Intentando burlar el silencio...
Poco a poco el mundo de los videojuegos indie va dando a luz a auténticas genialidades, siendo frecuente que pongan el broche de oro a años con buenos lanzamientos. O al menos esa es la impresión de los que jugamos a estos pequeños títulos, ya que son perfectos para ir intercalando con otros más extensos. Sin ir más lejos Blasphemous se posiciona para ser uno de los juegos de este 2019 (y bien merecido), pero ya llevamos un buen currículum a las espaldas. De todas formas siguen quedando grandes promesas en la recámara, frecuentemente con retrasos por algunos problemas en la producción, y es que ser un estudio pequeño con grandes pretensiones puede salir muy caro. Y si no que se lo digan a The Last Night, una de esas futuras guindas del pastel.
The Last Night es sin ninguna duda un peso pesado dentro de ese grupo. Se le espera desde hace mucho, y le han dado muchas vueltas hasta dar con la clave que ha dejado con la boca abierta a más de uno: gráficamente experimenta con una mezcla de pixel art, rotoscopia, movimientos de cámara 3D, parallax y efectos de iluminación. Casi nada. Creado por el pequeño estudio Odd Tales y dirigido por los hermanos Soret, se volvió uno de los niños mimados de Xbox… o al menos eso dieron a entender en el E3 de 2017, porque no se han pronunciado mucho más. Aunque levantó mucha expectación, no fue suficiente para enfrentarse a problemas tan variados como polémicas declaraciones de Tim Soret (aludiendo a la crítica social que habrá en el juego), problemas de financiación y lo que parecen problemas legales. Pero una vez más, Tim nos deja con la miel en los labios por culpa de un hilo de Twitter.
…a base de indirectas
En dicha publicación comparte lo que parece ser un recurso gráfico para las opciones del juego, en el apartado de configurar los controles. Podemos apreciar un mando de Xbox totalmente detallado que se mueve ante nosotros para mostrar el mapeado de botones, y aunque parezca una tontería dice mucho más de lo que parece a simple vista. Ese pequeño detalle se enseña a propósito como una muestra de que Odd Tales no ha estado perdiendo el tiempo, dedicándose a pulir gráficamente el juego mientras solucionan algunos litigios de los que no pueden hablar. En el texto adjunto, Soret da a entender que correrá sin problemas a 4K 60 FPS, y que la iluminación ha sido trabajada hasta el delirio. Viendo el resultado, nos lo podemos creer. El empaque gráfico va a ser sin ninguna duda de gran altura, y mejorar algo que ya de por sí parecía muy avanzado desde luego tiene mérito.
El gran problema con este título (y sus cuentas en las redes sociales) es que la información llega a cuentagotas. El silencio forzoso al que ha sido condenado desde hace casi un año lo deja en una posición un tanto vulnerable para promocionarse. Justamente debido a ese problema tuvieron que cancelar un tráiler que iba a ser mostrado en los Game Awards de 2018, dejándolos a las puertas de mostrar más y atraer inversores. Pero la mejor forma de intuir su desarrollo está justamente en el Twitter del citado Tim Soret, que con cierta frecuencia deja caer algunos detalles como ese. Además responde a las preguntas de los curiosos, lanza mensajes de calma e incluso abre hilos para hablar de los planteamientos filosóficos que motivan el juego. Parece bastante confiado y en principio todo sigue adelante, lo que es un alivio a pesar de no poder ver nada nuevo sobre lo que se trae entre manos.
Aunque nos prometen más material oficial en un futuro, desde luego parece que va para largo. Es algo que tendremos que aceptar, esperando que todo salga bien y que el juego salga finalmente al mercado. Incluso puede que sepamos qué ocurrió para que les forzaran a tal hermetismo. Y como nunca viene mal refrescar la memoria mientras esperamos, por aquí dejo un pequeño vídeo especial que hicieron junto a IGN, contándonos la historia del proyecto y el making off del trailer de 2017. Altamente recomendable para entender su profundidad técnica y sus referencias culturales.