Decisiones arriesgadas
El primer Beyond Good & Evil fue una de mis primeras experiencias en un PC. Me regalaron el juego, que aún tengo en mi poder, como promoción de una cadena de comida rápida, cuando aún poseía mi flamante PlayStation 2 y la correspondiente portátil de Nintendo. Al llegar a casa pude jugar con el ordenador de mi padre, algo a lo que no estaba acostumbrado si no era para juegos de estrategia, a los que sí echábamos infinidad de horas. Cuando en el E3 de 2017 se presentó Beyond Good & Evil 2, Ubisoft hizo las delicias de todos los jugadores con una cinemática espectacular en la que se planteaba el universo para tan esperada secuela. Un Michel Ancel emocionado y un público nostálgico resultaron en una combinación mágica, que se conforma como uno de “esos momentos especiales” de la feria angelina. Tras muchos años esperando una segunda parte que nunca llegaba y después de muchos rumores, al fin es una realidad. Aún no se ha determinado una fecha concreta, pero sí multitud de detalles, como que se trata, en realidad, de una precuela.
Han pasado dos años desde el anuncio y hemos podido recibir mucha información del título, así como ver varios diarios de desarrollo en el que se mostraba gameplay de versiones tempranas. Lo primero que llama la atención es la apertura del mapeado. Estamos en Ganesha, una ciudad de Soma, la luna que orbita a uno de los planetas de System 3. Al parecer, el sistema solar en el que nos encontramos será explorable al completo y sin cargas, para lo cual se han apoyado en elementos generados de forma procedural, pero siempre con la supervisión de artistas para no dejar nada al puro azar. La cuestión es si este gran escenario va a estar lleno de cosas. Con la excusa de poder emplear naves espaciales para viajar a velocidades de vértigo, cabe la posibilidad de que lo único interesante sean los asentamientos principales, dejando vacío el camino entre ellos. El primer juego no era tan inmenso, ni mucho menos, pero el mapa parecía amplio y entretenido, sin dejar de ser una aventura lineal.
Pero, ¿qué pasa con los protagonistas? Aquí viene la principal polémica: el juego es completamente online. Incluso para jugar en solitario necesitaremos conexión constante. El concepto de este nuevo Beyond Good & Evil es el de convertirnos en legendarios piratas espaciales, como el resto de jugadores, por lo que las mecánicas cooperativas están presentes. Crearemos a nuestro personaje, algo que tiene que ver con el trasfondo del título, que parece tener relación con la clonación de especies en una sociedad de castas. El cooperativo online para campañas se ha convertido en una tendencia últimamente, que reduce las posibilidades de jugar solo. La linealidad y el singleplayer del primer juego no estarán presentes. Por ende, debemos olvidarnos de controlar a Jade, nuestra querida protagonista, aunque estará presente en el título como NPC. Todo dependerá de cómo los personajes secundarios puedan ofrecernos una gran profundidad narrativa, para no caer en una trama vacía, que rellene con misiones recaderas en un intento de mantenernos activos jugando.
Como he mencionado antes, hemos podido ver bastante gameplay en diversos vídeos que nos han ido enseñando. La comunidad ha sido partícipe desde el primer día gracias al programa Space Monkey, que el equipo presentó con los primeros anuncios. El primer título tenía niveles que funcionaban como “mazmorras”. Debíamos adentrarnos en cuevas, enfrentándonos a enemigos y resolviendo puzles, llegando a perdernos un poco y tener que prestar atención. Esperemos que en Beyond Good & Evil 2, estas zonas cerradas no se conviertan en un “avanza, matando rápido a lo que puedas”. Las zonas de sigilo también se verán comprometidas. Los enemigos eran muy fuertes en el primer título, mientras que Jade era una chica medianamente normal, tan solo armada con un bastón, por lo que debíamos evitar el combate directo en ocasiones. En la nueva obra de Ubisoft parece que tendremos un combate más agresivo, con un armamento más amplio, aunque lo que hemos podido ver hasta ahora deja mucho que desear. Animaciones toscas y poca profundidad en los combos que esperemos que se compense con los aumentos para nuestras habilidades.
Una de las mejores mecánicas del primer título era la de hacer fotografías. Jade empleaba la cámara para conseguir dinero y, a modo de coleccionable, podíamos hacer fotos a cualquier ser vivo, con lo que conseguir créditos y facilidades para obtener objetos cuando avancemos. Que Jade hiciera fotografías no era algo trivial. No era una súperheroína ni nada parecido. Se infiltraba en lugares cerrados para intentar conseguir pruebas de que la población estaba siendo engañada, convirtiéndose así en una especie de reportera de investigación que pretende destapar algo. Con ello, además, teníamos un mensaje que jugaba con la opresión y el control de masas. Confiemos en que Ubisoft Montpellier esté construyendo un universo interesante, en el que la trama aborde temas profundos sobre ese sistema de castas que han presentado y que así, la rebeldía de los piratas espaciales esté justificada y logremos empatizar con la causa.
Ganesha, como hemos mencionado antes, es solo una ciudad de un planeta, de los que hay varios en el sistema. Poder visitarlo todo puede ser muy emocionante y, para ello, tendremos nuestra propia nave altamente personalizada. Pero la gran duda es: ¿conseguirá Ubisoft crear un título lleno de contenido? En Beyond Good & Evil era entendible, por ejemplo, la escasez de personas en el mapeado, dada la potencia de las consolas de antaño, pero en este caso no es para nada justificable. Por tanto, las ciudades de este sistema deberían estar altamente pobladas y que sintamos realmente la enormidad del universo y la libertad que supone ser un pirata espacial. Además, la absurda tendencia de hacer juegos que pretenden ser apolíticos rompe completamente con el concepto de Beyond Good & Evil, donde contribuíamos a gestar una revolución. Espero, de corazón, que a pesar de todas las decisiones para construir esta precuela, el espíritu del primero tenga presencia y no sintamos que usar su nombre es solo una excusa.