Destellos azules de grandiosidad
Quién me diría que acabaría escribiendo en una página web sobre videojuegos, algo que desde que leía la revista de Nintendo Acción siempre deseé, estar cerca de una lado de la industria radicalmente distinto al que se tiene como consumidor. Sin embargo, una vez estando dentro sentí que no encajaba por diferentes motivos, pero el principal no es otro que la poca “cultura” sobre videojuegos que tenía y tengo. Es cierto que desde pequeño jugaba bastante a videojuegos, pero apenas tenía un par que me pasaba una y otra vez, no tengo casi recuerdos de ir a comprar un juego o probar otros títulos, y es por ello que algunos de las obras más míticas de mi juventud no han pasado por mis manos, y es ahora cuando por fin me he adentrado en ellos, todo esto dejando de lado que ha habido géneros en los que no me he atrevido a intentar hasta ahora, y que también ha hecho cuestionarme cuánto me merezco estar aquí, pues considero que la gente con la que comparto espacios es auténticamente increíble. Es por ello que, quién me lo diría a mí, tras 24 años y varios consolas y juegos de por medio, sería ahora a finales de 2022 cuando por fin cumpliría una de las deudas pendientes que más me pesan, empezaría y terminaría un juego de Sonic, y no uno cualquiera, ni más ni menos que Sonic Frontiers.
A día de hoy recuerdo vagamente haber jugado algún nivel que otro de un Sonic sin nombre en alguna casa ajena, cosa de poco, terminábamos poniendo otro juego. Pero siempre ha estado esa espina clavada, sobre todo viendo cómo ha habido mucha gente que ha disfrutado más o menos de la saga, y viendo que lanzamientos como Sonic Mania recababan un amplio éxito, algo raro para la saga de Sega en tiempos modernos. Pero bueno, todo esto es agua pasada, pues la excusa definitiva para ponerme a los mandos por fin se plantó delante de mí, y es por ello que, apenas sin saber nada de lo que me iba a encontrar, me lancé de lleno al mundo de Sonic Frontiers, y quién me diría que sería tan buen viaje. Pocas personas daban siquiera un duro porque el lanzamiento fuese decente, parece que había un sentimiento general bastante decepcionante por lo mostrado hasta el momento, posiblemente debido a un error en la parte de comunicación al no saber transmitir bien de qué iba todo esto, pues el núcleo jugable con el que nos encontramos es simplemente delicioso. Sonic y sus amigos (Amy, Knuckles y Tails) están sobrevolando el mar en busca de información sobre las chaos emeralds, unas fuentes inacabables de poder, hasta que, de pronto, un portal los absorbe sin mediar palabra, llevándolos a un mundo pseudo digital donde Sonic se encontrará solo, y deberá de liberar a sus amigos de sus prisiones digitales que los mantienen en otra dimensión.
Para ello habrá cuatro pasos claves que, con sus diferencias, nos permitirán ir avanzando en la historia. Si deseamos recuperar esta suerte de gemas del infinito, que nos darán el poder suficiente para destruir a los titanes (jefes finales de cada zona contra los que lucharemos con la mejor banda sonora posible), deberemos primero derrotar a jefes secundarios dispersos por el mapa, los cuales nos soltarán un objeto necesario si deseamos acceder a unos mundos especiales, los cuales son reminiscencias de los juegos de Sonic más clásicos, pues tendremos desde los clásicos niveles 2D hasta lo más modernos en 3D, primando en todos ellos la recolección de monedas mientras vamos a toda velocidad hasta el final. Dependiendo de los resultados que obtengamos, nos darán las llaves correspondientes, otro objeto crucial, ya que una vez tengamos en nuestra posesión el número requerido de las mismas, podremos obtener ni más ni menos que las chaos emeralds, necesarias como he dicho para acceder a la zona donde se encuentran los jefes finales. Una vez hemos visto estos tres objetos clave para avanzar con la historia, quedaría otro no menos importante, como son los objetos de cada uno de nuestros compañeros, dispersos por el mundo abierto esperando a que los recojamos.
Estos objetos también serán importantes para avanzar en la historia, pues será necesario colaborar con nuestros compañeros para encontrar las chaos emeralds, y para ello deberemos de recolectarlos para que estos se materialicen en nuestro mundo y tengamos conversaciones con ellos, o quién sabe, tal vez hayan averiguado algo sobre la localización de una chaos emerald. Pero lo importante sobre este apartado no es otro que la obtención de dichos objetos, estando estos esparcidos por el mundo de manera muy concreta, no al azar como podríamos pensar, pues cada uno de ellos se encontrará al final de diversas mini plataformas que iremos encontrando conforme avancemos por el mapa, totalmente disponibles para que, de camino de un punto X a otro Y, nos encontremos varias de estas que nos facilitarán el ir avanzando en la historia.
He leído alguna crítica que otra enfocada en este apartado, pues en un mundo bastante grande donde impera la naturaleza y alguna que otra construcción clásica destruida, mayoritariamente de piedra, estas plataformas rompen radicalmente con la estética, encontrándonos suelos, paredes y raíles flotantes con el único objetivo de que lo completemos para recoger nuestro premio, una dicotomía que, a pesar de romper con el molde que se esperaba, encuentro más que justificada, y no por otra cosa que por ser la excusa perfecta para poblar un mundo abierto de Sonic. Estoy seguro que más de uno se habrá sentido aburrido cuando en el mundo abierto de turno nos toca ir de un punto a otro, siendo una distancia muy considerable y el motivo un viaje que no podemos evitar si queremos seguir avanzando. En esta ocasión Sonic Frontiers sacrifica la integridad de su mundo para brindar entretenimiento en estos viajes. La velocidad de Sonic no será supersónica badum tss, pero qué más da, podemos ir de plataforma en plataforma, amenizando el viaje y además consiguiendo recompensas. Habiéndolo terminado ya, no sería capaz de imaginarme un futuro juego de Sonic que no tome esta inspiración, esta forma de adaptar el mundo no a su propia historia, sino cediendo el protagonismo al núcleo jugable, sin duda una decisión atrevida que parece que ha gustado.
Obviamente en este camino no son todo rosas, y faltaría más. Al igual que no dudo en celebrar esta decisión de poner plataformas completamente aleatorias y sin sentido por el mundo, también hay que recalcar cómo afectan en algunos casos a nuestra experiencia, ya que el principal problema que presenta Sonic Frontiers es la cámara. Las plataformas sobre las que he hablado es importante destacar que en ocasiones siguen un formato 3D, y en otras 2D, algo que choca de manera poco natural en un mundo abierto como es el que tenemos, y en el proceso de internarnos a una en la que impere el 2D, la cámara se queda rígida y nos ata directamente a hacer la plataforma, al menos que logremos escapar de la misma. No es un mayor problema, pues más allá de alguna ocasión en la que iremos corriendo de un lado a otro y de repente nos veamos atrapados en el 2D, no supone mayor contratiempo, dejando hueco para que brillen virtudes como son los combates. Estos no son más que plataformas de nuevo, y a excepción de los jefes finales y algunos más pequeños en los que deberemos de centrarnos en la acción, algunos de ellos presentan un desafío que deberemos de solucionar si deseamos atacar al enemigo para extraer los objetos necesarios y así continuar con nuestra cruzada de liberar a nuestros amigos.
Otra forma de hacer mundos abiertos
Sonic Frontiers es, sin duda alguna, un soplo de aire fresco, no ya en la saga, pues como he dicho al comienzo del texto no tengo conocimientos apenas para hablar con esta potestad, pero sí que supone un cambio de paradigma para los mundos abiertos en sí, centrados en intentar ser coherentes con su historia, con sus mundos, pueblos, países, etc, y dejando de lado la opción de experimentar por otros caminos. Es por ello que me alegra infinitamente haberle dado esta oportunidad, no me arrepiento en absoluto, pues he podido ver en Sonic Frontiers otra forma de hacer mundos abiertos, pero, sobre todo, en hacer algo diferente a lo esperado, alejarse de las raíces que lo pusieron donde está, y a pesar de ello cosechar buenas críticas. Solo deseo que estas decisiones más rompedoras no se pierdan en el conservadurismo, y se siga experimentando como se ha hecho aquí, pues de esta manera es como el medio más se beneficia.
Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para PlayStation 4 cedido por PLAION España.