Un claro ejemplo de cómo no hacer las cosas

La semana pasada se conocía la noticia sobre el nuevo evento de Fortnite, organizado por Epic Games y TIME Studios: el discurso de Martin Luther King dentro del juego. March Trought Time es el título que han querido darle a esta experiencia, por no llamarla ‘baila delante de un Premio Nobel de la Paz mientras da un discurso en contra del racismo y la xenofobia’. Epic Games trae un evento virtual novedoso, apartado de las fiestas, conciertos o presentaciones de tráileres de películas, y termina siendo una fiesta pocha de niños y niñas de 12 años que quieren matarse entre sí y bailar cuando lo consigan.   

El evento recrea el famoso discurso que Luther King dio en Washington D.C. en 1963 donde pronuncia las famosas palabras “I have a dream” [“tengo un sueño”]. Uno de los sermones con mayor influencia en la sociedad, en la que las personas racializadas vieron cómo podrían cambiar el panorama racista de la época, el mitin que empujó al cambio, a la diversidad. Y ahora, lo han convertido en una mofa. Una chufla infantiloide que en un principio pretendía ser educativa, mostrándole a las nuevas generaciones qué es lo que produjo ese cambio. Incluso se incluyó una exposición virtual con fotografías y contexto histórico del momento. Pero nada de eso sirve si le quitas la seriedad y gravedad del asunto. Esto mismo pasó el año pasado con el evento de We The People, donde varias personalidades desgranaban un discurso contra los mismos conceptos que lo hacía MLK, y donde vimos el mismo comportamiento de los usuarios: mofarse continuamente mientras bailaban y ejecutaban gestos que no tenían nada que ver con lo que estaba sucediendo.  

 

 

La intención no lo es todo 

No dudo de que la intención de estas empresas sea la de educar en diversidad, pero, joder, ¿no había otra forma? ¿Acaso los bailes son necesarios? Y no hablemos de la recompensa del grafiti por completar desafíos, aunque ellos lo llamen ‘minijuegos colaborativos’, donde presuntamente tienes que realizarlos con amigos porque “solo avanzamos si trabajamos juntos”. Si en otros eventos como, por ejemplo, el concierto de Ariana Grande o Travis Scott, han podido quitar las armas para que los monos que van a por kills continuamente no maten, por qué no han quitado ciertas características para darle ese tono tan serio que intentan mostrar en el tráiler de la experiencia. Se han creado salas exclusivas para este tipo de cosas, y aquí lo único que han hecho es poner el vídeo y cuatro fotografías mal puestas por el mapa. Un gravísimo error por parte de Epic.

El hecho de que se pueda bailar delante del discurso o incluso utilizar el gesto de lanzar tomates denota el poco tacto que tiene Epic Games con este tipo de situaciones. El poco mimo que le da a sus propios eventos es una problemática que empieza por intentar creer al público susceptible de que va a ser educado con este tipo de acciones. Como era de esperar, las redes se inundaron de capturas de pantalla de personajes bailando Tik Toks, haciendo el famoso gesto de tirar sal o matando a John Wick y posteriormente yendo a ver el discurso. El problema está en que Fortnite no puede ser un espacio para todo. Su naturaleza de battle royale no es adecuada para hacer este tipo de eventos. No pueden conseguir estar en el mismo tono de esta forma, el discurso social de Luther King está lejos de lo que representa Fortnite y la comunidad en sí. Y forzarse a ser un videojuego que lo quiere acaparar todo termina por cargarse la esencia de la idea principal: concienciar a los más pequeños sobre las cuestiones del mundo social.  

we the people

We The People

El contexto social también es importante 

Y no es solo que el evento esté penosamente enfocado y mal estructurado, sino que en el contexto social que se estrena ahora es un desacierto total. Se están produciendo migraciones de afganos y afganas a Europa porque en su país los talibanes están arrasándolo todo, como bien explicó mi compañero Antonio César Moreno en su artículo La caída del Herat y el fin de la mujer afgana. También África, sus habitantes migran a Canarias, Cádiz, Ceuta y Melilla para buscar una vida mejor a causa, sobre todo, de la crisis pandémica actual y la guerra. Llegando incluso a superar el número de cayucos arribados a España de la anterior crisis migratoria de 2008.  

 

 

 

 

Una situación tan delicada para las personas de otra etnia que no sea la blanca caucásica, que huyen de conflictos, y que esperan una ola de odio simplemente por querer tener una vida digna. Para que ahora venga la empresa de videojuegos de turno y enseñe a los más jóvenes e influenciables que ante un discurso de esas características lo único que se tiene que hacer es bailar, grafitear y completar desafíos.   

Asimismo, The Martin Luther King Jr. Center renegó del evento, pues no compartía los valores que promulgan. Así que, nada más lejos de la realidad, Epic Games tuvo que recular (para no quedar TAN mal), y deshabilitó los gestos en un desesperado intento de gustarle a todo el mundo. Eso sí, todavía se conservan los gestos de la experiencia, no vaya a ser que no puedan promocionar todo su contenido. ¡Válgame Dios de no hacer publicidad!  

Pero bueno, a veces me gustaría ser más ingenua, pensar que todo esto lo hacen a favor del Black Lives Matter, que todo esto surge a raíz de las situaciones paupérrimas que sufren los hombres y, sobre todo, las mujeres racializadas. Pero no, es otro movimiento corporativo para subirse al carro de lo progre y blanquear aún más una imagen publicitaria. Desde luego, tienen mucho que blanquear.