Cruzando aguas frías
Stray Gods: The Roleplaying RPG se refiere a sí mismo como un juego de rol musical y, bueno, es exactamente lo que es. Hay que tener en cuenta, eso sí, que con juego de rol no se refiere a numeritos que suben o bajan dependiendo de qué rareza seas los calzoncillos que use tu avatar, sino a interpretar a un personaje a través de sus decisiones, adoptando una de los tres perfiles que se dan a elegir al principio del juego: Carismático, Agresivo y Analista, las cuales más que cambiar drásticamente la historia, cambiarán ciertos detalles, reacciones y, sobre todo, servirán para demostrar el cómo nosotros interpretamos la historia y a sus personajes que el juego nos presenta. Mientras que la segunda parte de la definición -vamos, que es un juego musical- se explica bastante por sí solo. Dentro de la historia, la cual se maneja bastante independiente del jugador, el cual intervendrá mayormente cuando sea momento de tomar decisiones, habrán momentos en los que Grace, la protagonista, fuerce a los demás personajes a cantar -ya ahondaremos en los detalles de la historia- y estos serán los momentos más cruciales del juego, será cuando decida con quién aliarse, en quién confiar -o no- y si logra convencer a la contraparte de su punto de vista en los debates musicales.
La historia va de que los dioses griegos han vivido entre los mortales desde el auge de su civilización, han pasado por guerras contra humanos, titanes y entre sí. Ahora, reducidos a un número por mucho inferior al que tenían en los albores de su existencia, se han mudado a Estados Unidos a vivir en la sombra de la sociedad, en edificios lujosos la mayoría, pero escondiendo su verdadera identidad, usando sus habilidades para esconder a los ojos humanos cualquier rasgo que los pudiera delatar y usando identidades falsas. Se hacen llamar a sí mismos Ídolos, cada uno tiene una o varias habilidades especiales que los diferencian del resto. Calliope, la última de las Musas, conoce a Grace, la protagonista de la historia. tras una sesión de audiciones para la banda de esta última. En el corto tiempo que pasaron juntas congeniaron y lograron crear un vínculo especial. Más tarde ese mismo día, Calliope llegó herida de muerte al departamento de Grace, otorgándole por accidente -o quizás no- su esencia, su Eidolon.
El Eidolon es, en pocas palabras, la esencia de cada Ídolo y, junto con ella, vienen sus poderes. Y, en el caso de Calliope, le otorga a Grace la habilidad de forzar a la gente a cantar desde el fondo de sus almas, lo que le permite desenterrar secretos o emociones reprimidas, algo que le viene de maravilla para el desafío que se le presenta. Los Ídolos principales, aquellos que viven en el nuevo Olimpo, denominados como El Coro, acusan a Grace de haber matado a Calliope y haber usurpado su Eidolon. Dándole sólo una semana para demostrar su inocencia, Grace hace alianzas y tratos con otros Ídolos para encontrar al verdadero culpable y así no perder su vida por el crimen que se le acusa de haber cometido.
Luces y sombras
Stray Gods está lejos de ser perfecto. La masterización del audio deja muchísimo que desear, habiendo escasos momentos en que las voces se escuchan muy bajas y otras mucho más frecuentes en que se oyen tan fuertes que llegan a saturar el parlante de la televisión. Los Ídolos han sido demasiado occidentalizados y, aunque el juego tenga una explicación más que razonable para esto, no deja de sentirse como una forma de esquivar la bala que serían las críticas de haberlos despojado de su origen griego, algo que lamentablemente es muy común en la cultura occidental.
Existe la posibilidad de entablar una relación romántica con uno de cuatro personajes posibles y, para lograr establecerla, se deben elegir las opciones marcadas con un corazón con la persona deseada en los árboles de diálogos esparcidos a través del juego. El problema de esto es que las líneas de diálogo románticas se sienten un tanto forzadas en el mejor de los casos y dignos de vergüenza ajena en los peores. Hay momentos en los que sinceramente se arruina momentáneamente el ambiente, ya sea la tensión o la urgencia del dilema que se nos presenta, para interrumpir con un diálogo meloso o que peca de retratar a Grace como una mujer demasiado dependiente de otros o abiertamente carente de agencia propia con tal de establecer el romance. La historia además se siente algo apresurada desde la segunda mitad en adelante, cayendo en momentos muy convenientes para que todo caiga en su lugar y el misterio pueda ir resolviéndose solo. Y, quizás lo peor de todo, es que la idea de los musicales es que los personajes canten cuando las emociones son tan intensas que en vez de decir las palabras, estas salen en forma de canción. Pero en el caso de Stray Gods, por la naturaleza de la historia y de la habilidad de Grace, la gran mayoría de canciones saldrán exclusivamente para hacer avanzar la trama, con letras directas al grano y con una falta de poesía preocupante. También se nota que el equipo de Summerfall Studios se centró mucho más en que los personajes presentaran sus emociones, argumentos o lo que viniera al caso en cada canción para avanzar la trama en vez de tratar de crear una armonía entre lo que se intentaba decir en cada tema con la melodía. A veces el resultado es discordante, se siente una mezcolanza incómoda y algo forzada con versos demasiado largos que obligan a estirar la melodía o que la hacen caer en estribillos repetidos que sonarán muy reconocibles a través de diferentes canciones a lo largo del juego.
PERO, pero, pero. Todas estas cosas pasan a segundo plano cuando Stray Gods logra hacer lo que intenta hacer. La premisa puede ser algo simplona, pero la ejecución es más que eficaz. El juego logra mantenerse entretenido de principio a fin gracias a sus diálogos bien escritos, sus personajes bien perfilados y diseñados envidiablemente. que son la fórmula perfecta para ser memorables y fáciles de identificar entre cada uno de ellos. El diseño visual es una maravilla; sobre todo las puestas de escena de cada canción, cuando llegan a sus momentos más álgidos y el escenario cambia de lo mundano a algo épico, emocional, oscuro o brillante, adaptándose según las emociones y las condiciones del momento. Y, así como hay estribillos que se repiten para mal, hay otros que ayudan a reforzar temas presentes durante toda la trama e interconectar un punto con otro u otros que demuestran que la historia tiene una fuerte cohesión entre las temáticas que trata. Y, por sobre todo, hay un momento cerca de la mitad del juego que, si bien no está ahí para avanzar la trama de ninguna forma, es tan especial que fue lo que me hizo cambiar totalmente de opinión sobre el juego. Cuando lleguen a ese momento seguramente lo entenderán, es una escena emotiva y que crea emociones encontradas por la complejidad del tema que trata. También resulta ser la mejor canción y puesta en escena de Stray Gods y demuestra todo el potencial que Summerfall Studios tiene para hacer del juego algo mucho mayor que la suma de sus partes.
Una hazaña para los anales del tiempo
También podríamos mencionar minucias como que la actuación de doblaje está muy bien lograda, o lo bonito que son los escenarios, la buena representación del colectivo LGBT -aunque caiga en más de una oportunidad en las trampas más usuales sobre el cómo se representan las relaciones entre personas del mismo sexo- o el hecho de que quien haya diseñado a los personajes estaba un poco horny on main. Pero los argumentos terminan sobrando; Stray Gods es una obra a la que se le deben perdonar muchos detalles tanto técnicos como artísticos para lograr disfrutarla a plenitud, pero si se es capaz de encontrarla a medio camino, supone una experiencia memorable, amena de principio a fin y con momentos en que todo encaja, logrando hacer escenas, diálogos o canciones realmente sublimes. ¿Y acaso no es cuando una obra tiene mucho potencial, pero que tiene muchos defectos el punto álgido de la expresión artística a través del videojuego? Si algo demuestra, es lo alto que apuntó el estudio y, aunque no hayan logrado alcanzar el sol, su hazaña será recordada como las épicas griegas.
Esta crítica ha sido realizado con una copia digital para PS5 cedida por Plan of Attack