"Si no se puede hacer nada, no puedes ni tunear..."
Hoy me ha dado por compartir con todos vosotros mi pequeña y humilde opinión sobre un tema que inquieta a muchos jugadores y jugadoras. Las diferentes sagas de videojuegos tienen sus entregas pioneras, entregas que han marcado un antes y un después, entregas que también la liaron en su momento y cómo no, entregas que se han diferenciado de sus hermanas por esa banda sonora o hilo argumental que tanto añoramos. Sobre todo pasa con sagas como Grand Theft Auto, Call of Duty o Assassin’s Creed, entre otros. Pero hoy justamente me apetece hablar de la primera y de lo poco que es capaz de ver la gente del esfuerzo que Rockstar hizo en su momento. Antes que nada, me gustaría remarcar que esta opinión es totalmente subjetiva y se aplica únicamente a mi persona. Tolero que a la gente pueda no gustarle algún videojuego o alguna saga. A mi por ejemplo Fortnite no me entra ni a palazos, y por alguna razón todavía no me han linchado. Pero bueno, ahora fuera de offtopics, pasemos al grano de todo esto.
Era una calurosa tarde de primavera cuando descubrí que había más mundo ahí fuera que San Andreas. Me viciaba muchísimo a los servidores de stunt y roleplay a través del famoso programa MTA (Multi Theft Auto). O sea, de hecho hubo un corto periodo de tiempo en mi vida durante el cual pensaba que GTA: San Andreas era más nuevo que GTA IV. No me preguntéis porqué, yo era mucho más de estrategias en tiempo real y RPG en aquella época. Con lo cual, nada más enterarme de que existía un Grand Theft Auto más moderno que al que estaba jugando yo dije: “caramba, I need it”. Pero como en aquella época el parné del que yo disponía era escaso, intenté conseguir una copia pirata para simplemente saber si me funcionaría bien en el portátil que yo poseía en aquella época. Hasta aquí todo bien, o no.
Después de largas horas de buscar torrents que funcionasen, me topé con uno que para los 700kbps que me llegaba de ancho de banda, la descarga procedía bastante bien. Creo que me tiré unos tres días descargando el juego para que finalmente, la descarga se pare al 99,4% y nunca más vuelva a reanudarse. La tristeza llenó mi corazón en aquel momento y básicamente quería esfumarme al menos por unas 24 horas. Sin embargo ahí no quedó el asunto. Gracias a una ayuda por parte de mi madre, pude adquirir Grand Theft Auto IV y pasé de ser una sombra a ser el hombre más feliz de la península ibérica. Pero ahí no acabaron los problemas. Pues resulta que al instalar el juego, aún cumpliendo los requisitos mínimos y prácticamente medios, el títulos tardaba la vida en cargar y no pasaba de los 20-25fps.
Sin embargo, no me di por vencido y me puse a investigar la causa de ese evento. Después de largas horas de investigaciones privadas cual el mismísimo FBI, pude informarme de que el juego era un port de la consola PlayStation 3 y por eso tenía tantos problemas a la hora de funcionar. En aquel momento yo me negué a dejar el asunto así me dispuse a intentar buscar una solución al asunto. Y me atrevería a decir que tuve suerte aquella vez, ya que encontré un fix compuesto por algunos archivos modificados del propio juego que disminuían algunos valores internos para que así el rendimiento fuese más elevado y que al menos pudiera correr a unos 30fps estables. Hasta aquí llega mi aventura con la adquisición del juego. Ahora pasemos al grano de este artículo, que ya va tocando.
Metiéndome de pleno en el hilo argumental del juego, comencé a notar detalles que ningún otro juego tenía o era capaz de expresar como lo hizo en su momento Grand Theft Auto IV. Muchísima gente se quejaba del juego por la escasa cantidad de eventos de ocio que había por Liberty City. La escasez de prendas de ropa, la imposibilidad de modificar vehículos o la poca interacción con el entorno. Pero lo que muchos no pudieron ver en ese juego, es el potencial argumental que tenía y de hecho sigue teniendo. Claro que tiene pocas cosas con las que entretenerse, pero desde luego que la historia es una de las mejores que toqué en toda mi vida. De hecho casi lloro en algunos momentos del juego, como en la misión en la cual debemos rescatar a nuestro patoso e ingenuo primo de las manos de la mafia. La desesperada voz de Nico que expresa rabia y miedo a la vez, hace que se me pongan los pelos de punta…
Desde el principio al fin, el juego te pone en diferentes situaciones que hacen que te replantees varias cosas. Imagina estar en el lugar de Nico Bellic, un inmigrante serbio en busca de una “nueva” vida no tan mejor como más tranquila. Creyendo todas y cada una de las palabras de tu primo, te montas en un barco pensando que todo va a ir a mejor una vez llegues a EE.UU., pero realmente el infierno solo acaba de empezar. Los diferentes cambios climáticos y ese filtro tan grisáceo y apagado del juego durante la mayor parte del transcurro de este, hace que de verdad nos solidaricemos con el protagonista del juego. Esa personalidad tan pacífica de Nico hace que a veces nos sepa mal destrozar y/o matar, pero por culpa de las adversidades que nos pone la vida a nuestro paso, debemos hacerlo o moriremos nosotros.
Prácticamente todos los problemas que tiene NB, son originados por su primo o algunos de sus socios. Desde las primeras escenas del juego, todo empieza a oler a cuento y nuestro primo Roman, es la persona por la que moriríamos aunque nos haga todo el daño del mundo o nos exponga a todo tipo de líos. Pues lo que si se podría decir para resumirlo todo, es que en GTA IV no somos los típicos que buscamos fortuna, venganza o control. Somos simples personas en busca de una vida mejor, sin querer meternos en líos, pero por culpa de personas terceras somos empujados a ello. Eso es lo más frustrante del juego, pero a la vez es lo que nos empuja tanto a seguir jugando y saber cómo acaba todo.
Sinceramente no sé si os he podido convencer con mi palabrería, pero para los que no han jugado al título, que no se guíen por las opiniones tóxicas y sin justificar. Y para las personas que si lo han jugado en su momento, que por favor vuelvan a jugarlo, ya que el juego es capaz de transmitir muchas sensaciones que solo será posible percibir a la segunda o tercera vuelta que le demos al juego.