Dame dinero, ya me encargo yo del resto
Cuando se habla de juegos de nicho, o de culto, normalmente suele hacerse con una perspectiva diferente a la habitual, siendo conscientes de las limitaciones que, por el género o temática elegido por el estudio de desarrollo, suponen a nivel de ventas y expectativas de hipotéticas secuelas o nuevas visitas a la fórmula explorada. En resumidas cuentas, más allá de lo peculiar del título (en el sentido en el que destaque, y por lo que se le considera juego de culto), la clave está en ser consciente de que precisamente por las bajas ventas que se le presuponen se convierten en algo habitualmente único y más especial. Aunque existen excepciones, como en los últimos tiempos podría ser la saga Yakuza, existen casos en los que intentan dar el salto, y se estrellan estrepitosamente.
The World Ends With You, uno de los títulos que posiblemente quedaron más ocultos dentro del catálogo de Nintendo DS (lógico por otra parte, teniendo en cuenta la absurda cantidad de novedades, algunas de ellas de dudosa calidad, que llegaban día tras día a la consola) y que planteaba un giro a la fórmula RPG, sacando especial partido a las posibilidades que aportaba la pantalla dual de la consola, y con un resultado excelente, por más que en ventas no fuera un éxito.
Aun así, la popularidad del juego entre la comunidad fue en aumento, y de ahí llegó NEO: The World Ends With You, una secuela que se publicó el año pasado en PlayStation 4, Nintendo Switch y posteriormente PC, y que según los informes financieros de Square Enix, editora del mismo, no ha cumplido con las expectativas, y que dan lugar a las declaraciones citadas más arriba. Sin embargo, es la ausencia de autocrítica por parte del equipo de desarrollo la que me ha motivado a hacer este artículo. Con lo exitoso de la primera entrega (que incluso en su versión de Nintendo Switch, la cual exploramos en su día), no se hizo nada. Simplemente se reciclaron conceptos, esperando un éxito solo al alcance de fórmulas verdaderamente establecidas, como es el caso de Game Freak con Pokémon, por ejemplo. Pasar de ser un juego de culto para llegar al gran público no es tarea fácil, evidentemente, pero si se intenta hacer trampas al solitario, lo lógico es que no se cumplan las expectativas.
Y desde luego, pedir a los jugadores “mostrar pasión por el juego” (cuya traducción es “comprar el juego, a precio completo si puede ser”) para que pueda darse el caso de que la editora financie otra secuela es más propio de estafas piramidales que de estudios de desarrollo de videojuegos. En este mundo, todo se juega sobre seguro, de ahí licencias explotadas hasta la arcada, mientras que otros conceptos curiosos (como es este) no reciben más oportunidades cuando posiblemente las merezcan, pero si en este caso existió dicha ocasión, responsabilizar a los usuarios de que no haya una nueva secuela, cuando NEO: The World Ends With You no fue lo esperado bajo ningún concepto, es cuanto menos decepcionante. Dicho lo cual, si finalmente se demuestra ese apoyo (monetario) a la franquicia y da como resultado algo a la altura del original, servidor se tragará sus palabras y solo podrá aplaudir. Y disfrutar.