Una guerra sin sentido
Hace dos años Valve anunció medidas para evitar el bombardeo masivo de críticas negativas en los análisis añadiendo gráficos de actividad reciente y desglosando la información de valoraciones. A día de hoy, parece un gran acierto ya que recientemente el juego Total War: Rome II ha recibido una lluvia de análisis negativos. El origen de la polémica se encuentra en una actualización en la que al parecer se hace mucho más frecuente la aparición de mujeres generales como candidatas de sus ejércitos.
Algunos jugadores afirman que va en contra del realismo histórico que profesa la saga mientras que el estudio sólo mencionaba que es una cuestión de azar. Además de que existen mods para eliminar los personajes femeninos o que si tanto les molestaba, podrían jugar a otro juego. Todo ello cobró fuerza cuando se publicó un vídeo en YouTube titulado “Creative Assembly no quiere que juegues sus juegos”. El vídeo se hizo viral, junto con noticias que acusaban al estudio de actualizar Total War haciéndolo inexacto. Desde entonces ha aumentado el número de análisis negativos como “arruinar un juego llevado por políticas modernas en un juego ambientado hace milenios” o “dejad la política para la vida real no en mis juegos”.
Finalmente la cuenta oficial de Total War en Twitter ha publicado un mensaje en el que afirman que no se han modificado los porcentajes de mujeres generales, aunque el cambio en la función del árbol de las familias sí ha provocado que las facciones ganen más miembros femeninos.
— Total War (@totalwar) 25 de septiembre de 2018
Nunca es suficiente
La polémica parece haber remitido estos últimos días pero no deja de haber jugadores insatisfechos, asegurando que el comunicado del estudio es poco creíble por la gran cantidad de personajes femeninos que siguen apareciendo. Esto ha impulsado movimientos como el Gamergate o grupos conservadores con los videojuegos que no parecen dispuestos a aceptar que sea quién sea el que está jugando y con quién está jugando, no deja de ser jugador y que no es un ámbito sólo de hombres. En un juego de simulación bélica como es Total War, el realismo debe formar parte de la inmersión (armaduras, escenarios, comportamiento de tropas…) pero no por ello es perjudicial la existencia de mujeres generales. Si algo así es capaz de “sacarte” del juego, quizás seas tú el que vivas milenios atrás. Si el juego es lo suficientemente bueno y tiene dotes realistas, por muy ficticio que sea la historia lo sentirás real. Y eso es lo que debe importar.
Todo cabe en un videojuego menos el odio
Claro que existen contextos en los que incluir todo tipo de género, clase social, raza… deja de tener sentido. No por exclusión, sino porque sabes que existe ese personaje sólo para cumplir ese rol. O cuando se desvirtúa una historia para encajar un estereotipo (sucede con más frecuencia de la que nos gustaría y con cualquier arquetipo de personaje). En cuanto al cometido de quiénes crean videojuegos, debería respetarse la libertad creativa cuando se pretende reflejar una realidad en particular, ya sea machista, corporativista, medieval, capitalista, tribal… etc. Quizás en ese sentido, los jugadores debamos limitarnos (ya sufren los desarrolladores demasiada presión social y laboral) y no dejarnos arrastrar por las corrientes de las redes sociales que se basan en infundir odio y realizar acusaciones. Ya va siendo hora de que aceptemos de buen grado el videojuego que tenemos ante nosotros y seamos un poco niños para disfrutar con la inocencia de no tener prejuicio alguno.