Tradición excelsa

Pocos géneros dentro del medio videojueguil están tan afianzados como el de lucha. Desde sus orígenes tuvo entregas icónicas que siguen relevantes hasta el día de hoy, en especial Street Fighter II, pero también podemos contar a Mortal Kombat y The King of Fighters ’94. Estos títulos afianzaron tanto la fórmula de los juegos de pelea que hasta el día de hoy podemos ver cómo la tendencia no rompe demasiado la fórmula base. Si bien a través de los años se ha ido puliendo más y más; la espina dorsal sigue ahí y no es difícil de distinguir. Y esto no es algo necesariamente malo. Dentro del género han salido subgéneros que se enfocan en otras cosas, como los arena fighter y también se nota una clara diferencia entre los juegos más arcade y los que intentan crear una simulación de combate.

Sin duda los juegos de pelea son todo un submundo en sí mismo y los fanáticos de éste tienen muchas variaciones más o menos arriesgadas que se ajusten a sus gustos. Pero el problema de tener una fórmula tan afianzada viene en dos partes. Primero, las obras que salgan al mercado deben encontrar un equilibrio entre innovación y tradición para no ser uno más de la pila, pero tampoco arriesgarse demasiado a ser un híbrido extraño que nadie querrá tocar. El segundo y mayor problema, sin embargo, es atraer a un público nuevo. Los fanáticos del género conocen demasiado bien las técnicas, los movimientos, el timing y demás recovecos para poder hacerse con la ventaja en un entorno que es cada día más competitivo. Entonces, ¿qué queda para aquel que quiere aprender a jugar o que domina las bases y poco más y quiere adentrarse más profundo, quizás hasta en el escenario competitivo?

Afianzabilidad

The King of Fighters XV

Lamentablemente, The King of Fighters XV —que, si bien es uno más de una sofocante mayoría que tiene el mismo problema, debía mencionar tarde o temprano dado que esta es una crítica del juego—, tampoco resuelve esta incógnita. Como un jugador que ve el género de lucha desde fuera, disfrutando del cuidado diseño de sus personajes y las habilidades de ciertos jugadores para encadenar combos o para realizar contras, no tengo una respuesta sólida; solo puedo recomendar mucha paciencia y horas y horas de práctica.

The King of Fighters XVTampoco es que no exista la tutorización. The King of Fighters XV hace un gran trabajo a la hora de enseñar los movimientos básicos con su tutorial y si bien el piso de habilidad no es tan alto, permitiendo incluso a un lego del género como yo poder disfrutar de peleas contra pares en un nivel de habilidad similar o del modo historia, machacando los botones hasta que salga algo vistoso y que pegue fuerte, es el techo de habilidad el que es tan alto como el cielo. Aunque esto no debiese ser sorpresa para nadie. La saga The King of Fighters está afianzada desde los albores de los juegos de lucha y esta entrega mantendrá dicha posición con seguridad y holgura; lo que quiero decir es que, si eres fan de los juegos de esta saga, también lo serás de esta entrega y, cumpliendo mi cuota de análisis seguiré con mi diatriba sobre la barrera de entrada al género.

Tomen lo anterior y lo siguiente con un grano de sal o con un kilo, ya que estamos. Que si hay un género de videojuegos que es café para muy cafeteros es precisamente el de lucha y, en este escenario, digamos que lo más cafeinado que suelo soportar es una Coca-Cola bien fría. Así que ahora que les estoy diciendo que los esfuerzos que pueda tener The King of Fighters XV para introducir a un novato a su ritmo y técnicas y mañas peca de insuficiente, puede ser una visión igualmente válida que decir que mi experiencia dentro del género es insuficiente, aunque no solía serlo. Durante mi infancia y adolescencia jugué bastantes juegos de lucha, especialmente de la franquicia Mortal Kombat y, a pesar de que solo llegué hasta Apocalypse, el tiempo invertido debiese ser suficiente para al menos tener una noción lo suficientemente amplia para saber qué hacer en una arena de combate, de qué movimientos aprovecharse o cuando es mejor bloquear.

Y aunque me encanta jugar a auto despreciarme —o a excederme con la modestia, según se quiera mirar—, tampoco es que me sienta no cualificado para dar una visión válida del género y de los juegos que lo componen. Creo representar a una parte nada despreciable del público al que apunta The King of Fighters XV y si digo que, si bien la historia y los combates con amigos se pueden disfrutar a pleno, tampoco es que te dejen del todo preparado para enfrentarte al online, a menos que dispongas de muchas horas que meterle al juego y que no te frustre demasiado la derrota.

Smash or Pass

La pregunta al final del día, entonces, debiese ser: ¿vale la pena entonces The King of Fighters XV? Y mi respuesta es un rotundo sí. Visualmente el juego está notoriamente cuidado, la selección de personajes es tanto variada en lo mecánico como en lo visual para adaptarse a todos los gustos. El sistema de combate sigue siendo tan sólido como siempre y la cantidad de maneras que existe de romper guardias, contraatacar y aprovecharse de las aperturas de deje el rival en su defensa son sorprendentemente numerosas. The King of Fighters XV no es un juego que te vaya a hacer cambiar tu opinión sobre los juegos de lucha; si no te gustan, éste no cambiara este hecho, pero si los disfrutas, tienes aquí una entrega sólida a la que meterle horas y horas.


Esta crítica ha sido realizada con una copia digital para PlayStation 5 cedida por Koch Media.