The Game Awards, siempre en el centro de toda polémica

Da igual que en 2020 todo cambie, hay cosas que siguen igual

En un medio tan volátil como el nuestro y con un debate sobre la conservación de títulos presente cada vez de forma más constante (favorecido por la aparición de consolas que únicamente admiten el uso del formato digital), cualquiera pensaría que unos The Game Awards, unos galardones centrados en los títulos lanzados en ese mismo año serían totalmente inofensivos, tanto para el medio, como para los propios premios. Y eso podría suceder en un mundo en el que este tipo de actos se hicieran de forma lógica y con unos criterios establecidos firmes. Pero como no es el caso, tenemos polémica por los nominados, pero no por lo que cualquiera esperaría.

Sin adelantarnos a los acontecimientos, las nominaciones quedan de la siguiente forma, omitiendo todas las relativas a eSports y creación de contenido por facilitar la lectura. A modo de resumen, 5 o 6 títulos por cada categoría de The Game Awards, con algunas nuevas (como Games for Impact, o “Juego de Impacto”, destinado a aquellos juegos que suelen gustar en esta página por su caracter más narrativo que lúdico) y otras que siguen siendo cuanto menos cuestionables. Pero las cosas por orden, primero la lista, y luego los comentarios al respecto.

Sin duda, y aunque tal vez por peso no sea la más relevante, una de las polémicas clave de las nominaciones de The Game Awards este año es la simple presencia de Among Us. Antes de nada, no tengo nada personal contra el título. Dicho esto, ahora es un fenómeno mundial y los creadores están recibiendo el reconocimiento que en su día no obtuvieron, pero precisamente ese es el problema, y es que se trata de un juego de 2018. ¿Qué sentido tiene hacer unos premios anuales (y aun así, cogiendo con pinzas ese carácter anual) si luego se incluyen títulos que no deberían ser elegibles?

Pero ya no es solo eso, y es que aunque está nominado a “Mejor Juego de Móvil” y “Mejor Juego Multijugador”, está ausente en “Mejor Indie” o en “Mejor juego familiar”, donde sí aparecen otros como Fall Guys (cuya nominación no es un problema ahí aunque cuenta con el apoyo de Devolver Digital) o Mario Kart Live: Home Circuit, respectivamente, pero el título de los chicos de Innersloth está ausente. ¿Cual es la justificación para estas decisiones? Estas nominaciones se eligen de manera colectiva, y aunque haya medios más generalistas, unos criterios mínimos debe haber, ¿verdad?

Y más allá de la viabilidad que tenga la nominación, ¿hasta qué punto ha influido la popularidad del mismo (en donde podría entrar también Fall Guys) frente a su calidad? ¿Implica esto que los criterios para elegir nominados cambian en función de la categoría, facilitando el acceso a las consideradas de menor relevancia? Y tal vez en estas categorías, precisamente por eso, el daño sea menor, pero por ejemplo, ¿cual es el motivo que hace que Half Life: Alyx no entre a consideración en “Juego del Año”? ¿Es porque solo puede jugarse en Realidad Virtual, haciendo así que la accesibilidad al mismo suponga un impedimento para acceder a determinadas categorías, sin influir en ello la calidad del título?

Y ya por último, siendo quisquilloso con categorías de forma directa, ¿es realmente necesario mantener una categoría de “Mejor juego de Deportes o Carreras” siendo la mayoría de los nominados partes de franquicias anuales que no reciben grandes cambios entre entregas? Puede que sea un compromiso por la popularidad de los mismos, pero no deja de ser sorprendente.

Y de la misma manera que esta categoría no tiene peso para mantenerse como independiente, ¿por qué se une en “Mejor juego de Estrategia y Simulación” a juegos tan diferentes como Microsoft Flight Simulator o Crusader Kings III? Acepto que, al ser juegos de nicho, sean categorías con menos nominados, pero juntar el agua y el aceite es cuanto menos ridículo. Si no hay suficientes nominados para una categoría, ¿no sería mejor no hacerla el año en cuestión? Total, ya se cambian cada año, no habría mucha diferencia.

Este tipo de acciones, a cualquiera que no conozca los entresijos del medio, no hacen más que rebajar la imagen que se desprende al exterior. Y si pretendemos que se vea como algo serio por medio de certámenes como The Game Awards, por aquello de intentar imitar al cine con sus variados galardones, no solo no supone una ayuda, sino que además resulta contraproducente. Al menos, tenemos tiempo para descansar de polémicas hasta que se den los ganadores, que también darán que hablar, así como todo lo que se de a conocer en la gala, que actúa más como espacio publicitario que como ceremonia, dejando el fin de estos premio en algo sumamente contradictorio, aunque eso puede ser sujeto de discusión en otro artículo.