De problema en problema y tiro porque me toca
En el mundo de los videojuegos, siguiendo la frase que define Bioshock Infinite, hay constantes y variables. Esas variables, como su propio nombre indica, cambian cada vez, puede ser un nuevo juego protagonizado de Mario en una nueva disciplina deportiva o una nueva adquisición por parte de Microsoft para su cartera de estudios, pero nunca se sabe qué va a suceder al respecto. Por otro lado, también hay constantes, como Nintendo dando vergüenza ajena con su servicio online, o el remake de Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo sufriendo más y más problemas en su desarrollo.
An update on the development of Prince of Persia: The Sands of Time Remake pic.twitter.com/8xQpqyPSwQ
— Prince of Persia (@princeofpersia) May 3, 2022
Puede que la cuenta de Twitter reservada para el proyecto no tenga mucha actividad (tampoco parece que haya motivos para que la tenga, por desgracia), pero cada vez que hay un nuevo mensaje en la misma, trae noticias negativas. En diciembre de 2020 se anunciaba que la fecha de lanzamiento sería el 18 de marzo del año siguiente. El 5 de febrero de ese mismo año, se retrasaba sin fecha (con reconfirmación en el mes de junio ante la falta de novedades al respecto). El 28 de octubre confirmaron que el proyecto seguía en desarrollo, lo cual sinceramente no se si supone buenas o malas noticias. Y hoy, tras un gran periodo de inactividad, se ha dado a conocer que será Ubisoft Montreal, desarrolladores de la trilogía original, el nuevo estudio líder en el desarrollo del remake.
Habiendo participado en los últimos años en Assassin’s Creed Valhalla, a la par que en Far Cry 5 o Far Cry New Dawn (no así en Far Cry 6, la última entrega de la serie hasta la fecha), y habiendo originado la trilogía original, no se puede decir que el título haya caído en malas manos, pero desde luego, no habla bien de la gestión a nivel interno de Ubisoft. Esto ya viene de lejos, por su estrategia de repartir la carga de trabajo en diferentes estudios a lo largo y ancho del planeta, y es uno de los motivos por los que la pandemia les ha afectado en mayor medida, generando cuellos de botella en los desarrollos de manera cada vez más frecuente.
Que ahora sea Ubisoft Montreal quien coja el mando no quiere decir que Ubisoft Mombai (sus predecesores) queden por completo a un lado, pero que un juego que iba a publicarse a principios de 2021 vaya, en el mejor de los casos, a lanzarse a finales de 2022 (sin meternos a hablar de que su apartado técnico no es precisamente un prodigio, por lo que justificar por ahí los retrasos no es precisamente creíble) es para mirar a las cúpulas dirigentes y empezar a hacer preguntas.
Periodos de crunch y demás situaciones por las que seguro que han tenido que pasar en los diferentes estudios que hayan tenido un mínimo de implicación en el proyecto aparte, el remake de Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo es, sobre todo, un aviso a Ubisoft de que su estrategia para paralelizar desarrollos no funciona. Sirvió en su momento para sacar secuela tras secuela de Assassin’s Creed hasta que el propio agotamiento de la franquicia hizo que fuera necesaria una pausa. Ahora, tras la pandemia, con todas las consecuencias que ha tenido, muy probablemente no se arriesguen a que otro proyecto entre en esta espiral hacia los infiernos. Ah, que están ahí Skull & Bones y Beyond Good & Evil 2… Bueno, un desarrollo que empiece estos años. Porque seguro que no son capaces de tropezar otra vez con la misma piedra, ¿verdad?