La principal competidora de la Switch aparece de la nada
El pasado jueves, sorprendiéndonos a todos a pesar de los numerosos rumores que venían sonando desde hacía tiempo, Valve anunció su primera consola portátil: la Steam Deck. Siguiendo el modelo estético de la consola de Nintendo, la nueva portátil de Valve será un “mini” ordenador con el que podremos disfrutar de nuestro catálogo de Steam al completo. A diferencia de la compañía nipona, que en ocasiones parece reírse en la cara de sus consumidores, Steam Deck presenta una cantidad considerable de atractivos que harán plantearse a más de uno con qué consola hacerse estas navidades.
Pero, antes de nada: si es un mini ordenador podremos instalar otras aplicaciones aparte de Steam, ¿no? Pues sí y no. Steam Deck traerá de base Steam OS, un sistema operativo basado en Linux que únicamente nos permitirá ejecutar nuestros juegos de Steam. Sin embargo, la propia Valve ya ha dicho que no tendrá limitaciones de software y se podrá instalar un sistema operativo distinto (véase Windows) y descargar aplicaciones externas, con las que disfrutar de juegos de otras plataformas (Epic Games, Xbox Game Pass, etc). Punto positivo para Valve.
En cuanto a las especificaciones técnicas no vamos a entrar mucho en detalle, pero para que nos entendamos: traerá un chipset diseñado en colaboración con AMD que usa la misma arquitectura que PS5 y Xbox Series X|S pero, que tendrá más o menos la mitad de potencia que estas, respecto a la potencia gráfica será similar a una PS4 y tendrá 16 GB de memoria RAM, lo mismo que una PS5. La pantalla es táctil, de 7 pulgadas, con relación de aspecto 16:10 y una resolución 1280 x 800. Estás generosas prestaciones permitirán a la consola mover sin problema alguno la mayoría de juegos triple A de estos últimos años.
Pasamos al diseño: la Steam Deck será bastante grande, pero no lo suficiente como para quitarle la denominación de portátil. Para que os hagáis una idea es un poco más ancha que una Nintendo Switch y es igual de ancha que dos PS Vita puestas en horizontal. Si bien la consola esta pensada para ser transportada de forma versátil, no aparenta ser la típica Game Boy que te cabe en el bolsillo, sino más bien, una alternativa más cómoda a un PC de sobremesa. Y hablando de comodidad, su inmenso tamaño y la disposición de los botones (las palancas situadas a los laterales de la pantalla y los botones en los extremos) me hace preocuparme severamente sobre su ergonomía. De la misma manera, la batería tampoco acompañará los largos viajes. Según Valve, la duración de la batería estará entorno a las 2 y las 8 horas, un margen de tiempo bastante grande. Esto obviamente dependerá de los requisitos del juego en cuestión.
Respecto al mando en sí, presenta un par de viejos conocidos: el primero son los trackpads, traídos directamente de la rotunda abominación que fue el Steam Controller. Estos nos ayudarán a manejar el ratón en juegos que precisen de ello. Desde Valve han dicho que estos paneles presentan una tecnología evolucionada respecto al Steam Controller, pero habrá que esperar a la salida de la consola para confirmarlo. Otra función rescatada de mandos como el Xbox Elite son los cuatro botones/palanca situados en la parte trasera de la consola.
La interfaz del Steam OS será algo similar a lo visto en la aplicación de escritorio con Steam Big Picture, pero modificada para adaptarse a la consola, incluyendo todos los servicios de Steam. Además, la consola se podrá conectar a un monitor o un televisor y utilizar nuestros periféricos, ya sea ratón, teclado o hasta las gafas de realidad virtual. Valve asegura que cualquier dock USB-C de terceros funcionará, pero ellos están creando el suyo propio. Sin embargo, este se venderá por separado. ¿Funcionará el dock de la Switch?
Pero pasemos a lo realmente importante: el precio. La Steam Deck constará de tres versiones distintas de salida. La primera y más económica será la versión de 64 gb que costará 419€. La segunda contará con 256 gb y costará 549€. El tercera y más cara contará con 512 gb y costará 679€. La potencia de las tres máquinas será exactamente igual, sin embargo, la versión más económica incorporará una memoria eMMC, es decir, será un poco más lenta que los modelos superiores (que tendrán un SSD NVMe). Cabe destacar que todas tendrán una ranura microSD para ampliar su capacidad e incluirán un cargador USB-C y un estuche de transporte.
En conclusión, la consola parece una gran alternativa para aquellos jugadores que quieran disfrutar de la experiencia del juego portátil y no vender su alma a Nintendo en el intento. Su precio exageradamente reducido ha hecho que hasta el propio Gabe Newell haya dicho que el precio es “asequible” para los usuarios pero “doloroso” para Valve. De ahí probablemente que hayan optado por recortar en el almacenamiento del modelo más económico. Obviamente no desbancará a Nintendo como magnate de la compañía vende portátiles y mucho menos hara frente a Nintendo Switch, la cual lleva unas ventas de escándalo. Sin embargo, parece ser que la respuesta del público ha sido muy positiva y este podría ser el inicio de un digno competidor para la gran N en el mercado de las portátiles. Veremos cómo les sale la jugada cuando salga la consola el próximo diciembre.