Un juego que se merece que se escriba más de él
Sid Meier, creador de la famosa saga Civilization, describió una vez a los videojuegos como «una sucesión de decisiones interesantes». Tanto si estas decisiones ocurren a nivel narrativo (Skyrim, Mass Effect), como a nivel de mecánicas (Bravely Default, The Legend of Zelda: Breath of the Wild), lo importante es que son estas elecciones las que dan vida al juego. En el otro extremo de la escala tenemos juegos como Final Fantasy XIII, donde encontramos muy pocas opciones y parece como si estuviéramos viendo una película en lugar de jugando un videojuego.
Y en lo que se refiere a elecciones interesantes, ¿qué juego podría ser más representativo que Octopath Traveler? Ya en el primer teaser de Project Octopath Traveler, lanzado en enero del 2017, se nos promete que los sitios a los que vamos, las acciones que realizamos, los héroes a cuyas historias damos vida… todo ello es decisión nuestra. El tráiler acaba con el lema «Embark on an adventure all your own», lo cual parece encajar muy bien con este esquema de toma de decisiones como elemento central de los videojuegos.
En los trailers que vinieron después se nos fueron desvelando poco a poco a los protagonistas de esta historia, y con ellos la mecánica de las acciones individuales. Éstas consisten en habilidades exclusivas de cada héroe que les permiten interactuar con los personajes no jugables de formas diferentes a las habituales. Cyrus, por ejemplo, puede Escrutar, lo que le permite averiguar información que luego podrá usar a su favor; Therion puede Robar, agenciándose aquellos objetos que poseen los NPC; y así con cada uno de los ocho personajes.
Además, al comienzo del juego se nos da a elegir con cuál de estos ocho personajes queremos comenzar. Esto permite que nuestro punto de partida, así como la historia que seguimos, sea diferente dependiendo de a quién escojamos. Si queremos añadir a otros personajes a nuestro equipo, deberemos viajar hasta la ciudad en que se encuentran y ayudarles a cumplir sus objetivos.
Otra mecánica que permite una mayor personalización es la presencia de trabajos, similar a como se presenta en títulos clásicos como Final Fantasy V u otros más recientes como Bravely Default. Aunque cada uno de los personajes comienza con un trabajo predeterminado, gracias a este sistema podemos añadirle uno secundario, ampliando el abanico de posibilidades en cuanto a uso de técnicas, hechizos y habilidades pasivas, así como de armas equipables.
Llegados a este punto, podría parecer que Octopath Traveler es un juego que se amolda al jugador y le permite realizar una partida completamente personalizada. De hecho, cuando vi el trailer por primera vez no pude evitar pensar en Seiken Densetsu 3 (Secret of Mana 2): los gráficos son muy similares, ambos juegos permiten elegir al protagonista y al equipo que le acompañará, en ambos se puede cambiar de trabajo según las preferencias del jugador…
Sin embargo, Seiken Densetsu 3 presentaba una propuesta muy distinta. El equipo de tres personajes (de un total de seis) que elijas al comienzo de la partida se mantiene hasta el final; la historia principal que sigas, así como el jefe final y hasta una de las mazmorras cambian según el protagonista que escojas; los personajes interactuan entre sí dependiendo de quiénes estén en tu equipo, e incluso se insinuan relaciones románticas.
Octopath Traveler, por el contrario, es mucho más linear de lo que podría parecer en un principio.
Es cierto que al comienzo de la aventura se nos da a elegir a un protagonista, pero esto no afectará al desarrollo del juego más allá de que a ese personaje no se le puede sacar del equipo. Aparte de esto, podemos añadir a los otros siete viajeros en una sola partida si les ayudamos a resolver sus problemas, e incluso se nos ofrece la opción de ver sus historias igual que si los hubiéramos escogido como protagonistas, con lo que la elección del comienzo no tiene tanta carga en la trama ni en las mecánicas como podría parecer.
¿Y qué hay de las acciones individuales de cada personaje? Resulta que no son tan únicas. La habilidad de Cyrus, Escrutar, es casi idéntica a la de Alfyn, Preguntar; la de Primrose, Seducir, tiene casi el mismo efecto que la de Ophelia, Guiar… es decir, en realidad existen cuatro acciones individuales cuya única diferencia es que uno de esos «sets» conlleva el riesgo de que empeore nuestra reputación en la ciudad, pero nos permite obtener objetos usualmente inaccesibles, hacer que nos sigan personajes que normalmente no lo harían, etc. Mayor riesgo por una mejor recompensa.
Si no nos queremos perder ninguna de las opciones que ofrece este juego, esto repercute en que normalmente querremos llevar a personajes que nos den acceso a las cuatro acciones únicas, lo cual empeora si recordamos que al protagonista no se le puede quitar del equipo. Yo, por ejemplo, escogí a Cyrus al comienzo de la aventura, y como su habilidad tiene casi el mismo efecto que Alfyn (Escrutar supone un mayor riesgo que Preguntar, pero se puede escrutar a personajes a los que no se puede preguntar), esto significa que incluir a Alfyn en mi equipo conllevaría perder una de las otras tres habilidades.
Adicionalmente, y esto es un poco excepcional, ocurre que Therion, el ladrón, es el único que posee la habilidad de abrir los cofres morados que nos encontramos por el camino, y que normalmente guardan un tesoro superior a lo normal. Es decir, que si queremos poder abrir los mejores cofres del camino, tendremos que prescindir de Tressa, la mercader, cuya habilidad, Comerciar, se opone a la de Therion, Robar.
Lo que más libertad da al jugador en términos de mecánicas es el mapa del mundo.
No solo es inmenso, sino que está compuesto por todo tipo de escenarios que da gusto descubrir, tanto por su aspecto visual como por la banda sonora que les acompaña. Desde el mismo principio están abiertas todas las puertas (salvo las de mazmorras específicas a las misiones centrales de cada personaje). Casi todas las horas que he jugado a Octopath las he dedicado a deambular de aquí para allá, evitando y tratando de sobrevivir a monstruos muchos niveles por encima de mis héroes, para alcanzar ciudades donde comprar y robar mejor equipamiento y objetos. Sin duda, es esta libertad el aspecto que más he disfrutado.
En resumen, se podría decir que, aunque Octopath Traveler ha sido promocionado como un juego en el que las elecciones del jugador son clave a la hora de desarrollar la aventura, lo cierto es que se trata de una historia más lineal de lo que podríamos esperar. A pesar de ello, considero que este juego es uno de esos que se pueden considerar como una obra de arte por el cuidado y el mimo que se nota en cada escenario, en cada melodía; sin duda, es uno de los mejores juegos en el catálogo de la Switch.
Y a vosotr@s, ¿qué os ha parecido? ¿Pensáis que Octopath Traveler está a la altura de otros juegos producidos por Square Enix?