La experiencia original renovada gracias a los internautas
Vampire: The Masquerade – Bloodlines, el clásico RPG lanzado hace ya catorce años, ahora dispone de un parche no oficial el cual trae nuevos modelos, misiones, armas, diálogos y muchos elementos para el juego. Dicho parche, es como una especie de mod-restauración donde se añade mucho contenido nuevo.
Para los curiosos y fans de este título de Troika Games, el parche se puede obtener en este enlace. Esta actualización causa bastantes cambios en el juego como por ejemplo, la reapertura de la cafetería, librería, garaje e incluso del fumadero de crack. También se ha actualizado el kit de desarrollo de software y añadido ajustes más oscuros a SweetFX. Todas esas correcciones y mejoras han sido posibles, gracias a varios jugadores y artistas de la red que se han negado a dejar al título morir.
Vampire: The Masquerade – Bloodlines, para que os hagáis una idea, es básicamente un juego de rol de acción basado en White Wolf Vampiro: la mascarada. En el juego podremos movernos libremente, resolver misterios y completar misiones. Cuando el título se lanzó, vendió muy pocas copias y por lo tanto no tuvo demasiado éxito, pero por lo visto, la gente incluso hoy en día le ve potencial al juego, que es algo que los demás no supieron ver hace catorce años.
En mi humilde opinión, Vampire: The Masquerade – Bloodlines es un videojuego que hay que saber comprender y ver algo más que una tarde de cigarrillos de felicidad por parte de los desarrolladores. Lo cierto es que no lo he podido probar todavía, pero si he podido investigar bastante sobre el título, me parece que vale la pena seguir dándole apoyo a una producción tan complicada y bien narrada. Hace no más de dos meses, nuestro compañero Daniel Mesa, escribió sobre un mod para The Elder Scrolls: Skyrim que añadía muchísimo contenido al juego. ¿Por qué menciono eso ahora? Porque básicamente pienso que somos nosotros los responsables en buena parte de la vida de los videojuegos, pues no dependemos solo las actualizaciones o contenidos descargables que nos ofrecen los desarrolladores.