Una demo para conocer una obra
¿Eres el tipo de jugador que necesita una historia larga, bien narrada y con mucho terreno para explorar? ¿Eres una persona a la que no le importan los años que pueda tener un juego o la calidad de gráficos de éste? ¿O quizá las dos cosas a la vez? Entonces debo decirte que voy a iluminarte ahora mismo, o no, depende de si ya conoces ésta joya magistral o no. Pero bueno, no soy el presentador de la teletienda ni mucho menos, pero lo que si soy, es un gran fan de la primera entrega de la saga Sacred. Si, así es señoras y señores, hoy no nos andamos con rodeos o tonterías. Hoy venímos para quedarnos con este Godzilla de los RPG, el cual es probablemente uno de los RPG que más horas me han sacado. Por lo tanto en el tributo de hoy, quiero presentaros un ‘must have’ o ‘must play’, los dos valen en este caso. Os hablaré de mi experiencia con el juego y como empezó todo, y además de eso también tocaremos algunos puntos del juego en general para que os hagáis una idea de lo que vale la pena jugar a esta obra audiovisual.
Yo desde pequeño era el Gladiador
Mi larga historia de amor por este juego, empezó en el año 2005, justo un año después de su lanzamiento oficial. Era yo un renacuajo que como en aquella época no tenía internet, jugaba a cualquier cosa que se le viniese encima, ya fuera un plataformas, lucha, FPS e inclusive el mítico Pinball que por aquel entonces era el AAA del sistema operativo Windows XP. Pues resulta que de un día para otro, no recuerdo de dónde sinceramente, conseguimos el disco con dos versiones completas de juegos y otras tres o cuatro demos. Los típicos CD’s de las revistas de quiosco que lo cierto es que se agradecía tener al menos eso, porque en mi pueblo no había ni GAME, ni Walmart ni historias de esas. Eran épocas de gamers hardcore, sobretodo donde yo vivía. Nos dejábamos juegos y los devolvíamos más rayados que un examen de historia sin estudiar.
Dicho disco, contenía tres o cuatro demos donde solo se podía jugar hasta cierto punto del mapa si era algo más abierto o directamente solo podías pasarte dos o tres de las primeras misiones y después el juego escupía un ‘splash screen’ bastante importante diciendo que compraras el juego completo porque es la caña y te vas a divertir un huevecito y medio. Pero claro, no Steam, no tienda, no nada; por lo tanto seguía machacando las demos como si fueran treinta juegos completos de The Witcher. Pero no problemo. Yo instalé la siguiente demo del disco la cual se llamaba Sacred, la inicié y comencé a ver la intro de Ascaron y en ese instante ya sabía que el juego me iba a flipar. La cuestión es que una vez en el menú solo podía seleccionar dos personajes, uno de ellos era el Gladiador y la otra era Seraphin. Con lo cual, como yo era un crack y estaba muy fuerte, escogí el personaje que pegaba con mi personalidad de aquel entonces, escogí a Gladiador. Los modelajes en aquella época eran lo máximo y las animaciones ya ni te digo. Me encantaba la viveza de los colores de ese juego, de hecho sigue encantándome. Cada cosita en la pantalla tenía brillo propio y por lo tanto gracia, lo cual me atraía a re-jugar el juego una y otra vez.
‘Fin’ del juego, decepción máxima
Después de varias horas de machacar orcos y lobos, completar misiones y vender objetos llegó lo peor. Llegó el momento de llegar al límite de la demo. Con eso quiero decir que llegué a un momento en el juego, en el que me topaba con un riachuelo el cual no podía pasar de ninguna forma. Y además los creadores se han asegurado de que si alguien hubiera glitcheado el juego en algún momento y pudiera pasar al otro lado, no le diese tiempo ni a moverse porque al otro lado del río nos estaba esperando una araña enorme con un aro de vida que por su complejidad ya te decía: ‘oye, mejor compra el juego y luego la matas, porque probablemente te tiene para dos golpes si te acercas a ella, tontito.’
Y en ese instante me di cuenta de que la vida da muchas vueltas, y todo puede acabar antes de comenzar (inserte lágrimas aquí). Cuando jugaba al juego no sabía que ese era el final, yo pensaba que el juego seguía y los personajes en el menú se desbloquearían más tarde. Pero luego me han aclarado lo que significa la palabra ‘demo’ y ahí si que no había vuelta atrás. Lo único que hice fue jugar otras veinte partidas con Gladiador explotando el terreno de la versión de demostración a más no poder.
Incluso intenté jugar con Seraphin pero no conseguía acostumbrarme a la rapidez con la que moría la pobre. Si, no prestaba demasiada atención a los atributos y estadísticas de los diferentes objetos del juego o del mismo personaje, ¿vale? Si mejoraba algo era algo que entendía más o menos, o metía puntos a voleo. Carpe diem, vamos.
Si este juego costara treinta euros, lo compraba sin pensármelo.
Teniendo en cuenta que tengo la versión física del juego en su edición Gold que viene con la expansión Underworld la cual trae dos personajes nuevos y algunos objetos para estos…
Tampoco voy a ponerme a enumerar las clases que te puedes montar, las habilidades o los personajes que están disponibles en el juego. Lo único que puedo asegurar es que si te gustan los juegos de rol, has jugado también a joyas como Titan Quest o Diablo, Sacred es el juego que te falta por machacar.
La cantidad de mapa explorable es enorme. Hay lugares de hielo, lava, incluso desiertos o bosques de tamaños variados. Tampoco faltan diferentes comerciantes en las ciudades que pueden proporcionarte pociones, armas, caballos, etc. Y de lo grande que es Sacred, hay alrededor de unos treinta secretos por descubrir por si las horas de las misiones tanto principales como secundarias, te resultaran pocas. Disponemos de seis personajes con poderes y habilidades únicas, más dos adicionales que se añaden al tener la expansión. En la página HowLongToBeat, la ficha de Sacred, nos indica que el juego dura aproximadamente veinticinco horas y con todos los extras, treinta y cinco.
Sinceramente creo que el juego es una mezcla perfecta entre Rol y fantasía. De hecho hace algún tiempo me pasé con un amigo un RPG titulado Grim Dawn y debo decir que me entretuvo muchísimo, pero creo que nada se puede comparar con la diversión tanto visual, argumental como de jugablidad de esta joya que, siempre vincularé con los buenos recuerdos de mi infancia. Pero os puedo asegurar con la mano en el corazón, que si de verdad os llaman los juegos de rol, os pasaréis más de cien horas explorando, looteando y comerciando durante todo el viaje por Ancaria. Ya le gustaría a la mayoría de RPG’s de hoy en día tener tanto contenido y brindar tantas horas de diversión como lo hizo y de hecho sigue haciendo Sacred. Al fin y al cabo, soy un simple mensajero, mejor adquiridlo vosotros mismos y jugadlo. Después podemos hablar un poco más, Amon-Shi.