Abandonen toda esperanza aquellos que entren aquí
Este texto contiene spoilers de Resident Evil 2
Si tuviera que elegir un momento de mi última partida de Resident Evil 2 que más me ha marcado fue cuando Annette Birkin, tras amenazar de muerte a Claire Redfield a punta de pistola por haber “matado” a su esposo y tras escucharlo rugir por los pasillos del laboratorio de Umbrella, contempla maravillada cómo William Birkin sigue con vida, sin pensar en lo lejos que este está de cualquier trazo de humanidad. Y no solo por su aspecto físico que también, sino por su forma de actuar como la bestia en la que se ha convertido. William no está ahí pensando en que quiere ver a su esposa Annette, sino que apareció por la muestra del virus G que tiene ella en sus manos y se la arrebata junto con su vida de un solo zarpazo de sus gigantescas garras para luego huir antes de que Claire pudiera hacer nada. Annette entonces recobra el sentido y ayuda a la hermana de Chris Redfield con unos papeles que indican como crear una vacuna para el virus G, del cual su hija Sherry ha sido infectada por su mismo padre horas antes en un acto que, asimismo, demuestra lo lejos que ha llegado William y como está dispuesto a no detenerse ante nada con tal de lograr su objetivo; proteger el virus G, su creación, sin importar qué deba hacer.
La pérdida de toda humanidad
Pero no es que Resident Evil 2 trate esta pérdida de humanidad como un viaje personal de William Birkin ni mucho menos. Nosotros lo conocemos primero como el asesino del jefe de policía Irons, quien murió cuando un parásito implantado por el propio Birkin se abrió paso por su pecho, casi partiéndolo en dos. Luego aprendemos más sobre él de la boca de su esposa Annette quien relata el cómo William llegó a convertirse en el monstruo que perseguía a su hija por su posesión de una muestra del virus G. En cambio, lo que podemos sacar en limpio a través de las distintas formas que va adquiriendo Birkin a través de la historia es cómo la codicia y el hambre de poder tras la creación de un virus capaz de crear tales abominaciones es el resultado mismo. Cada nueva forma, cada mutación de William se presenta con grandiosidad, siendo usual el uso de música orquestral con cantos de ópera mientras la bestia nacida del virus G se va adaptando para ser más letal y más duro de matar, perdiendo más y más humanidad con cada nueva forma.
Esto también se puede ver en otras criaturas presentes en Resident Evil 2, como los Lickers, criaturas sin piel y con el cerebro expuesto, ciegos y con lenguas largas y afiladas que alguna vez fueron humanos que tras ser sujetos a diversos experimentos con el virus T y el G, terminaron convertidos en aquellas criaturas inefables. Y también y quizás el mejor ejemplo después que Birkin: Mr. X.
Mr. X es una arma biológica creada por Umbrella y lanzada a conciencia dentro de una ya infestada de zombis Raccoon City con el fin de detener a los protagonistas del juego. Esta criatura que alguna vez fue una persona ahora tiene en su mente solo el fin para el que fue creado y, al igual que Birkin, no se detendrá ante nada, ni siquiera al ser lanzado a una piscina de ácido, con tal de cumplir su objetivo. La diferencia que tiene Mr. X con el resto de monstruos dantescos que rondan por Raccoon City es que no busca ningún tipo de ganancia personal. No mata para alimentarse, no persigue a Leon Kennedy ni a Claire Redfield por dinero ni poder ni tampoco a modo de venganza. Lo hace porque fue programado para ello y de igual manera que Terminator de James Cameron, es un ser con el que no se puede razonar ni negociar pues todo rasgo humano ha desaparecido por completo, dejando poco más que una cáscara vacía con una fuerza increíble y una voluntad de acero.
La propagación de la codicia
Nuevamente Resident Evil presenta la codicia como el antagonista principal la cual causa estragos que, en esta ocasión, le cuestan la vida a miles de personas que no tienen nada que ver con Umbrella ni con sus nefastos planes de crear armas biológicas. Por una parte tenemos a William Birkin que, por su ansia de crear el virus perfecto, termina desprendiéndose de toda su humanidad y convirtiéndose en un monstruo inenarrable que asesina a su propia esposa e infecta a su hija y, por otro, a Mr. X quien viene a ser el agente enviado por Umbrella para eliminar a cualquier posible testigo de las atrocidades acaecidas en Raccoon City por su culpa. Pero todavía queda una entrega de la trilogía original que revisitar y falta ver qué nos deparará la codicia en la siguiente entrega y -alerta de spoiler- es mucho más que solo una criatura que gruñe S.T.A.R.S.
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Serie ‘Las entrañas de Resident Evil’