Un fantasma recorre Europa...
La Polonia bajo el dominio del Imperio Ruso a principios del siglo XX, con una revolución nacionalista en ciernes y un clima social más que convulso parece el escenario perfecto para una novela histórica, o tal vez para una aventura narrativa de corte realista. Sin embargo, Fool’s Theory ha tomado este lienzo ambiental para luego añadir grandes dosis de fantasía y mitología, y así cocinar un RPG sustentado por dos pilares principales: el combate por turnos y las opciones conversacionales y de sistema moral. El estudio polaco formado por veteranos de CD Projekt Red ha dado a luz esta aventura titulada The Thaumaturge, un título que brilla en especial por su personalidad visual y artística, y por su originalidad a la hora de convertir el folclore y las supersticiones en material de fantasía pura.
El don de la taumaturgia
The Thaumaturge nos pone en la piel de Wiktor Szulski, un hombre atormentado por su pasado y por su peculiar condición innata: el don de la taumaturgia o la temperomancia. Durante los primeros compases de la aventura nos explicarán en qué consiste este don o maldición (nos corresponde a nosotros decidir). Los taumaturgos son personas con la capacidad de percibir lo que se oculta más allá de los sentidos convencionales, distinguiendo así los sentimientos de la gente y sus improntas en el mundo terrenal, como si se tratara de un objeto físico más. A través de objetos mundanos que hayan estado en manos de otros pueden percibir los sentimientos, miedos y pensamientos de dichas personas en el momento en el que manipularon el objeto en cuestión. Esto les permite conocer y manipular las mentes de la gente, ya sea para ayudarlos o para actuar en busca de su propios intereses.
Por otro lado, los taumaturgos poseen otra habilidad, una que otorga a esta aventura uno de sus mayores puntos de interés. Pueden distinguir las marcas adheridas a las almas de algunas personas. Estas marcas son representaciones de sentimientos muy arraigados, y definitorios para el carácter del individuo, y que suelen surgir a raíz de traumas especialmente intensos. A su vez, estas marcas atraen a espíritus asociados al sentimiento en cuestión, y estas criaturas son conocidas como salutors. Los temperomantes pueden adueñarse de esas marcas para librar a las personas de su carga, y en el proceso pueden vincularse al salutor asociado a la marca. En la práctica, The Thaumaturge utiliza esta premisa para sustentar una mecánica de captura de monstruos que luego utilizaremos en combate, cada uno con sus propias habilidades y su rama en un árbol de mejoras.
Un RPG de corte clásico
Pero antes de entrar con más detalle en el sistema de combate de esta aventura, es conveniente explicar cuales son sus dinámicas más generales, y el marco que crea para luego incluir sus diferentes mecánicas concretas. The Thaumaturge es principalmente una aventura de investigación, narrativa y conversación, en la que el combate es un aspecto más secundario y de apoyo. El juego nos propone dos líneas argumentales que avanzan en paralelo, cruzándose en ciertos puntos e influyéndose entre sí. Por un lado, Wiktor Szulski se enfrenta a un drama personal y familiar, ya que al regresar del exilio a su Polonia natal debe afrontar la muerte de su padre en extrañas circunstancias. Tendrá que investigar los motivos que rodearon su muerte, y se verá obligado a ahondar en la conexión que compartía con él, a pesar de odiarse mutuamente, ya que ambos son taumaturgos.
Por otra parte, la Polonia de principios del siglo XX se encuentra al borde del colapso social, con una población ahogada por el imperialismo ruso, la pobreza y la miseria. Wiktor se verá atrapado en un choque de facciones políticas y personalidades influyentes, y sus acciones y decisiones tendrán un peso importante en el devenir histórico. Bajo esta premisa, The Thaumaturge desarrolla un sistema de conversaciones, investigaciones y decisiones típico del rol occidental. A su vez, este sistema alimenta la brújula moral del personaje, y cada paso que demos podrá pavimentar buenas relaciones con algunos personajes mientras que destruye los vínculos con otros. Poco a poco iremos conformando un rumbo de actuación que nos abrirá unas puertas al tiempo que nos cierra otras, para al final desembocar en un desenlace acorde a nuestro desarrollo como personajes.
Las cuatro dimensiones de la taumaturgia y del ser humano
Para sustentar tanto la moralidad de Wiktor como las posibilidades conversacionales de cada situación, el juego recurre a un aspecto del don de la taumaturgia, concretamente a su naturaleza dividida en cuatro dimensiones o campos: el corazón, la mente, la palabra y los actos. Cada una de estas cuatro dimensiones va asociada a diferentes comportamientos humanos, y las opciones de actuación y diálogo correspondientes estarán disponibles o no en función de cuánto hayamos potenciado cada una de esas dimensiones.
Además, algunas opciones y líneas de actuación están vinculadas a un salutor concreto, ya que estas criaturas se rigen por la misma división de campos, al más puro estilo de los tipos elementales de Pokémon. Cada una de las cuatro dimensiones tendrá su propia rama en el árbol de habilidades, y un total de dos salutors asociados a cada una. De esta forma, el total de criaturas posibles es de ocho, siendo cuatro de ellas opcionales y dependientes de las misiones secundarias.
Con estos ingredientes nos moveremos por la Varsovia de principios del siglo XX, teniendo como escenario de juego sus diferentes barrios y zonas, que se irán revelando poco a poco y entre las que podremos viajar. Mientras avanzamos conoceremos a personajes ficticios, pero también a personalidades históricas reales como Rasputín o el zar Nicolás II de Rusia. Nuestras acciones cambiarán el curso de los hechos históricos que atraviesa el país, y nos convertirán en aliados de uno de los dos bandos: el imperio ruso o los patriotas revolucionarios polacos.
Y también marcarán el rumbo de las pequeñas pero intensas historias personales de personas anónimas que encontremos por el camino. Y este me parece uno de los aspectos más interesantes de la aventura: al tiempo que influimos en el devenir histórico del imperio ruso se nos permite interesarnos por las historias de personas desconocidas “que no importan a nadie”.
El sistema de combate, un mal… ¿necesario?
Por su parte, el combate es un elemento añadido que será un plus para algunos jugadores, pero que resultará repetitivo o pobre para otros. El principal punto de interés de este sistema de combate por turnos será la implicación de los salutors, ya que en cada turno controlaremos tanto a Wiktor como a uno de nuestros salutors, cada uno con su propia selección de habilidades y sus especializaciones. Muchos enemigos presentarán una fortaleza o protección que solo podremos romper atacando con el salutor del tipo adecuado. Por ejemplo, un enemigo puede tener una protección que el reduce el 80% del daño, pero que se rompe al golpear con el tipo de dimensión correcta.
El aspecto negativo de este combate es que las habilidades disponibles no son demasiado variadas ni vistosas, así como los enemigos a los que nos enfrentemos, que se vuelven repetitivos con rapidez. En general, el punto flaco podría decirse que es la espectacularidad de los combates, ya que las habilidades especiales no brillan por su vistosidad, y los movimientos enemigos tampoco destacan.
En general, el combate se siente un poco forzado para darle una utilidad enfocada a la acción a los salutors. Muchas veces se sentirá artificial o poco creíble recurrir al combate para según que situaciones, y su aparición romperá con el hilo narrativo del momento.
Reimaginando la superstición
Más allá del combate, el punto más interesante y distintivo de The Thaumaturge es la idea de convertir los mitos supersticiosos del mundo en criaturas al estilo Pokemon o Persona. Tanto la idea en sí, como el diseño de cada uno de los monstruos resulta de lo más atractivo, y genera la curiosidad suficiente como para resolver todas las misiones secundarias en busca de todos los salutors posibles.
Además, tanto en la trama principal como en muchas de las historias secundarias se nota la mano de los ex trabajadores de CD Projekt. Nos moveremos en una versión deprimente y oscura de Varsovia, dominada por la criminalidad, la opresión y la marginalidad social, y en este caldo de cultivo se nos presentan historias acordes. La mayoría de personajes que conozcamos estarán movidos por pasiones negativas, y de estas surgen las marcas que los vinculan a los salutors. Asesinatos, intrigas políticas o retorcidas historias amorosas serán el tipo de problemáticas que enfrentemos.
Los guiones, en líneas generales, construirán personajes interesantes y creíbles, con sus historias que pueden recordar al tipo de misión secundaria que vimos en The Witcher 3. Muchas líneas de misiones se afectarán entre sí, y nuestros actos pasados pueden cerrarnos o abrirnos distintas maneras de proceder en cada trama, en función de la personalidad de nuestro protagonista. Todo este conjunto acabará desembocando en una amplia variedad de posibles finales, en los que cada aspecto de la aventura podrá acabar de diferentes maneras. Tanto el destino de Polonia, como de las diferentes facciones o personajes, o incluso el propio Wiktor, cambiará en función de nuestros actos.
Una historia de espíritus, zares y revolución
The Thaumaturge toma como base el RPG occidental más clásico, con vista isométrica y el sistema conversacional como eje central. A partir de aquí se construye una aventura de fantasía cuyo punto más fuerte será el notable efecto de nuestras decisiones en el devenir de la historia. Una aventura conversacional excelente que mantiene al jugador atrapado y atento a cada diálogo. Su mayor debilidad es un sistema de combate algo repetitivo y poco espectacular en lo visual. Destacan también el increíble diseño visual e imaginación a la hora de representar mitos en forma de criaturas coleccionables. También cabe mencionar como elemento positivo la construcción de una atmósfera opresiva y gris que acompaña las historias oscuras que se narran.
Este análisis ha sido realizado mediante una clave de descarga digital para PlayStation 5 facilitada por Evolve PR.