Un primer comunicado llega buscando calmar la situación
La noche es oscura y alberga horrores. Como otros días la Luna se vuelve a alzar en Gotham. El frío congela las calles, las brumas invaden los rincones. Entre las bandas callejeras se empiezan a esparcir los rumores, entre sonoras risotadas y pasos presurosos, pues es una noche de celebración. Los villanos salen de sus escondites con la certeza de que hoy harán un buen trabajo, no hay miedo, hay ilusión por primera vez en mucho tiempo: Batman, o más bien el símbolo de la justicia, ha muerto a manos de Rocksteady.
Rocksteady es el estudio enfocado en desarrollar la archifamosa saga del caballero oscuro dentro del mundo de los videojuegos, donde se encuentran los archiconocidos Batman: Arkham Asylum, Batman: Arkham City y Batman: Arkham Knight, además del más reciente y algo alejado de lo realizado anteriormente Batman: Arkham VR, que se adaptaba al sistema de realidad virtual. Es innegable la fama que tienen en lo que a desarrollo y diseño de videojuegos que poseen, de la misma manera que estos últimos días se han ganado otra mucho más degradante, pues desde el pasado año 2018, un total de 10 mujeres desarrolladoras que por aquel entonces trabajaban en la empresa escribieron una carta a la dirección, denunciando los diferentes casos de acoso sexual perpetrados contra ellas y la inacción en aquel momento de algunas de las principales figuras de la dirección. La situación parece que se quedó estancada hasta hace apenas unos días, cuando el periódico The Guardian publicó la carta en cuestión, tras dos años desde su creación. Gracias a esta acción el tema pudo volver al cauce principal de la industria, volviéndose a hablar de ello como debería de haber sido desde hace tiempo.
Tras esta publicación, la respuesta de Rocksteady no se ha hecho esperar, pero no de la manera esperada, pues supuestamente la primera réplica no ha sido por parte del estudio, sino de algunas de las trabajadoras, unas 8 de las 10, que inicialmente firmaron el primer documento. En él se hablaba sobre la situación que en su momento vivieron (y denunciaron), sobre cómo se solucionó y el sentimiento que floreció tras la filtración del comunicado de 2018 por la prensa, un documento que se firmaba de manera anónima y que se esperaba que se mantuviera privado, solo conocido por Rocksteady y las trabajadoras afectadas. Dentro de este también se mencionaba que en ningún momento había sido influenciado por la directiva o cualquier ejecutivo de la empresa. Sin embargo, a la hora de realizar la publicación en el Twitter oficial de la compañía, se han deshabilitado las respuestas al mismo. Esta decisión es cuanto menos extraña debido al propio enfoque de la publicación, la cual, de primeras, no debería de recibir ningún tipo de respuesta negativa, pues han sido las propias desarrolladoras las que han señalado que las decisiones de la empresa fueron adecuadas a la situación y que, debido a esto, la situación en la empresa cambió para corregir todas estas prácticas. Otro de los principales puntos que denotan la posible situación que se debe de vivir dentro de la empresa son estas medidas que se tomaron, pues, como se indica en el comunicado, pasaron desde reuniones hasta talleres, pero a los que asistían solo las desarrolladoras, para así ganar confianza de cara a una industria dominada por los hombres.
Es cuestionable cuanto menos que en ningún momento del comunicado se comente si se tomaron medidas de cara a los acosadores que fueron los motivos de la denuncia inicial, dejando en el limbo si recibieron algún tipo de castigo o reprimenda siquiera por sus actos. A raíz de todo lo acaecido salió la persona que, en su momento, trabajaba en Rocksteady y que fue la que hizo llegar a The Guardian la carta, una antigua guionista del estudio y que llegó a trabajar en el futuro juego de Suicide Squad: Kill the Justice League, Kim MacAskill.
Antes de que saliera el comunicado de sus supuestas excompañeras, compartió un vídeo tanto en YouTube como en Twitter donde explicaba y justificaba esa acción. La principal razón fue su experiencia, anteriormente compartida por el resto de empleadas y la cual quedó reflejada en la primera carta, una experiencia deleznable e incluso denigrante. De todas maneras lamenta no haber contactado con el resto de firmantes, pues la razón por la que lo hizo fue para dar a conocer su caso al mundo, para que alcen sus voces frente a estos abusos, aunque no es el único argumento, pues parece confirmar que efectivamente desde el estudio no contactaron con los empleados, y parece que, a través de un par de llamadas, la situación sigue igual que anteriormente, lamentando que nada haya cambiado a pesar del tiempo y el supuesto trabajo.
A la espera del comunicado oficial por parte de Rocksteady, la situación es cuanto menos conflictiva, pues incluso con las declaraciones de las trabajadoras que continúan en la empresa, las medidas no parecen ni de lejos suficientes, como bien apunta Kim. Por lo tanto, parece que nos seguimos encontrando semana tras semana, mes tras mes, con casos similares, como lo vivido en Ubisoft estos últimos meses, acosos perpetrados o incluso encubiertos por aquellos a los que se les debe de considerar como jefes, aquellos en quienes se debería de tener confianza si se sufre acoso por algún compañero. Figuras que se oscurecen y ceden a la oscuridad, a la complicidad o incluso al acoso, figuras que abandonan poco a poco el sentido de justicia y que se acaban convirtiendo en quienes serían el peor enemigo de Batman.