El movimiento de Valve asusta
Tras el escándalo que se ha producido con las filtraciones de datos que recopilaba Facebook, una de las primeras compañías en reaccionar ha sido Valve, que anunció el pasado 10 de abril cambios en la privacidad de los perfiles en Steam. Hasta ahí, todo correcto. La sorpresa ha llegado cuando Steam Spy ha anunciado su cierre, debido a que ahora no podrá actuar como hasta ahora para ofrecer datos de los usuarios en los respectivo a compras y títulos jugados, lo cual ahora implica que para acceder a esos datos habrá que pasar por la propia Valve. El estudio, así, pasa a tener un control prácticamente absoluto sobre cualquier dato que hasta ahora era obtenible, situación que puede acabar llevando a una situación cercana al monopolio en PC.
Para aquellos que no conozcan Steam Spy, se trata (o, mejor dicho, se trataba) de una herramienta muy extendida entre desarrolladores independientes, analistas y encargados de márketing para conocer datos sobre los usuarios de Steam: qué juegos tienen más éxito, cuáles son los más jugados, etc… Nació como hobby para Sergey Galyonkin, Director de Estrategia Publicitaria en Epic Games, y, tras una serie de mensajes recibidos por parte de los usuarios de la plataforma, cayó en la cuenta de que su proyecto no podría continuar por estas medidas.
Consecuencias del movimiento de Valve
Por lo pronto, muchos estudios independientes van a pasar a tener dificultades para poder acceder a estos datos. En muchas ocasiones, eran fundamentales para sus estudios de mercado respecto a su próximo título, y por ende, su propia supervivencia. En palabras de Galyonkin, obtener estos datos podría pasar a tener un coste de más de 50.000 dólares, frente a los escasos 30 que suponía una suscripción al acceso extendido a Steam Spy. Esto supone unos riesgos muchos más elevados para cualquier lanzamiento independiente, frente a las grandes compañías, a las que dicho gasto no les supone una diferencia entre quebrar o no.
El directivo de Epic Games, pese a todo, no cree que el cierre forzado de Steam Spy fuera la intención de Valve con estos cambios, pero, y suscribo sus palabras, sabía que acabaría tarde o temprano. La compañía encabezada por Gabe Newell actúa de manera diferente a las demás, y no hace falta ver Steam y su funcionamiento, sino como ha llevado el desarrollo de las Steam Machines (que se encuentran en un punto que podría considerarse muerto actualmente), o de sus propios títulos, con Artifact siendo, supuestamente, su vuelta a este mercado tras años de sequía.
Mayor control sobre los datos, ¿pero quién los controla?
No es raro que las compañías, como se ha destapado con Facebook en esta ocasión, utilicen los datos de los usuarios con fines comerciales, y por ello, el movimiento de Valve hasta cierto punto es acertado, ya que dificulta el acceso por parte de terceros a estos datos (hecho que en ocasiones ocurre, aun sin consentimiento de ninguna de las partes). Sin embargo, la restricción parece haber ido más lejos de lo necesario, e igual que comentaba antes que esto puede suponer un problema para los desarrolladores, puede suponer también, de manera indirecta, un problema para el mercado.
Que Steam está masificado de juegos independientes es prácticamente un hecho. La sustitución de Greenlight por una tarifa para publicar videojuegos no solo no ha solucionado los problemas que suponía el antiguo sistema, sino que además ha propiciado que se publiquen más juegos que nunca en la plataforma, llegando la situación a recordar por momentos a la previa a la crisis de 1983 de los videojuegos.
Este movimiento puede llegar a afectar a juegos que ya estén publicados, incluso, ya que al poder ocultar las horas jugadas a un título, el balanceo en cuestiones multijugador puede verse roto por este simple cambio. Y realmente, como puede verse, Valve no gana nada realmente con esta situación. Steam Spy, pese a generar dinero para su creador, estaba permitida por ellos mismos, y esta situación casi propia del libro 1984 de Orwell, en el que solo ellos tienen a su disposición todos los datos de Steam hace pensar que tal vez quieran quitarse a su competencia de encima.
Valve, el monopolio no es bueno
Si analizamos Steam como plataforma desde sus inicios, al menos desde la parte de vista occidental (ya que Tencent en Asia si que tiene un auténtico monopolio), es de una posición ventajosa en el mercado, cuanto menos.
Su competencia, ya sea Origin (Electronic Arts), uPlay (Ubisoft), GoG (CD Projekt RED) o Microsoft Store (Microsoft) se queda muy lejos, tanto en volumen de negocio, como en usuarios, llegando a actuar Steam incluso de intermediario para algunos títulos, que se activan en una de las plataformas mencionadas. Esta situación podría desembocar en un futuro (puede que no muy lejano) con una Valve dominando en su totalidad el mercado del videojuego en PC, algo que no interesa, ni a ella como empresa (más allá del rédito económico, ya que posiblemente muchos usuarios dejaran de lado la opción) ni a la comunidad de usuarios (ya que la competencia entre empresas beneficia al usuario final, ya sea con mejores precios, o mejores servicios por el mismo).
Es aún pronto para ver las consecuencias del movimiento de Valve, pero ya hay una primera víctima, y el panorama no pinta tan alentador como a algunos firmes defensores del PC nos gustaría.