Los creadores de Destruction AllStars habrían sido retirados del proyecto
Twisted Metal es una marca propiedad de Sony desde el inicio de la primera PlayStation. Siempre ha estado ligada a marca, aunque siempre en un segundo plano. Para quien no esté familiarizado con ella, la saga cuenta la historia de Calypso, un hombre loco y muy rico, que reúne a un grupo de criminales para que combatan entre ellos. Con la particularidad de que lo hacen sobre coches. Algo similar a como funciona Jak X, por ejemplo, solo que en este caso tenemos un punto macabro más propio de Mortal Combat. La franquicia, pese a lo que pueda parecer, desde que la creara David Jaffe (creador también de God of War) ha tenido numerosas entregas en todas las consolas de Sony, hasta llegar a su último juego lanzado en PS3. Juego que, por cierto, supuso la vuelta a los mandos de Jaffe.
Como podéis intuir, esta IP clásica está muy enfocada al multijugador, y es una clara oportunidad de Sony para tener una gran franquicia icónica (a todo el mundo nos suena el payaso de la portada) que triunfe en el online. Por eso, fue en septiembre del año pasado cuando supimos, sin confirmación oficial, de la existencia de un relanzamiento de la marca que estaba fraguándose en PlayStation. Sabemos, también, que este reinicio vendría acompañado de una serie de televisión que lleva años en el horno, con Anthony Mackie (Falcon en el MCU) como gran protagonista. Podemos ver con esto que Jim Ryan lejos de pensar en el proyecto como algo menor, viene apostando fuerte por, ya no solo actualizar la marca, sino hacerla mucho más grande de lo que fue.
Aquí es donde aparece el segundo actor en todo esto: Lucid Games. El estudio creador de Destruction AllStars, es un estudio británico que ha alcanzado su mayor popularidad a raíz de esta colaboración con PlayStation. Pero lejos de ser nuevos en esto, está formado por exempleados Bizarre Creations. Quizás el nombre no os suene mucho, pero si os digo Project Gotham Racing o Blur, uno de sus últimos juegos que venía a ser un Mario Kart realista, quizás os suene más. Debieron ser interesantes las credenciales que presentaron a Sony, puesto que les encargaron no uno, como pensábamos, sino dos proyectos. Por un lado, tendríamos el citado Destruction AllStars, con vistas a ser uno de los grandes juegos de lanzamiento de PS5. Y por otro, el reboot de Twisted Metal del que os hablo, con el que se pondrían inmediatamente después. Y así llegar a lanzar el juego en 2023, cuando está previsto el estreno de la serie y, por lo tanto, el gran relanzamiento de la marca.
No hay que ser adivino para pensar que Lucid Games podría haber estado en algún momento en negociaciones para ser comprada por la misma Sony. Si vemos el historial de adquisiciones de Jim Ryan, vemos cómo muchas de ellas (Insomniac, Housemarque, Bluepoint) han surgido de forma más o menos orgánica después de colaboraciones exitosas. Viendo, además que había varios proyectos importantes en camino. Sin embargo, parece que esta relación se ha visto truncada a raíz del fracaso de Destruction AllStars. Por lo visto, tanto las críticas como las puras ventas no han cumplido expectativas para PlayStation, que habría separado caminos, desligando al estudio del reboot de su marca más gamberra.
No sabemos lo que este varapalo supondrá para el futuro del estudio Liverpool. Lo que sí sabemos es que Twisted Metal ha cambiado de manos. Manos de PlayStation Studios según comentan en VGC. Aunque quién habrá tomado las riendas del proyecto es todavía una incógnita. Voces hablan de Firesprite (Horizon Call of the Mountain), o también podría haber pasado a la propia Sony Santamonica o su nuevo ojito derecho, Valkyrie Entertainment. Recordemos también que Bend Studio ha ido proponiendo y rechazando proyectos sin éxito, así que todo puede pasar. Parece que tendremos que esperar un poco para saberlo; aunque quizás no demasiado, ya que parece ser que la fecha de lanzamiento habría seguido inamovible al estar ligada a la serie. Esperemos que, por su parte, el horizonte de Lucid Games no sea oscuro como la saga a la que han tenido que renunciar y puedan seguir desarrollando juegos en el futuro.