Shoot and Roll como forma de vida
La vergüenza, la timidez, factores que afectan a nuestras relaciones sociales, a cómo interactuamos con ellas, pero sobre todo a cómo las comenzamos, cómo creamos esos lazos que con el tiempo reforzaremos (o no), pero con los cuales poco a poco nos iremos soltando y creando algo más allá de una relación de simples conocidos, y quién sabe, tal vez dejamos atrás aquello que nos lastró o creó inseguridades al comienzo. A la hora de empezar a hacer algo, ya sea en un ámbito laboral, cultural, social, el primer paso va a resultar, dentro de la medida, complicado, pues no es fácil llegar a un sitio alejado de nuestra zona de confort y empezar a construir nuestras propias bases como si nada en un puzle que nos es extraño o no hemos construido todavía. Esto me pasa muchas veces en mi día a día, cuando conozco a alguna amistad de una amistad, o cuando acudo a la tienda del barrio a por lo de siempre. También me pasa en los estudios, cuando comenzamos un tema y toca ponerse las pilas. También me pasa aquí, a la hora de escribir sobre algo nuevo para mí, y a su vez, cuando juego a cualquier título, pero con mayor razón cuando ese género ha estado tan alejado de mí como he podido. De entre este selecto grupo hoy voy a hablar de mi incursión al género de los puzles, no como un encuentro secundario en el título de turno, como un pequeño bache a saltar, como eran los que encontraba en CrossCode (cuyo análisis podéis encontrar por aquí y que recientemente recibió una gran actualización), sino como la mecánica principal, pues eso es lo que me he encontrado cuando me he puesto a los mandos de Steamroll, el juego desarrollado por el estudio Anticto, y el cuál ha recibido un buen port a consolas de la mano de Catness.
Así es: no soy un gran seguidor del género de los puzles, para nada, más allá de los que me ha tocado resolver en un título u otro no me he enzarzado en alguno cuya principal premisa sea la resolución de estos. Ya sea por X o por Y, por mi nerviosismo a la hora de jugar o a la poca paciencia que tengo, nunca han formado parte activa de mi catálogo, aún teniendo algunos juegos como The Witness en la biblioteca listos para ser “disfrutados”. Pero me estoy forzando a cambiar y a abrirme a nuevos horizontes, estando estos en concreto en mi lista. Creo que no hay mejores o peores puertas para acceder a nuevos sitios, tal vez más accesibles o menos según el caso, pero creo que aprovechar Steamroll, uno de los últimos títulos patrios, para sumarme a la ola, no es una mala decisión.
Steamroll nos coloca en la piel de un joven universitario que acaba de salir de la universidad, y que encuentra un trabajo ideal para sus estudios en una mina, donde se encargará de manejar el propio steamroll, una esfera propulsada por vapor que posee un cañón con el que disparar ciertos tipos de bolas. Serán gracias a estas que podremos avanzar por los diferentes escenarios de esta ruinosa mina, la cual se ha visto cruelmente agitada a causa de nuestra inexperiencia en el campo práctico, cuando supuestamente teníamos suficiente base teórica. La munición variará y se podrá conseguir de manera automática o recolectándola en algunas zonas concretas, y se compone de algunos tipos como la explosiva, otra que colocará rampas donde haya un poco de diferencia de altura, otra que colocará paredes para que las otras bolas reboten, etc.
Conforme nos vayamos moviendo iremos encontrando nuevos artilugios que nos retorcerán los puzles e irán complicando nuestra travesía; túneles, tuberías de gas o temporizadores, todo dispuesto en un entramado al más puro estilo steampunk, de quien bebe no solo en lo estético de sus paisajes, sino en el diseño de los niveles o de los propios personajes que aparecerán en nuestra aventura. Este último apartado posiblemente sea uno de los que más cumplen, pues todo está dispuesto para acompañar y darle un significado unificado en torno a una estética; todo obedece a las leyes del universo steampunk, y por ello todo va de la mano, pues más allá de la simplicidad que implicaría solamente adaptar los diseños de las vestimentas, hay un trabajo detrás para recrearse en torno a las leyes de este género, pues toda la maquinaria se mueve con vapor, incluyendo algunas mecánicas y niveles afectados.
Sin embargo, y con cierto pesar, no termino de conectar con el juego. Muy posiblemente sea culpa mía, y por tanto el fallo viene de mi mano y formación, pero temo decir que Steamroll no será el juego que me meta en el género. Que mis declaraciones no sirvan de precedente, pues de sobra sé y he podido ver que a muchas personas que disfrutan más de este tipo de juegos lo han hecho de la misma manera con este, quedando patente el buen trabajo que hay detrás y un producto que de sobra se merece halagos y reconocimientos a partes iguales. Pero yo no me he sentido igual durante mi trayectoria. No ha habido un mayor pero siendo sinceros; el juego ha sido entretenido, la trama, sin irnos a algo profundo y destacable, cumple, al igual que las mecánicas y niveles, que iban apareciendo de una manera escalada y con una dificultad bastante bien medida para no sentir una muralla entre nosotros y la solución final. Poco le puedo hacer. Más de uno se habrá sentido igual que yo, o por lo menos espero, que cuando nos hemos enfrentado a un juego nuevo que confiábamos que nos gustara, y el resultado no ha sido el esperado, hemos sentido cierta desazón, sin llegar a entender si el fallo es nuestro o del título en cuestión. En este caso confío en que es mi parte, pues uno de los muros que se han plantado entre mí y los puzles de toda la vida ha sido la paciencia, algo a lo que, por desgracia, no estoy acostumbrado, y que veía destrozada en cuanto me atascaba varias veces en el mismo nivel, recordándome en la pantalla de derrota que “la paciencia es una virtud”, un lugar que he visitado varias veces ya fuera porque perdía el control de mi steamroll o porque me quedaba sin recursos tras intentar por todos los medios acertar con la solución.
Extremadamente cumplidor, extremadamente bien medido
Con todo dicho, si eres seguidor de los puzles y disfrutar de resolverlos, Steamroll cumple de sobremanera, es un título redondo en muchos aspectos y que perfectamente te puede dar un buen rato. Si por otro lado, como yo, llegas nuevo, tal vez no conectes de la mejor manera, como me ocurrió, pero no deja de ser un punto de partida interesante y bastante único con lo que hace, y sobre todo ahora mismo que está disponible tanto en pc como en consolas gracias a unos ports más que decentes que hace que funcione tanto en PlayStation 4 como en Nintendo Switch, plataforma donde lo he jugado. No hay mejor manera que ponerse uno y sacar sus propias conclusiones, y creo que Steamroll se lo merece, tanto por la propuesta como por el trabajo que hay detrás, tanto por lo importante que es apoyar a nuestros pequeños estudios de desarrollo, como por el esfuerzo realizado para llegar a más gente.
Esta crítica ha sido realizada con un código de descarga para Nintendo Switch cedido por Catness Games.