Se acabó Anakin, la altura me da ventaja
Desde que recibí la compra de prensa de Overwatch perdí el interés en juegos que imitaban su estilo pero se ofrecían como free to play ya que sabía que Blizzard no dejaría de ofrecer nuevo contenido, iría renovando el juego y balanceándolo. Además sabía que no tendría que lidiar con niños molestos en los chats de voz o trolls en exceso, era como pasearse entre la nobleza. Pero la imagen que mejor explica lo que ocurrió tras el éxito de Paladins es la de Cercei Lannister caminando delante de una campana bajo la mirada acechadora de los plebeyos. Nos ganaban en número cuando la guerra entre gratuito y de pago empezó.
La siguiente batalla de esta trifulca que recuerde ha sido la de Playerunknown’s Battlegrounds y Fortnite. PUBG no es el primer juego de estilo Battle Royale pero es, sin duda alguna, el que ha provocado un gran triunfo entre los jugones. En el estudio Epic Games no tardaron mucho en darse cuenta del tirón que iba a tener este género y pusieron parte de su personal a trabajar en su aportación. Con el tiempo hemos conocido que no fueron muchos los que desarrollaron el modo ni tampoco contaron con mucho tiempo pero ahora es su prioridad principal, tanto que dejaron de trabajar en otro de sus juegos, Paragon.
Según Superdata, Fortnite habría superado en ingresos a PUGB en el mes de febrero. El de Epic con un beneficio de 126 millones de dólares comparado con los 103 de su competidor de pago. Ansioso espero el estudio del mes de marzo ya que ambos juegos han llegado a las plataformas móviles donde, en gran parte, reside el dinero. Decidme, ¿quién no tiene un teléfono entre sus manos hoy en día? Te gustará más o menos jugar en ellos, pero los compradores potenciales de tu aplicación son muchos más que los de un juego en consola.
Pero no he venido aquí a hacer un estudio sobre los mejores mercados para lanzar un juego ni para hablaros de sus beneficios, sino para contaros por qué he vuelto a Fortnite. La primera vez que lo probé fue porque mi hermano me pidió que lo descargara y, ya que estaba, eché un par de partidas. Entonces no conocía del todo el funcionamiento del juego, cómo se construía ni sus utilidades así como los mejores sitios en los que aterrizar así que las caminatas al descubierto por el campo estaban presentes en todas y cada unas de las partidas. Detestaba perder el tiempo buscando armamento y protección para que de repente viniera un jugador por la espalda y me matara sin siquiera yo rozarle.
Es posible que la culpa de esto sea mía y de mi habilidad con el mando, pero también del planteamiento del juego. Nada te asegura que, aún teniendo el mejor equipo, aparezca otro jugador y termine contigo antes de que seas capaz de reaccionar. Así que, harto de perder mi tiempo, dejé de jugarlo. Pero poco a poco vi como su comunidad iba creciendo exponencialmente y se colocaba entre los juegos más vistos en la plataforma Twitch, destronando al gigante PUBG. David y Goliat.
Entonces, probablemente, la culpa de mi desencanto no era del juego sino mía. Así que empecé a ver estos streams a ver qué me ofrecían e incluso hacía como en antaño y me sentaba con mi hermano frente a la pantalla y nos íbamos pasando el mando, una vida cada uno, mientras nos reíamos con el resto de jugadores aleatorios del chat de voz. Le estaba cogiendo el gustillo. Tampoco sabría explicar el porqué de este cambio, creo que simplemente entendí mejor cómo funcionaba el juego y poco a poco fui mejorando como jugador. Muy poco a poco.
Lo que sí sabría deciros es cómo es que preferí el free to play al pago. Pues bien, a pesar de que ambos te presentan un juego idéntico en cuanto a formato, diferenciándose en gráficos y algunas mecánicas como el saltar encima de un cohete para recorrer largas distancias, posicionarse detrás del enemigo y decir “Nothing personal kid“, cada cual tiene su punto fuerte.
El de Fortnite es la construcción. A pesar de que no soy Bob el constructor – héroe de mi infancia – y no se me da especialmente bien, es una herramienta muy útil y que le da verticalidad al juego, lo cual aumenta las posibilidades de disfrutar de una batalla, se acabo el duelo 1v1 a campo abierto sin coberturas porque alguien te estaba esperando en un seto. Además ver a los buenos jugadores hacerse bases que acaban tocando las nubes cuando están luchando contra otro jugador es una maravilla.
Pero este tiene un sistema de aleatoriedad en los disparos, me explico. Cuando disparamos con un arma – en algunas es más pronunciado que en otras – al mismo punto, podemos apreciar como las balas siguen diferentes caminos sin razón aparente. Esto no ocurre en PUBG, el RNG es inexistente y allí a donde apuntas, teniendo en cuenta la caída de bala, irá tu trocito de metal. Las batallas a distancia, entonces, dejan al lado la suerte y son protagonizadas por la habilidad de los jugadores. Es decir, el punto fuerte del Players’ es el realismo.
A pesar de esto me encuentro más cómodo en el gratuito. Esta aleatoriedad acaba beneficiando a los que normalmente nos cuesta bastante apuntar correctamente y apretar el gatillo – los juegos tranquilitos se me dan mejor – y los diferentes modos de juego que van apareciendo cada semana le dan una frescura que va renovando el juego, a pesar de que sea prácticamente lo mismo. En definitiva, esta vez estoy del lado de los F2P pero no participaré en ninguna batalla, que cada cual disfrute de lo que le apetezca.