Geografía lingüística
No todo el mundo sabe inglés, lo cual es desafortunado, si consideramos que gran parte de la ficción que llega a nuestras manos está, de una u otra forma, producida en Estados Unidos, o incluso si no es de ahí, el idioma permanece intacto. Películas, series, videojuegos y cómics parecen cerrarse en torno a la dialéctica anglosajona. Con esto no pretendo declarar que no exista obra de cualquier otra parte del mundo, pero resulta evidente que, dando un breve paseo por librerías, cinematecas y tiendas de videojuegos, hay una constante escrita en otro idioma. Y no es sólo eso, es que ahora se asume que es el segundo idioma universal; la gran mayoría de personas occidentales han asimilado el inglés no sólo como un idioma necesario, sino superior, expansivo y definitivo. No es cosa rara ver, en el norte de México, cada vez más industrias, locales y franquicias que solamente contratan bilingües, gente que domina el spanglish, publicaciones, cartas y anuncios viperinos. No hay protesta al respecto; vivimos cerca de la frontera, toca adaptarnos al futuro, porque eso es, nada más y nada menos, lo que significa para el consciente occidental el ingles: es el idioma del futuro.
Eso me lo dijeron desde segundo de primaria. Desde luego, la primaria no ofrecía clases de inglés gratuitas, eran de paga, y se interponían con los horarios regulares de clase, no me sorprendió mucho, no todos tienen derecho al futuro. Ser bilingüe es un privilegio, un estatus que te posiciona por encima, una forma de desmarcarte del resto de comunes que siguen atascados en el ya anciano español. El inglés es rápido de hablar, es redondo en su estructura fonética, satisfactorio, líquido, permite parlar con mucha más velocidad, decir más cosas con menos palabras, ¿eso lo ubica como un mejor lenguaje? No, no existe tal cosa como un lenguaje superior, ya que cada lengua se adapta a sus hablantes, responde a necesidades tanto socioculturales como psicológicas, y en algunos casos específicos, hasta geográficas. El inglés domina no porque sea superior como expresión lingüística, sino porque es un idioma que lleva consigo el espíritu de nuestra era, la rapidez, la productividad y el avance del capitalismo.
¿Por qué menciono esto? Porque me entristece ver a gente haciendo menos a aquellos que no pudieron ramificar sus fronteras idiomáticas. Porque cuando se pide una traducción para algo, los primeros en levantarse en contra son los elitistas, que disfrutaron de los contextos y mecanismos económicos apropiados y pudieron aprender inglés, y que piensan que tal les confiere la facultad de burlarse y demeritar los deseos de los que no. Porque es triste no poder compartir una obra con alguien que, lingüísticamente, no la entiende. Así sucedió, conmigo y con otros miles de hispanohablantes, que se han quedado con la miel en los labios y se ven incapaces de disfrutar junto con el resto. Videojuegos que por tal o cual motivo se queda sin abarcar el máximo espectro geográfico, gente que se queda sin conocer esos videojuegos. Sunless Sea, Pathologic, Cuadrilateral Cowboy, Subsurface Circular, Night Call… la mitad de los juegos que esperan en mi lista de deseados, sólo se hablan en el idioma del otro lado; no me cuesta imaginar que ese sea el caso de muchos otros. Por ello, cosas como la traducción que llegó hace unos días, de forma oficial, a Disco Elysium, son ejemplos gigantescos de solidaridad y hermandad. La labor, si uno indaga en el hilo de ClanDlan del equipo que comandó el proyecto, fue de dimensiones hercúleas, fue trabajo de meses, de revisiones y puestas a prueba. Si jugaste a Disco Elysium en su idioma original y, como, yo tuviste que ir por tu partida con un diccionario a tu derecha, para orientarte por sus laberintos literarios extranjeros, sabrás que no es nada que se le parezca a algo accesible, el juego era denso, la barrera era muy alta, y no todos la pudieron pasar. Ahora, gracias al esfuerzo conjunto de ZA/UM y ClanDlan, miles de jugadores hispanohablantes pudieron entrar a Revachol, comprar una obra que está en su idioma, que entienden y que pueden disfrutar.
Una traducción no sólo dispara el espectro de beneficios económicos para la desarrolladora, dispara, también, la cantidad de lecturas, la diversidad de interpretaciones que se forman cuando alguien que habla en otra lengua prueba el producto. No por nada, el lenguaje es una de las herramientas más poderosas creadas por el hombre, organiza la realidad. Por eso, las traducciones automáticas y el traductor de Google fallan, porque aunque, sobre el papel, traduzcan, hace falta el componente humano, la transcripción dialéctica de los lenguajes como un conjunto, palabras y discursos que cobran sentido cuando son interpretadas por el hablante. Es al mismo tiempo un ejercicio de solidaridad, de expansión, y de resistencia. Solidaridad para con aquellos que no pudieron aprender un idioma; expansión en cuanto a la paleta de significaciones de las que dispondrá la obra; y de resistencia porque defiende la lengua madre, las lenguas madres de las personas. Es una punta de lanza contra el imperialismo idiomático que Estados Unidos, desde hace décadas, busca infiltrar no sólo en Latinoamérica, sino en el resto del mundo, es un traer las cosas de nuestro lado, y verlas desde nuestros ojos, desde nuestra única y valiosa forma de entender el mundo, y todo lo que este contiene.
Las cosas mejoran. El mismo equipo de Disco Elysium ya se encuentra trabajando en una traducción de Pathologic 2, y hay otros proyectos en esa misma web que persiguen todo tipo de obras todavía veladas por la barrera de las palabras foráneas. Por ello, considero necesario celebrar los logros en ese ámbito, nos interconectan y nos enlazan, y abren una brecha para el diálogo y el debate que, de otra forma, permanecería cerrada.