dar para algo más, y no solo para una simple curiosidad.

Sin embargo, a pesar de lo bonito que suena esto, todo tiene sus pros y sus contras, y en este último apartado entra la capacidad bruta que tienen estos SSD. Ya sabemos que Xbox Series X tiene una capacidad de 1TB, lo esperable, pero PlayStation 5 presenta uno de 825 GB e, incluso, Series S contará con un disco duro de solo 500 GB. ¿Qué significa esto? Pues que seguramente vuelvan a entrar en juego los dispositivos de almacenamiento externo, porque tarde o temprano este hardware se nos quedará algo cortos si somos jugadores que están constantemente comprando las últimas novedades. De ese 1TB hay que restarle lo que ocupa todo el Sistema Operativo de Microsoft en la consola, con lo que se nos quedaría en 802 GB en el caso de Series X. Si lo trasladamos a su otra versión, Series S, tendríamos la friolera de 300-400 GB para instalar nuestros videojuegos en una consola completamente digital. En el caso de Sony, como se ha podido filtrar hoy en un post de Reddit -ahora borrado-, el SSD de PlayStation 5 tendría un espacio utilizable de 625 GB para instalar en él.

Con todo ello, estaríamos hablando de unas consolas de nueva generación que, sin contar el obvio salto en velocidad, no supondrían ninguna mejora con respecto al almacenamiento de sus predecesoras. Sin contar con que a cada día que pasa, los grandes lanzamientos dentro de la industria cada vez ocupan más y más espacio en los discos duros. Ya sabemos que Demon’s Souls, el remake, ocupa casi 70 GB; Destiny 2 100 y Call of Duty: Modern Warfare la increíble cifra de 240 GB. Es decir: si solo instalamos Warzone, Destiny 2 y Demon’s Souls en nuestra PlayStation 5 cuando llegue a nuestras casas en noviembre, nos quedará de espacio libre en su precioso SSD la magnífica cifra de 215 GB. ¿Soy el único que ve un problema aquí?

Si ya de por sí para muchos el mero hecho de dejarnos 500 eurazos en una consola nueva nos supone un sacrificio importante económicamente hablando, hacerlo sabiendo que mas temprano que tarde tendremos que comprar un disco duro aparte para poder seguir instalando los juegos que queremos -o borrar los que ya tenemos- es cuanto menos un aspecto bastante negativo de una generación que debería venir a presentar un paso hacia delante real, más allá de los gráficos. Por no hablar de que si queremos los discos duros externos especialmente diseñados para Series X por Seagate tendremos que pagar la friolera de 220 euros. Todo ello sumado a la polémica de las subidas de precios en los lanzamientos de videojuegos nos deja un panorama algo desolador, con mas dudas que certezas. Quizás el poder instalar los juegos por partes sea una pequeña solución a este problema, pero lo cierto es que con cada noticia que sale las ganas de comprar una PlayStation 5 o Xbox Series S|X van disminuyendo a la misma velocidad a la que lo irán haciendo sus almacenamientos durante los próximos meses.