Fue bonito ser abuela
Ubisoft es una de esas empresas que, en cuanto tienen una formula que funciona, la repiten hasta la saciedad. Tal es el caso que, dentro del género de los mundos abiertos, algunos elementos se les pone el sufijo “de Ubisoft”, como es el caso de las atalayas. Sin embargo, conforme han ido avanzando los años y sacando juegos, se van viendo cada vez más y más los bordes de un mismo molde y planteamiento, y por mucho que la mona se vista de seda sigue siendo en esencia la misma experiencia. Con Inmortal Fenyx Rising quisieron dar un girito para acercarse más a Breath of The Wild, y con Watch Dogs: Legion hacer que controlases a los personajes que quisieses, que fuese más una victoria colectiva que de un solo individuo. El problema es que ambos salieron muy cerca del Assassin’s Creed más exitoso de los últimos años, con la misma formula de siempre pero a niveles nunca vistos. Y el público, con su cartera, habló.
Watch Dogs: Legion no es que estuviera destinado al fracaso, es que nació prácticamente muerto.
Uno de los puntos más importantes que querían explotar era el multijugador, el cual tardó en llegar por lo roto e injugable que era de base. Cada poco tiempo iban incluyendo actualizaciones con más contenido y crossovers con otras franquicias de la empresa, pero nunca llegó a calar. El tedio de las misiones repetitivas, una mecánica tan interesante pero no muy bien implementada, salir con uno de los juegos más fuertes de los últimos años y que tardase en llegar ese modo multijugador fue lo que sentenció a Legion al olvido y quedarse a la sombra de su antecesor. Por ello, Ubisoft ha decidido que, solo a año y medio de su salida, va a dejar de dar soporte al juego y las temporadas 3, 4 y 5 se irán repitiendo en bucle.
La trilogía de Watch Dogs ha tenido un trayecto bastante tortuoso hasta la fecha: el primero fue un juego hecho a medida siguiendo las convenciones del momento, comprado por muchos y odiado por todos; el segundo consiguió encontrarle un punto más canalla y sí, repetías misiones, pero al menos el juego no se tomaba tan ridículamente en serio como el primero, y parecía que podía despegar; y Legion surgía de un concepto poco explorado e interesante, pero se estrelló por su mala salida. Sinceramente, con un inicio tan regulero, si no consigues alzar el vuelo con conceptos más novedosos y te estancas en lo de siempre pasa lo que pasa, y es que ni una colaboración con La Casa de Papel podía salvarlo. Si a esto le juntamos la cantidad de alternativas que quizá no ofrecen lo mismo pero sí son un reemplazo más que válido, se queda completamente fuera, y eso me hace preguntarme qué va a pasar ahora.
Serán juegos que son más de lo mismo, pero los equipos de Ubisoft han demostrado que saben darle un toque especial a sus obras. Si Assassin’s Creed: Valhalla ha pegado un petardazo tan fuerte es por algo, y sería una pena que esta saga se quedase enterrada en el olvido, aunque visto lo visto y tal y como van los desarrollos dentro de la empresa igual hasta es mejor para todos. Con la de proyectos en el limbo del development hell que tienen pueden reubicar al personal para apoyar dichos desarrollos, y quizá cerrar un juego que no ha funcionado es una oportunidad de oro para ello. Los servidores seguirán abiertos, por supuesto, así que aún tenéis tiempo de probar y saborear un poco de lo que podría haber sido.