Nunca es suficiente
Es cuanto menos curioso que hace apenas unos días estuviese hablando sobre las sagas y las implicaciones problemáticas que tienen, sobre todo cuando estas se expanden a lo largo del tiempo, criticando estas prácticas solo para volver al tema un rato después. Yakuza es una saga única, como pocos productos son, y se ha ganado la fama paso a paso, empezando desde el lado más oscuro, manteniéndose en las islas niponas casi exclusivamente, para acabar aterrizando en occidente y convirtiéndose en una saga aclamada a la que miles de personas siguen la pista y esperan sus nuevos productos, una base de fans relativamente moderna que todavía no sufre del hastío que encontramos presentes en otros lados, pero que tal vez es demasiado permisiva. Obviamente el desarrollo de estas sagas, poniendo como ejemplos Assassin’s Creed y Yakuza, son opuestas en más de un sentido. A pesar de ello, ambas tienen en mente una cosa clara, y es que deben de seguir exprimiendo de todas las maneras posibles a la gallina de los huevos de oro, pues mientras la primera anunciaba tres nuevos juegos durante el directo de la semana pasada, la gente de Ryu ga Gotoku Studio decidió no quedarse atrás.
La primera noticia que recibimos fue, ni más ni menos, el anuncio de tres títulos nuevos, haciendo que Yakuza inundara las noticias con sus próximos lanzamientos, los cuales son la octava entrega de la saga principal, Like a Dragon 8, el título que conectará la sexta y la octava, Yakuza Like A Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, y un spin off de samuráis como los que existen de manera exclusiva en Japón, siendo titulado Like A Dragon: Ishin. Por si nos pareciese poco estos tres lanzamientos, repartidos entre 2023 y 2024, contamos también con la subsaga Judgment, que ha llegado, casi por sorpresa, a PC el pasado día 14. Más de un amigo ha celebrado todos estos anuncios, pues para cualquier amante de una saga ver que va a tener más contenido del que disfrutar es motivo suficiente de alegría, pero para mi tal vez no fue tan jubiloso. Como alguien que apenas pudo pegarle unos pincelazos a la séptima entrega de la saga, ver que ahora esta contará con, mínimo, 10 títulos en la rama principal, sin contar spin-offs o subsagas, es razón suficiente para que se me venga el mundo encima con solo de pensar que, fácilmente, cada uno de estos juegos me puede llevar unas 20-30 horas cada uno en pasármelo, dando como producto un cómputo total demasiado impresionante que me provoca un hastío inconmensurable, y aunque sé que es algo mío, el hecho de pensar en todas las horas que echaré para intentar ponerme al día me aleja más y más con cada anuncio.
Que conste que mi crítica, como se puede intuir, es distinta a la que realicé el otro día, pues a diferencia de Assassin’s Creed aquí han empezado a tener interés en darle un vuelco profundo a la saga, y han tomado decisiones muy arriesgadas para ello, mas su problema para alguien como yo no tiene solución, sobre todo cuando la industria va en una dirección de crear juegos más largos y ambiciosos. No quiero ni pensar en cuánto puede durar Yakuza Like a Dragon 8, pues confío que los otros dos lanzamientos serán menores, pero si hay una razón por la que no he terminado de entrar, y posiblemente siga siendo mi excusa, es por lo largos que son los juegos, en general.
Solo confío en que con el tiempo más empresas se lancen a hacer juegos reducidos, no tan grandes como los que se producen ahora, pues la ingente cantidad de lanzamientos y las también cuantiosas horas que hay que dedicar a todos ellos acaba provocando una desazón y falta de interés importante, pero temo que solo nos sentimos así unos pocos.