Un excelso cambio de paradigma
Sackboy ha llegado para quedarse. Tras dos entregas desarrolladas por Media Molecule, Sumo Digital (Crackdown 3, Team Sonic Racing) cogió las riendas de la licencia LittleBigPlanet para hacerse cargo del tercer título numerado. No era su primera incursión en la franquicia, un par de años antes habían tenido la oportunidad de llevar a cabo el Cross-Controller Pack de la segunda entrega, pero muchos contemplamos cómo la desarrolladora británica fue más una sombra de Media Molecule que un estudio capaz de brillar con luz propia. Y, más de un lustro después, parece que estos han conseguido resarcirse con Sackboy: Una aventura a lo grande, una obra sorpresivamente divertida que funciona a las mil maravillas en todo aquello que plantea. Porque, tal y como sucede dentro del propio juego, un débil comienzo pueden suponer los cimientos de un excelente final.
Una (pequeña) aventura a lo grande
LittleBigPlanet se había convertido en la representación videolúdica de “dar palos de ciego”. Tras varias entregas numeradas, el título de karts de rigor y algún otro cameo, el silencio que Sony mantenía con la licencia protagonizada por Sackboy nos hacía pensar que esta podría haber pasado a mejor vida. Nada más lejos de la realidad. Tras seis años sin un juego en el mercado, Sackboy: Una aventura a lo grande llega en el momento perfecto: el paso de PlayStation 4 a PlayStation 5. Lanzado para ambas plataformas, los usuarios de sendos sistemas podrán comprobar las peripecias de los chicos de Sumo Digital, un estudio que continúa especializándose en diferentes campos. Así, con una histórica tendencia a la creación por encima de la jugabilidad, este título supone un paradigma dentro de la franquicia, una rara avis que, desde aquí, nos atrevemos a vaticinar que marcará la hoja de ruta de la licencia.
Hasta ahora, todas las obras relacionadas con la saga contaban con un aspecto jugable que, resumiendo rápido y mal, podría decirse que estaba poco pulido. LittleBigPlanet nunca fue una IP que quisiera destacar por su gameplay, jugando todas las cartas de su baraja a las increíbles opciones de personalización y creación que tenía en su favor. Con el título que hoy analizamos se pierde una parte gigantesca de este factor, enfocando la obra a ese factor que, hasta ahora, no se habían parado a pulir. Aún habiendo dejado atrás la franquicia hace casi una década, Media Molecule tiene su pequeña presencia en Sackboy: Una aventura a lo grande, ya que muchos compases jugables podrán recordarnos a Tearaway Unfolded, la primera incursión en las plataformas del estudio británico. Así, los nuevos encargados de sacarle el jugo a Sackboy y compañía no olvidan las raíces del mismo, fijándose en un aspecto tan simple y complejo a la vez cómo es hacer de lo cotidiano algo extraordinario, un mantra que da vida al ya mentado Tearaway y que en esta obra está muy presente.
Influencias, patrones marcados y diversión a raudales
Pero, tal y como venimos mencionando desde hace ya varias líneas, la magia de este juego reside en todo lo que rodea a sus mecánicas jugables. De hecho, que la palabra “influencias” sea la encargada de abrir el subtítulo anterior no es casualidad. Cuándo te adentras en el universo del título de Sumo Digital, existe una esencia que rezuma en cada escenario como si de una constante se tratase. Cuándo hablamos de plataformas, es casi una obligación mencionar a Nintendo, compañía que ha conseguido exprimir (en diversas y variadas ocasiones) el jugo de este género. Y, si tuviste la oportunidad de jugar Super Mario 3D World, no tardarás en ver el paralelismo entre ambas obras. Existe una fina línea entre la inspiración y la copia, y Sumo Digital ha sabido bailar sobre ella para, fijándose en los reyes del género, ofrecernos un producto de una calidad excelsa.
De puntillas y casi sin hacer ruido, Sackboy: Una aventura a lo grande se convertirse en uno de los ‘must‘ del catálogo de PS5 durante el estreno de la máquina.
La primera gran decisión del equipo ha sido la de optar por una cámara fija. Gracias a esta, sacrificando por el camino la sensación de libertad, se consigue un nivel de inmersión que no podríamos hallar de otra manera. A lo largo de sus cinco mundos, podremos sumergirnos en niveles que jueguen con las vistas (aérea, isométrica o lateral), la gravedad o la sensación de agobio en el jugador, colocando en estos últimos un objeto que, además de no detenerse, provocará que la pantalla avance sin descanso mientras rezamos por no fallar ni un salto. Además, el equipo ha trabajado en la curva de dificultad y aprendizaje, llevándonos de la mano sin ruedines. De esta manera, nos colocan sobre la mesa las herramientas para que seamos nosotros los que lleguemos a dominar el gameplay, pero tendremos que ingeniárnoslas para sacar el máximo del mismo si queremos completar el título al 100%.
Para ello necesitaremos, como ya mencionamos, todo lo que Sumo Digital pone en nuestra mano, destacando por encima del resto de mecánicas jugables los utensilios. Estos, que varían entre sí y son exclusivos de cada nivel, nos permitirán llegar a sitios que, de cualquier otra manera, no podríamos alcanzar. El boomerang nos otorgará, además de una mayor agresividad en el combate, la posibilidad de recoger objetos a distancias o abrir nuevas rutas. Con el gancho podremos columpiarnos más lejos y, valga la redundancia, enganchar elementos del entorno, unas prácticas que, además de llevarnos a avanzar a través del nivel, nos ayudará a completar al máximo cada pasaje jugable. Por último, Sackboy: Una pequeña aventura cuenta con un híbrido entre jet-pack y arma a distancia, un utensilio que nos proporcionará la habilidad de planear o acabar con enemigos u objetos a distancia. Si queremos ir a por el platino, un reto que ya os adelantamos que será divertidísimo, os podemos asegurar que tendréis que dominar a la perfección cada una de las mecánicas jugables, y desde ya os decimos que esto no será coser y cantar.
Junto a estos aspectos, Sumo Digital ha querido sumar dos de los factores más demandados en los títulos plataformas: multijugador y pruebas contrarreloj. Del primero podemos decir que es una gozada, y categorizarlo como divertido sería quedarse muy corto. Con niveles enfocados a ser superados por dos o más jugadores, estos son los únicos que no podremos superar en solitario, un pequeño punto negativo para una obra casi “sin costuras” (¿lo pilláis? Admito que no es muy bueno). Aún así, Sackboy: Una aventura en solitario puede ser superado en su totalidad en modo multijugador, contando o no estos niveles, y podemos aseguraros que esta es una de las formas idóneas para disfrutar de la aventura, ya que raro será el nivel en que no soltemos una carcajada por una acción tan simple como cargar y lanzar a nuestro compañero. Por su parte, las pruebas que desafían el reloj, además de estar trabajadas, ofrecen un desafío justo, premiando a los jugadores más expertos que quieran aventurarse a conseguir el oro.
Por último, en lo que a términos jugables se refiere, en el exclusivo del ecosistema PlayStation hemos sido testigos de una de las fórmulas más llamativas y divertidas del género. La música tiene un peso importantísimo en Sackboy: Una aventura a lo grande, algo que el equipo ha querido plasmar a través de niveles temáticos que variarán su funcionamiento en base a la canción seleccionada. Así, con licencias de Bruno Mars, David Bowie o la mismísima Britney Spears con su icónico Toxic, podremos disfrutar de cómo estas piezas musicales alteran el comportamiento tanto del entorno como de los enemigos, llevándonos a jugar al ritmo de las composiciones. Sin duda, dotar de tanto peso a la atmósfera sonora es un punto a favor importante, más aún si tenemos en cuenta que una de las apuestas de PlayStation 5 es el audio 3D, un aspecto al que han sabido sacar todo el jugo posible.
Lo cotidiano se vuelve extraordinario
Sackboy: Una aventura a lo grande es uno de los sleepers del año. Sin hacer mucho ruido, Sony ha colocado en el mercado una joya del género que, además de beber de la fórmula de éxitos anteriores, consigue alzarse con su propia identidad y asentar la primera piedra de un proyecto que augura ser apasionante. Pocos fallos podemos encontrarle a este título, quizás la sencillez y el poco esfuerzo que nos costará terminarlo, pero no podemos equivocarnos y confundir esto con completarlo. Platinar (o conseguir al 100%) este juego nos llevará sangre, sudor y lágrimas, además de alrededor de una treintena de horas de las que, sin duda, disfrutaremos cada segundo. Cada elemento de este juego lo convierte en una obra única, depositando magia en objetos como una manguera, un trozo de cartón o unas tijeras, pero todo apunta a que esta primera incursión del carismático Sackboy en el género no será la última que veamos. Y nosotros, con resultados como este, no podemos estar más agradecidos.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital para PS5 cedida por PlayStation España.