Desde una perspectiva de usuario, comunicativa y de negocio
No nos engañemos por el titular, que un videojuego o servicio que esperamos con ansia se retrase siempre es algo que no nos gusta como jugadores, independientemente de que podamos llevar con más paciencia esa demora en función de cada uno. Tampoco es provechoso para unas empresas que planifican una fecha de lanzamiento determinada, teniendo en cuenta que ese es el momento más adecuado para maximizar sus beneficios. En este sentido, el anuncio de Microsoft sobre que EA Play retrasa su llegada a Xbox Game Pass de PC hasta 2021 es una noticia negativa. Más sabiendo que los de Redmond tenían planeado integrar ayer mismo este servicio de suscripción de juegos. No obstante, de este aplazamiento podemos sacar lecturas positivas en clave de usuario, comunicativa y de negocio.
Si bien es extraño anunciar un retraso con tan poca antelación, el hecho de que la compañía estadounidense comentara en su web que necesitan “más tiempo para proporcionar la experiencia Xbox Game Pass”, creo que justifica de sobras la decisión. Respecto a los títulos, decía Shigeru Miyamoto que “un juego que se retrasa termina por ser bueno, pero un juego que se lanza apresuradamente, siempre será malo”. Quizás la frase es un poco presuntuosa, pero no deja de ser cierto que las cosas suelen salir bien si tenemos más tiempo para reflexionar con calma. Como comunidad, siempre queremos disfrutar de las obras en su máximo apogeo y con los mínimos problemas técnicos y diseño posibles -nadie desea lanzamientos problemáticos como el de Cyberpunk 2077-. Por ello, pienso que la resolución de Microsoft es la adecuada para seguir garantizando la calidad del Game Pass sin manchar su buena fama.
Y es que un producto defectuoso puede resquebrajar la percepción sobre una firma, como le está pasando a CD Projekt con su última propuesta, que ha pasado de ser una desarrolladora respetada por la solidez de sus aventuras a ser criticada por lanzarlas en un estado dudoso. Incluso puede haber una afectación en los ingresos, pese a que de momento los polacos están registrando unas grandes ventas. No es un secreto que para cualquier entidad una imagen corporativa fuerte contribuye a mantener unos consumidores interesados, según apuntan varios documentos especializados, véase este de EAE Business School. Con su anuncio, Microsoft evita unos problemas que, dicho de paso, no serían graves al no existir un rival directo de Game Pass. Sin embargo, Xbox no se debe relajar, pues es posible el surgimiento de un competidor por parte de PlayStation, según insinuaba Jim Ryan para TASS. Sería ahí cuando los errores empezarían a dañar la preeminencia de Game Pass.
El retraso de EA Play no solo deja intacto el pedigrí de los verdes, sino que también supone una oportunidad de negocio. Ya sabemos que Electronic Arts ha comprado Codemasters, lo que supondrá la integración de nuevas sagas en la plantilla de la editora en los próximos meses. Entonces, se podría aprovechar esta adquisición para destacar la llegada de EA Play a la oferta de ordenadores. Microsoft podría presionar para hacerlo coincidir con una actualización que añadiera títulos de Codemasters. Esto supondría tanto una fuente de interés para usuarios potenciales de Game Pass -tendrían más razones para adquirirlo- como para fidelizar a los ya existentes, dándoles la posibilidad de gozar de juegos de conducción notables como F1 o Dirt. Por lo tanto, lo que en un principio parecía una mala noticia, puede convertirse en otra ocasión para que los servicios de Xbox se vean todavía más fortalecidos en sus estatus, en la amplitud de su público y en sus prestaciones.