De páginas y pantallas...

Cuando todas las partes de un todo reman en la misma dirección se nota. No es lo mismo un conjunto de buenas ideas, amontonadas sin más, que una sucesión de ideas que nacen la una de la otra, que buscan retroalimentarse entre sí y sumar para que el mismo engranaje funcione a la perfección. A estas alturas todos sabemos de lo que va The Plucky Squire, sabemos qué tipo de juego es y conocemos todos sus detalles más técnicos, así que este texto no será un análisis de manual, sino un artículo de opinión más centrado en los aspectos del juego que considero que lo hacen destacar.

La aventura de All Possible Futures gira en torno a la idea de los cuentos, o si vemos la fotografía completa, en torno a la importancia de las historias en la vida de una persona. Toma como punto de partida una serie de cuentos ficticios para niños, titulados The Plucky Squire o, en español, El escudero valiente, y construye todas las dinámicas del juego, tanto narrativas como mecánicas, en torno a esta idea. Y es en ese planteamiento dónde se nota que cada aspecto del juego fue planteado desde el principio como parte de una gran conjunción, pensada para funcionar a la perfección con esa idea de base. Nada es por azar, nada está añadido para seguir tendencias del medio o para brillar por separado. Todo es parte de ese engranaje central, y al final, redunda en un funcionamiento exquisito.

Entre el cuento y el videojuego

Para empezar, a nivel meta e interno realiza un ejercicio transmedia maravilloso que aúna el medio del videojuego con el de los cuentos, llevando a la práctica la idea que da forma al argumento. Para resolver muchos de los obstáculos de la aventura tendremos que “salir” del videojuego y movernos por un escritorio “real”, desde el que podremos manipular el cuento en el que se desarrolla la historia principal. Algo así como “jugar fuera de la caja”. Es como si cambiáramos de medio para interactuar con la misma historia, como si aparcáramos las mecánicas internas del videojuego: los combates, las plataformas y el sigilo, para abordar el problema como creadores de esa misma historia, para cambiar el problema al que nos enfrentamos y que no tenemos medios convencionales para resolver desde el papel del protagonista. De esta forma, The Plucky Squire nos pone al mismo tiempo en la piel del narrador, del héroe de la historia y del lector o espectador.

Lector, jugador, protagonista y creador

Llevarnos palabras de una página a otra, introducir elementos externos que antes no formaban parte de la historia o manipular personajes y objetos desde fuera del libro, entre otras mecánicas, son algunas de las posibilidades disponibles. Podemos cambiar un texto que describe una puerta para que pase de estar cerrada a abierta, o podemos introducir un dado del escritorio “real” en las páginas del cuento para usarlo como cajón en ese puzle de interruptores y pesos. Es decir, manipular una obra dentro del propio videojuego, desde fuera de esa obra. Y una vez dentro, cuando la perspectiva vuelve al colorido 2D de las páginas, jugamos de nuevo con las normas “clásicas” de un videojuego. Dentro de unas limitaciones lógicas, tenemos al mismo tiempo las herramientas del narrador, del protagonista y del lector.

El poder de moldear la historia en nuestras manos.

Fluidez transmedia

De igual manera, esta fórmula narrativo-visual acerca el medio del videojuego al de la narración en viñetas, al cuento ilustrado o al cómic incluso, reforzando esa característica transmedia. Logra aportar frescor al desarrollo del juego, saltando literalmente entre ambos medios y cambiando el enfoque mecánico o jugable constantemente. Añadiendo nuevas e inteligentes herramientas o recursos en cada capítulo que exploramos. Además, aprovecha esta herramienta del libro digital que nos presenta para adaptar y moldear la perspectiva visual de manera acorde a lo que ocurre en la historia. ¿Estamos explorando una montaña con una perspectiva 2D cenital y esta se derrumba? Pues en la siguiente página, la composición será vertical en lugar de horizontal, y en lugar de la perspectiva cenital pasamos a un scroll 2D lateral y vertical para ir descendiendo por la montaña derrumbada.

Esa fluidez con la que salta entre formatos visuales y mecánicos, y con la que alterna entre diferentes perspectivas, también se aplica al lenguaje escogido para narrar su historia. Se aleja de pretensiones narrativas o de discursos recargados, y opta por una forma de contar sencilla, limpia y liviana, que va como anillo al dedo a su formato de cuento. Un narrador entusiasta, con vocabulario directo y no demasiadas líneas, y a nivel interno, dentro del cuento, un variado grupo de héroes protagonistas y personajes secundarios con registros diferentes y acordes al tono de la historia. Formas de expresarse muy cercanas a las que tendría un niño, pero que también esconden algún que otro mensaje destinado a los públicos más adultos. Y todo esto se remata con un trabajo de localización al español exquisito.

En conjunto, The Plucky Squire es un cajón de ideas divertidas, y de juguetes construidos a base de mecánicas de videojuegos. Un título que entiende lo que quiere contar, lo que quiere transmitir y que, sobre todo, sabe el público al que busca llegar, a los niños “de ahora”, y los niños interiores que los adultos seguimos llevando dentro, porque recurre a todo aquello que podría estimular a un niño que quiere leer historias: dinosaurios, aventuras espaciales, fantasía, juegos de cartas… No es accidente que el hub central de la aventura sea el escritorio de un niño de 10 años, porque la gente de All Possible Futures de verdad quiere hacernos sentir como si volviéramos a estar en esa habitación de nuestra infancia, quiere que nos volvamos a maravillar con la persecución de un T-Rex, y que nos sumerjamos en el cuento hecho videojuego que han creado. ¿O el videojuego hecho cuento?

Para niños y niños interiores

Galardón-Plata-HyperHypeAl final, todo el discurso de The Plucky Squire gira en torno a la importancia de las buenas historias, a la huella que estas dejan en quienes las leen, ven o juegan, sin importar el medio. Y en torno a esa idea central se unen el planteamiento, el diseño, la narrativa y las mecánicas del juego, para formar parte de ese único mecanismo. Para que todo funcione a las mil maravillas en ese sentido. Para estimular, inspirar y, sobre todo, divertir. The Plucky Squire es una historia para que los niños se sientan inspirados a convertirse en los adultos que realmente quieren ser, y para que los adultos no se olviden del niño que fueron una vez.


Este texto ha sido realizado mediante una clave de descarga digital para PlayStation 5, cedida por Devolver Digital.