La carrera inicial
Ya ha llovido mucho desde la controversia de la colección Sonic Origins, la cual incluía los cuatro juegos 2D clásicos del erizo azul. Un modelo de monetización más que extraño, que requería una planilla de Excel para entender qué contenido obtendríamos y cuál no, más un precio un tanto excesivo. Además de la eliminación de los juegos clásicos de las plataformas digitales con el fin de torcer la mano de los consumidores a que compraran esta colección. Si bien esto fue un abuso de parte de SEGA que no deberíamos tolerar en la industria, no profundizaré más en ello, pues quiero analizar los juegos y la colección desde un punto de perspectiva relativamente neutral, más allá de su sistema de pago. Claro que, aun con esto, la objetividad no existe y aclaro de antemano que, aunque existiera, sería imposible para mí serlo cuando se trata de Sonic the Hedgehog, pues fue la franquicia que me inició en este medio y que generó un efecto dominó en mí hasta donde estoy ahora. Pero trataré de no culparlo demasiado por eso.
Los Origins
Partiendo por Sonic the Hedgehog, y considerando que fue concebido por SEGA para ser el Mario killer, mostrando el potencial de la Mega Drive (o Genesis, como la llamamos por mis tierras) para cargar los escenarios más rápidamente y con mayor detalle que su contraparte italiana. Se publicitó como un sinónimo de velocidad vertiginosa, el diseño del personaje con sus icónicas zapatillas rojas que se volvían un borrón cuando corría a máxima velocidad y su actitud indiferente y presuntuosa le daba un edge que apuntaba a un público relativamente mayor que al de la mascota de Nintendo. Aunque esta misma asociación de Sonic con la velocidad sería lo que generaría más críticas, sobre todo muchos años después, sobre el primer juego.
Realmente Sonic the Hedgehog -el primer juego, no la franquicia- no trata sobre ir rápido. Sonará raro, pero la evidencia está en sus propios niveles como Marble Zone, donde tenemos que empujar bloques lentamente para accionar botones o para cruzar lagos de lava, esperando pacientemente a llegar al otro extremo y Labyrinth Zone, en el cual pasamos la mayor parte del tiempo bajo el agua, donde nuestros movimientos se ven drásticamente ralentizados. Es quizás aún más difícil de asimilar cuando tenemos como primer nivel a Green Hill Zone -el cual terminaría convirtiéndose en un ícono de la franquicia, apareciendo en incontables títulos más adelante, aunque interesantemente no se vuelve a repetir en ninguno de los juegos clásicos-, un nivel que está hecho para ir rápido, recompensando a los jugadores que conocen el mapa. Estos niveles tienen variadas rutas divididas por la altura de cada una y todas llevarán a la meta y, entre más alta la ruta, más recompensas -como los anillos, los monitores con vidas extra, con power ups de invencibilidad, etc.- podremos encontrar, premiando así a los jugadores que tengan la suficiente habilidad y conocimiento para transitar mayormente por la parte más alta del nivel,
Este mantra de recompensar a los jugadores por conocer los niveles cobraría verdadera relevancia con la secuela y se mantendría a través de no sólo todos los títulos clásicos, sino además a través de la franquicia. Incentivando volver a jugarlos una y otra vez para obtener mejores puntuaciones y mejores tiempos, además de una experiencia más amena y, por qué no, vertiginosa, siendo no muy diferente a lo que vemos en spectacle fighters como Devil May Cry y Bayonetta. Por lo mismo el juego nos permite retroceder por los niveles para tener la oportunidad de buscar caminos no recorridos, a diferencia de los juegos de Mario, donde, una vez pasada una pantalla, no podríamos volver atrás.
Contrapunto por Juan Pablo Corella
Aunque muy lejos de ser perfecto, Sonic the Hedgehog establecería unas bases sólidas para sus secuelas, con personajes carismáticos, un planteamiento de niveles con mucho potencial, una gran banda sonora y un giro interesante a lo que serían los juegos de plataformas hasta la época.
Sonic the Hedgehog 2 sería un gran paso adelante en todos los aspectos. Los niveles estarían mejor diseñados, incentivando más que nunca la velocidad y conocer cada recoveco de estos. Ya no volveríamos a pasar inevitablemente por niveles de agua, si bien seguirían existiendo zonas subacuáticas, éstas podrían ser fácilmente evitadas sabiendo navegar correctamente por el escenario. También se incluiría a Tails, que si bien no sería un gran cambio permitiría jugar de a dos y terminaría convirtiéndose en uno de los personajes más destacables de la marca. La banda sonora es mejor que nunca, con temas pegadizos y tan buenos que se pueden escuchar una y otra vez sin llegar a aburrir, siendo uno de los puntos más memorables de la saga para mí. Las peleas contra el Doctor Robotnik seguirían sin ser la gran cosa, pero, al menos ambos jefes finales, serían algo que no podría olvidar nunca, tanto por su dificultad como diseño y mecánicas.
Además contaríamos con la posibilidad de convertirnos en Super Sonic tras obtener todas las Esmeraldas del Caos y un número determinado de anillos. En este modo podemos movernos más rápido y ser inmunes al daño. Eso sí, nuestros anillos irán disminuyendo progresivamente y, una vez llegado a cero, volveremos al modo normal.
Sonic CD, por otro lado, resultaría ser un retroceso significativo para la franquicia. Volvemos a contar sólo con Sonic como protagonista, teniendo que salvar a Amy -un personaje inédito hasta ahora- de las garras de Robotnik. El gran gimmick de CD sería el viaje en el tiempo que podríamos realizar en los niveles, necesitando pasar por postes con carteles que digan Future o Past y luego desplazarnos a una gran velocidad para realizar el viaje. Lamentablemente esta mecánica no terminaría teniendo mayor profundidad, sirviendo en mayor parte para darle una nueva capa de pintura a los niveles, sin interferir en la estructura de estos y además sintiéndose más desorganizados que nunca, siendo los peores de todos los juegos clásicos. Y las peleas contra Robotnik serían las peores, tratando más que nada de puzzles fáciles de descifrar o peleas con mecánicas sencillas y fáciles, al punto que quedé atónito cuando, después de cuatro golpes, salí victorioso de la que terminaría siendo la última batalla contra nuestro archinémesis.
Sonic the Hedgehog 3 & Knuckles es una especie de anomalía, originalmente salió sólo Sonic 3 y luego Knuckles llegaría como una expansión, una verdadera rareza en la época analógica del medio. Ambos por separado se sienten como un juego incompleto, pero juntos son el título más largo de la colección, llegando a durar casi el doble que el resto de títulos. La banda sonora seguiría siendo tan buena como ya nos tenía acostumbrados la franquicia, algunos de los niveles serían una maestría del diseño, siguiendo el mantra de perfeccionarse para llegar al ápice del game flow, siendo más común que, al pasar por ciertas zonas, especialmente cuando el juego se pone en modo “automático”, donde seremos transportados a través del nivel por un tiempo determinado sin necesitar ningún aporte del jugador, veamos puntos de interés, como power ups, vidas extra y demás para incitar la exploración y querer descubrir esos lugares por cuenta propia.
Aunque los niveles más avanzados pueden pecar de ser un poco demasiado enrevesados y, en mi opinión, no tan buenos como los de Sonic the Hedgehog 2, el juego lo compensa con power ups más variados. Ya no sólo estarían la invencibilidad, el campo de fuerza y el boost de velocidad, sino que también habría un escudo eléctrico, que nos permitiría dar un doble salto y ser invulnerable a los ataques eléctricos, un escudo de fuego que nos permite lanzarnos como bola de cañón hacia adelante, no muy diferente a la habilidad especial de Knuckles que lo manda planeando por un breve periodo de tiempo, aparte de hacernos inmunes a la lava y demás peligros de fuego y un escudo de agua que nos permite aguantar la respiración indefinidamente bajo el agua y rebotar tras dar un salto. Todo esto aumentaría significativamente el rooster de movimientos disponible y potenciando aún más las posibilidades para el jugador de encontrar la forma ideal de trasladarse por los diferentes niveles.
El Plus
Sonic Origins Plus no sólo incluye todos los juegos clásicos del erizo azul, sino que también les daría un lavado de cara a través del Modo Aniversario con gráficos de mayor fidelidad, una pantalla más amplia que nos permitiría ver mejor qué se nos avecina durante los niveles, una completa estabilidad de los frames por segundo, el movimiento drop dash -girar rápido por el suelo tras un salto- que fue incluído originalmente en Sonic Mania y la posibilidad de jugar con Sonic, Tails, Knuckles y Amy. Cada personaje tiene su propio set de habilidades, aunque, lamentablemente, como los niveles originalmente no fueron diseñados para ninguno que no fuese Sonic, no se aprovecharían del todo bien o servirían para explotar las debilidades del juego. Por ejemplo, con Tails fácilmente podemos sobrevolar por todo el nivel, parando ocasionalmente para descansar, sin interactuar con ningún enemigo ni ningún otro elemento del escenario y llegar a la meta sin dificultad alguna. Las vidas serían reemplazadas por monedas, las cuales podríamos ganar cada cincuenta mil puntos, cada cien anillos o a través de monitores predeterminados. Estas monedas se pueden usar para desbloquear elementos de la galería, como imágenes y videos o bien para poder reintentar niveles bonus de cada juego, los cuales permiten obtener las Esmeraldas del Caos. Un añadido bastante agradecido pues estos niveles suelen ser bastante complejos y es muy fácil terminarse el juego sin tener la posibilidad de obtener todas las gemas.
Para los más nostálgicos o bien que busquen un desafío, está el modo clásico, el cual cuenta con la resolución original de pantalla de 4:3 y con un número limitado de vidas. Aunque seguiría contando con los gráficos modernos, la estabilidad de los frames por segundo y, extrañamente, el spin dash -dar un giro rápido agachándose y presionando el botón de salto- en Sonic 1, el cual originalmente no estaba presente. Imagino que a más de uno, sobre todo a los más puristas, esto los podrá chirriar, pero como dijo el CM de Doom en Twitter: “Tu controlas los botones que presionas”, así que al menos por mi parte sólo lo veo como un positivo neto.
Además tendremos el Modo Espejo tras pasar cada juego, en el cual podremos recorrer los niveles de derecha a izquierda; un modo de desafíos para los más curtidos y la colección completa de los juegos de Sonic de la Game Gear. Lamentablemente, estos últimos no recibieron ningún tipo de retoque, por lo cual no sólo sus gráficos se mantienen como fueron concebidos originalmente, sino que además los problemas de rendimiento seguirían ahí. Más que nada esta colección de juegos está ahí para los que se hayan criado con estos juegos puedan revisitarlos y para aumentar el contenido de la colección.
Un vistazo atrás completo
Precio y sistema de monetización aparte, Sonic Origins Plus es una verdadera carta de amor al erizo azul y todo lo que representó en sus primeros años de vida. Cada juego cuenta con una cinemática inicial y final animadas con mucha dedicación, las mejoras a cada título nos permiten jugar a estos como recordamos haberlos jugado más que a como eran realmente, la colección de imágenes, videos y bandas sonoras están muy completas y dudo que deje a nadie insatisfecho y añadiendo los desafíos, los juegos de Game Gear y los diversos modos de juegos, la colección puede brindar mucho tiempo de juego. SEGA ha sabido por una vez darle a los fans lo que quieren y lo ha hecho a lo grande, con una experiencia que sirve tanto para los más nostálgicos, como para gente que recién quiera comenzar a entrar a la franquicia.
Esta crítica ha sido realizada con una copia digital para PlayStation 5 cedida por PLAION