Después de 20 años, volvemos a Raccoon City
En 1998, hace ya más de 20 años, salió a la venta Resident Evil 2 – o Biohazard 2, en Japón -, un survival horror que contaba la historia de Leon S. Kennedy, un policía novato que llegaba a su primer día de trabajo, y de Claire Redfield, hermana de Chris Redfield, que emprendía una aventura en búsqueda de su hermano desaparecido. Este título contaba con mucha más acción que la primera entrega; bastaba jugar los primeros cinco minutos para darse cuenta ya que, solo contando los zombies que aparecían, estos superaban en decenas al único zombie que nos sorprendía en los primeros momentos de la primera entrega. Esto, junto a su capacidad para sorprender al jugador, lo convirtieron en mi capítulo favorito de la saga, pues el agregado de poder jugar con dos protagonistas, alternándolos y variando sus historias, le aportaba un gran factor rejugable que disfruté como un enano.
Ahora, veinte años después, sale a la venta su esperadísimo remake, olvidándose de las cámaras fijas de la entrega original y pasando por alto la perspectiva en primera persona de su entrega más reciente, Resident Evil 7. Y es que esto fue lo primero que llamó la atención en los tráilers: el regreso del enfoque de la cámara al hombro al estilo de Resident Evil 4, probablemente el episodio más aclamado tanto por los fans como por los críticos. Por mí, en cambio, no tanto.
Yo disfruté el la inclinación a la acción de la segunda entrega porque fue más bien mesurada y porque, ya quitada la sorpresa de haber visto a los no muertos en el primer juego, no se podía esperar a que tuvieran el mismo impacto en una segunda iteración. Pero la cuarta entrega dio un salto olímpico, omitiendo por completo el terror y cayendo de lleno al género acción. También quitó a los zombies y puso a españoles de la Edad Media, controlados por una especie de parásito llamado La Plaga. Mis altas expectativas descendieron de inmediato al ver que la amenaza de que este remake tomaría el mismo enfoque de dicha entrega, pero, después de tanta anticipación y de tantos temores, ¿ha cumplido el juego los altos estándares que esperaba?
Resident Evil 2 comienza de una manera muy fiel al original. Ya sea con Claire o Leon llegando a un punto de venta de una estación de gasolina, se encuentran con que un zombie está atacando a una persona y, de un momento a otro, se verán rodeados de no muertos y deberán escapar. En este momento, el juego introduce los controles y todo lo que debes saber para jugarlo de una forma orgánica y no intrusiva. Dentro de poco – quizás más poco de lo que yo esperaba – ¡, ambos llegarán, por separado, a la comisaria de policía, donde no solo comienza el juego de verdad, sino que será donde pasaremos más de la mitad de nuestro tiempo de juego.
Hablando del tiempo, hay que destacar que mucho se ha especulado acerca de la duración de un título que fácilmente podía pecar de breve. En este sentido, he de decir que al menos mi primera partida duró ocho horas, y poco más. Sí, suena poco, pero hay que tener en cuenta que son dos historias diferentes: la A y la B, contadas a través de dos personajes, haciendo un total de cuatro historias. Y si a eso le sumamos los modos extra que se van desbloqueando a medida que se completan las primeras y el DLC gratuito que está por venir, aquellos que quieran sacarle harto provecho al título podrán fácilmente sumar más de 20 horas de contenido semi fresco.
Llegados a este punto, me veo en la necesidad de detenerme un poco más, y es que, al igual que en el original, en este remake se vuelve a caer en las colisiones de las historias de Claire y Leon. Hace 20 años atrás era inevitable que las historias de ambos personajes tuvieran que compartir puzles, escenarios y enemigos, dadas las limitaciones técnicas de la época. Pero ahora, dichos choques e inconsistencias al comparar ambas historias son aún más evidentes. Bosses que simplemente se repiten y puzles que sólo cambian en orden de aparición de sus objetos son cosas que ya debiesemos haber superado a estas alturas. Sé que es una revisión, y que se basa en la misma fórmula que tanto amo del original, pero si un remake no se aprovecha como una reimaginación para mejorar todo lo ya establecido, apoyándose en las partes positivas de la obra original, pierde un poco el propósito.
Ahora, no me malinterpretéis: que Resident Evil 2 Remake es un gran juego no lo niego de ninguna manera. Por el lado técnico, mismamente, es perfecto. El juego corre a frames estables durante toda la partida, la cámara y los controles actúan tal y como uno siempre espera y los gráficos lucen impresionantes, incluyendo las expresiones faciales que suelen ser tan difíciles de lograr.
A nivel jugable la obra también supo muy bien como desacelerar el frenético ritmo de las entregas anteriores a Resident Evil 7. Cada bala disparada por nuestra arma tiene una consecuencia; la mira se expande y nuestro personaje necesita recuperarse del culetazo. No estamos jugando con militares, sino con jóvenes con cierto nivel de entrenamiento balístico y esto se hace notar. Los enemigos, por otro lado, son más agresivos que nunca. Atrás quedaron los zombies lentos de la entrega original, cambiados por criaturas que aprovecharán cada instancia para hincarte los dientes si no eres cuidadoso. Algo que sólo podrá evitarse manteniéndolos a raya con las armas de fuego -siendo en todas la munición muy escasa, haciendo que cada disparo cuente- o, en el último de los casos, un uso de un arma secundaria cuando te tengan atrapado.
Los jefes son, como ya es común en esta saga, quizás el punto más álgido del conjunto jugable. La criatura G y Mr. X -como era conocido en el original- están diseñados con mucho detalle, y sus ataques son más complejos y variados. Este último, en particular, recordará a Némesis, por su rapidez, agresividad y, peor aún, su capacidad de seguir a los protagonistas por las distintas estancias, sin verse limitado por las puertas. Lo mismo ocurre con los zombies, quienes, tras unos cuantos golpes, serán capaces de atravesar casi cualquier puerta que se les interponga en el camino. En cambio los Lickers, criaturas semi humanoides de lengua de camaleón y carentes de piel, no pueden hacer. A cambio -y para entregar más variedad entre los diferentes tipos de enemigos- su cegera no permitirá verlos, pero su agudo oído captará cualquier paso cercano, entregando una medida impresionante de tensión al tener que pasar por el lado de ellos a paso de tortuga si se quiere evitar una confrontación.
Por último, y sin ser los últimos enemigos que enfrentarás pero sí los últimos que mencionaré para dejar el resto a la sorpresa son los perros, quienes en esta entrega aparecen con mucha menor frecuencia que en la entrega original, el motivo lo veremos más adelante, primero quiero mencionar que encontré su inteligencia artificial algo errática, quedándose estancados en esquinas o dando vueltas en vez de atacar. Aun así, llegar a ser muy peligrosos en manada. Los perros, como ya mencioné, aparecen en menor cantidad, y es que, en el Resident Evil 2 original, sin mayor miramiento ponían perros en cualquier lado sin preocuparse de la coherencia. Incluso viéndose repartidos por cierta facilidad subterránea en la que no debiesen haber estos animales. En Remake, en cambio, cuidaron más estos detalles, entregando escenarios mucho más creíbles y aterrizados.
La gestión de inventario es algo que sigue presente al igual que en la séptima entrega de la saga, siendo un manejo de los objetos casi idéntico y que, sobre todo en el nivel más difícil, un verdadero dolor de cabeza para los que no sepan administrar sus recursos. Menciono el nivel más difícil ya que, en este, vuelve la antigua mecánica de usar cintas de tinta para grabar la partida, cosa que no me emociona del todo. Como mencioné anteriormente, el trabajo de un Remake es re imaginar una obra, no simplemente replicarla y, una mecánica tan arcaica a estas alturas como limitar la cantidad de guardados, me parece una forma de darle un nivel de dificultad artificial a la entrega.
Un remake a la altura de una obra maestra
Con todo lo ya mencionado, debo reiterar que Resident Evil 2 ha sido, por lo bajo, emocionante desde principio a fin y, al mismo tiempo, angustiante. Raccoon City se ha vuelto más peligrosa que nunca. Casi todos los escenarios han sido replicados con la fidelidad suficiente para satisfacer a los más nostálgicos pero sin caer en la falta de originalidad, entregando una mirada más actualizada a cada habitación y etapa del juego. La comisaria, el innegable punto más relevante de la entrega, recuerda mucho a la de la obra original, pero, aún yo que la conozco de memoria, me encontré perdiéndome una y otra vez dentro de esta nueva versión, que añade más habitaciones, más puzles, más enemigos y amenazas en cada esquina.
Definitivamente es un juego que no solo satisfacerá a los fanáticos de la entrega original o de la saga entera, sino que además atraerá a más público, o al menos eso espero, ya que una obra hecha con tanto cariño y dedicación merece el reconocimiento debido. Así que si tú eres parte del grupo que está indeciso si darle una oportunidad, te recomiendo encarecidamente que lo hagas; que Resident Evil 2 no es solo una obra que les gustará a los fans del survival horror, sino que cualquier amante de los videojuegos podrá comprender y amar por igual.
Este análisis ha sido realizado con una copia física de la versión de PS4 adquirida por el propio autor.