Una odisea a través de las estrellas
Con el final de la guerra de Troya, Ulises emprendió el regreso a Ítaca en una larga y abrupta travesía, con personajes variopintos, enemigos peligrosos y una serie de retos que ponen a prueba su versatilidad. El caudillo de Ítaca es un personaje recordado por la humanidad a través de los siglos y uno de los primeros en ser referente de las historias de aventuras que, aún a día de hoy, seguimos disfrutando. Trasladar un poema épico como la Odisea de Homero a la ciencia ficción espacial no es una novedad: Dan Simmons se inspiró ampliamente en él para Ilión y Olimpo, pero provocar sensaciones parecidas usando para ello el medio videolúdico no es tarea fácil. Muchos pensaréis en Assassin’s Creed Odyssey por la ambientación, pero hoy vengo hablar de un título que ha sabido captar la esencia del periplo de Ulises y que, como Dan Simmons, ha trasladado las ideas a un entorno de pura ciencia ficción con resultados excelentes: The Captain.
Pese a lo genérico del nombre, algo que hace difícil su localización en motores de búsqueda y vídeo-guías (que no son necesarias, pero nunca están demás para probar resultados diferentes), The Captain es un título con unas ideas muy específicas, un argumento perfectamente reconocible y una trama llena de curiosidades. Pongámonos en situación: la Tierra está en peligro por la amenaza de un arma de resultados devastadores. Thomas Welmu, como oficial científico de la Flota Espacial, deberá llegar de un extremo a otro de la galaxia en una carrera a contrarreloj que durará meses. Ante el fracaso de una misión que iba a proteger la Tierra del ataque, encarnamos al único capitán disponible para traer de vuelta las baterías que impedirán la catástrofe. Comienza, pues, nuestra odisea de regreso. Una en la que tendremos que detenernos en diversos mundos para así poder comerciar, recoger materiales, equiparnos para el combate y, en líneas generales, seguir avanzando en nuestra vuelta a casa. Eso sí, habrá que estar atentos a lo que duran nuestros desplazamientos, pues emplear dos semanas para ir a un lugar innecesario puede retrasarnos lo suficiente como para no ser capaces de llegar a tiempo para defender nuestro hogar de esa arma fatídica.
En su viaje, Ulises contaba con la ayuda esporádica de Atenea. Aquí, deberá bastar con nuestra nave, un pequeño robot asistente y un par de IAs algo repelentes que no cesarán en su insistencia humorística y en provocarnos unas ganas irremediables de desconectarlas para siempre. Por suerte, podemos hacer algún que otro amigo de carne y hueso (o circuitos y tornillos, según el caso), pero para ello debemos tomar las decisiones correctas en cada una de nuestras aventuras. Un resort vacacional o una competición minera nos distraerán a la vez que nos permitirán regresar a la nave con equipamiento extra, pero no todos los planetas son tan afables.
Puede que muchos recordéis Starbound, un título que nos proponía un viaje espacial basado en las premisas del mítico Terraria y que nos permitía visitar numerosos mundos con sus correspondientes civilizaciones, algunas perdidas hace ya mucho. Como Thomas Welmu en The Captain, tendremos que tomar una serie de decisiones y puede que estas nos lleven a visitar las ruinas de civilizaciones antiguas, además de influir sobre el destino de millones de individuos. Cada nuevo planeta nos propone un capítulo de nuestra aventura y las elecciones nos dejarán finales diferentes: ¿Salvaremos a algún posible tripulante para nuestra nave? ¿Recuperaremos equipo valioso a costa de dejar morir a alguien? ¿Seremos capaces de tomar caminos moralmente propicios o caeremos en el egoísmo más puro?
El enemigo tardará en llegar, pero lo hará. Esa amenaza constante nos hará replantearnos en más de una ocasión si de verdad estamos seguros de tomar la ruta larga y segura, en lugar de atajar a riesgo de enfrentarnos a piratas espaciales y saqueadores. Al igual que Ulises, nuestra astucia y resolución podrá llevarnos a solventar cualquier situación inesperada sin necesidad de entablar un combate, que no son tan fáciles como aparentan. Su funcionamiento es simple y por turnos, pero nuestra nave apenas posee el equipamiento básico y conseguir armarnos en condiciones requiere haber tomado una serie de decisiones que, a menudo, no estaremos dispuestos a elegir. Puede que, de hecho, nos sintamos algo frustrados con los resultados. Por suerte, siempre podemos cargar partida y seguir a partir de un momento concreto tomando otras rutas, o bien podemos completar el juego y regresar a él, alterando nuestros caminos, yendo a algunos planetas antes o intentando conversar de forma diferente para descubrir así todos los personajes y secretos que The Captain tiene que ofrecer.
Las aventuras gráficas de corte más clásico como esta suelen incorporar una pega: la incertidumbre a la hora de proseguir nos hace, a menudo, tocar todo e interactuar con cualquier objeto intentando colocarlo en cualquier sitio, desesperados por ver con qué podemos usar esa palanca que recibimos antes y sin la cual no podemos avanzar. En Sysiac Games parecen reconocer este problema y, salvo algún atasco menor, no nos será nada complejo elucubrar qué elementos de nuestro inventario podemos aplicar al entorno de forma efectiva, simplificando la jugabilidad a un point and click que se siente perfecto, fluido y natural. Recorrer los escenarios a pie no pesa en ningún momento y su variedad no hace más que dejarnos boquiabiertos frente algunas estampas. Además, interactuar con los personajes de cada planeta y la IA de nuestra nave facilitará entender de antemano cuáles serán los posibles resultados de cada capítulo, aunque nos llevemos alguna que otra sorpresa.
Cruza la galaxia, sálvalos a todos, vuelve a casa, pero vive aventuras por el camino
Pocas veces he disfrutado de un videojuego de este tipo en el que todo encaje tan bien. Pudísteis leer mis impresiones sobre The Rewinder, un título de corte similar que me fascinó en muchos aspectos pero muchos de sus acertijos se resolvían con ensayo y error, sin posibilidades alternas. Aquí, sin embargo, una equivocación implica continuar con la aventura de forma diferente a la deseada y simplemente tocará disfrutar del resultado de nuestras acciones. The Captain es, sin duda, una pequeña joya oculta que promete diversión ante las rocambolescas situaciones, así como tensión ante la dura toma de decisiones y la gestión de nuestro equipo y tiempo, claves para llegar a casa sanos y salvos. Menudo viajecito ¿eh?