Shin Megami Tensei V

'No gods or kings, only men'

A través de la historia de la humanidad siempre ha habido individuos, facciones, religiones y naciones que han intentado hacerse con el poder absoluto; convencidísimos de que su verdad es la verdad absoluta y que su criterio de no solo cómo debiese funcionar el mundo sino además su distinción arbitraria de qué es el bien y qué es el mal los ha cegado y llevado por caminos de violencia y sangre. Dictaduras, guerras y genocidios. Todo en manos de estos autoproclamados adalides de la virtud y el bien. Es precisamente por eso, quizás, que resulta tan fácil conectar con la trama de Shin Megami Tensei V, que, a pesar de ser cuando menos reiterativa de la mostrada en su tercera entrega, Nocturne, no deja de sentirse menos fresca ni menos sincera en sus intenciones.

Sin importar en qué lado del espectro político y religioso nos encontremos, podemos encontrar asilo en algunas de las diferentes facciones que componen la historia, pero antes de continuar por este camino, les resumo la premisa de la obra de Atlus para que todos estemos en la misma página.

A salvar el mundo

Yo: Juego a SMT por la trama
La trama:

Shin Megami Tensei V comienza con el día a día de un joven estudiante en una preparatoria de Tokyo, Japón cuando, tras una catástrofe, se ve transportado a una especie de futuro en la que la capital del país nipón se encuentra sumida en las ruinas y en la que los demonios y ángeles libran una guerra a muerte por la supremacía absoluta del universo. Desde aquí ya podemos ver las dos facciones más claras de la disputa. Unos, los ángeles, quieren perpetuar el orden absoluto del Creador mientras los otros, los demonios, buscan el Caos. En el camino iremos encontrando medias tintas y propuestas diferentes que distan un poco, aunque no mucho, de estos absolutismos. Aunque en el papel elegir un lado u otro suena una tarea fácil y obvia como los antiguos medidores de moralidad, en la práctica resulta que ningún lado está libre de culpas; nadie posee la verdad absoluta, solo tienen más o menos poder y posibilidades de decidir el futuro de la humanidad y el universo.

Ahí es donde entramos nosotros, con la ayuda de un Protoscuro, nos convertiremos en un Nahobino: un ser mitad humano, mitad demonio cuya naturaleza está prohibida de existir, prohibición erigida por el mismísimo Creador. Viéndonos sumidos en el ojo del huracán de esta disputa entre facciones titánicas, aunque -y quizás esto es lo que más me atrajo en un comienzo de la aventura- llegamos algo tarde. Cuando por fin llegamos a cierto punto de la historia, aparecerá Lucifer descendiendo de los cielos, anunciando que el Creador ha muerto y, él mismo, desaparece tras este anuncio. Los líderes de ambas facciones se encuentran sorprendentemente ausentes del conflicto principal, por lo que el Trono de los Cielos ha quedado desocupado y todos ansían ese puesto.

Nuestro trabajo será, entonces, aliarnos con Bethel, una facción antidemonios liderada por el primer ministro de Japón y que, actualmente, tiene un acuerdo con los ángeles. Junto a nuestros compañeros de preparatoria cuyos poderes, al igual que los nuestros, fueron despertados, tendremos que ir erradicando la amenaza y asegurar un futuro para la humanidad. Sin dar más detalles de la historia, pues es algo que es primordial que presencien por su propia cuenta, solo he de añadir que ha tenido momentos realmente potentes narrativamente hablando y que no hace nada a medias tintas; su compromiso con su mensaje es absoluto y la libertad de elegir nuestro propio camino no está teñido por lo que es correcto o incorrecto, sino más bien queda a la interpretación de cada quien el velar por la humanidad como mejor nos plazca.

Una masterclass de cómo accesibilizar sin casualizar la experiencia

Algo que noté sobre todo en las primeras horas de Shin Megami Tensei V es que es una puerta de entrada a la saga mucho más amena que Nocturne. No solo porque ha actualizado mecánicas algo anticuadas como los encuentros con enemigos de forma aleatoria, sino que además ha incluido una variedad de objetos y medios para facilitar el entendimiento de su -algo- complejo sistema de combate y dándonos algo más de espacio para cometer errores. Si bien es cierto que el juego no se libra del grindeo, pues entre más difícil el modo de dificultad más tendremos que recurrir a esta técnica, también es cierto que hay variadas formas de paliarlo. Por un lado tendremos la posibilidad de llevar un amplio equipo de demonios a nuestro lado y, aunque nuestro party solo puede ser de 4 miembros incluyéndonos, el resto irá ganando experiencia junto a nosotros aunque en menor medida, pero que servirá para poder ir rotando a los integrantes cuando necesitemos de ciertas habilidades específicas o, por qué no, de sus resistencias, las cuales juegan un papel clave a la hora de sacarle la ventaja a los enemigos.

Existen 8 tipos de ataque en el juego: Físico, Fuego, Hielo, Eléctrico, Fuerza, Luz, Oscuridad y Todopoderoso. A excepción del último, casi todos los demonios son o bien resistentes, neutros o inmunes a alguno de estos elementos. Esto último, la inmunidad, es clave cuando peleamos contra enemigos más fuertes pues, si uno de nuestros compañeros que es inmune a un elemento recibe un ataque de dicho elemento, le restaremos dos turnos al rival -o más si es capaz de drenar o reflejar los ataques-. Esto sin duda puede hacer la diferencia entre la victoria y la derrota, pues las debilidades a los elementos se ven castigadas recibiendo más daño y dándole un turno extra al rival. Lo mismo pasa con los críticos.

Más trama

Antes, los ataques críticos se daban ya fuese por RNG o tras activar una habilidad que asegurara uno y eran exclusivos de los ataques físicos. Ahora, aparte de esto, tendremos una barra de Magatsushi que se irá rellenando con el paso de los turnos y que, entre otras cosas, nos permitirá asegurar ataques críticos, ya sean físicos o de magia, lo cual puede cambiar totalmente la dinámica del combate, pero cuidado, que los rivales contarán con las mismas posibilidades y una ronda de críticos puede resultar letal incluso de enemigos menores.

Otra de mis adiciones favoritas a esta entrega son los puntos de gloria, los cuales podremos conseguir ya sea encontrando a unos pequeños demonios llamados Miman, los cuales nos otorgarán una pequeña cantidad de gloria o bien a través de unos cristales repartidos por los diferentes mapas del juego, que nos pueden brindar hasta cien puntos de gloria. Estos sirven para desbloquear diferentes perks para el juego. Desde aumentar el poder base de nuestros ataques, poder negociar con mayor facilidad con los demonios para que se unan a nuestro equipo, aumentar la barra de Magatsushi con mayor rapidez hasta reducir el coste de la tienda de objetos y del compendio de demonios, donde realizamos las fusiones para obtener nuevas criaturas. También tendremos las esencias, las cuales nos brindarán habilidades predeterminadas de demonios específicos o sus resistencias y debilidades, lo cual podremos usar para planear futuros combates.

Todo esto hace que el sistema de combate no solo se vuelva más accesible para quienes les cueste gestionar las fortalezas y debilidades de su equipo en este título tan implacable en su dificultad, sino que además brinda mayores capas de profundidad para quienes ya sean ávidos fans de la saga, otorgándoles nuevos desafíos y elementos que administrar al mismo tiempo para crear las tácticas más óptimas de combate.

Luz u oscuridad no importan; nunca lo hicieron

En resumen, Shin Megami Tensei V se siente como una aventura titánica tanto a nivel de trama, como de mecánicas y de ambiciones. Aunque a nivel técnico se nota que el juego ha sido demasiado ambicioso para el propio alcance de Atlus y de la Nintendo Switch, es innegable que el trabajo realizado es increíble y que el resultado difícilmente podría ser mejor. Lo que Nocturne no logró hacer -convertirme en un fan de la franquicia- este lo ha logrado con creces. Desde explorar territorios apocalípticos repletos de secretos tras cada esquina y en cada rincón, hasta gestionar cada habilidad, cada integrante del equipo, cada estadística y cada perk para lograr el mejor resultado en cada combate que, al menos en mi caso, nunca llegaron a sentirse como un trámite y en la gran mayoría de casos se sentían como desafíos a superar, sobre todo en el caso de los diferentes bosses que no solo tienen diseños únicos y fácilmente diferenciables -además de temáticamente relevantes-, sino que, además, resultan ser una piedra en el camino con la que nos tropezaremos en variadas ocasiones si no somos cuidadosos en cómo avanzamos por la aventura. Dicho esto, no podría recomendar más a Shin Megami Tensei V, el cual sin duda es uno de los títulos grandes que más han cumplido con su potencial en este año.

Esta crítica ha sido realizada con una copia digital del juego cedida por Nintendo España.