Más juegos, menos despidos
Cómo ha arrancado el año, ¿eh? Un nuevo Prince of Persia que encima está muy chulo, el Tekken tiene pintón, la movida del Resident Evil: Revelations, el fetiche de pies de Kojima, el documental de The Last of Us: Parte II que segurísimo no va a blanquear a uno de los peores estudios para trabajar… Están pasando demasiadas cosas y solo llevamos dos semanas en 2024. Siendo sinceros, el año promete, gracias a lanzamientos muy esperados que no llegaron a tiempo y han tenido que mover sus fechas. Por supuesto, la densidad de GOTYs no va a ser la misma, pero que eso no nos deprima: nadie ha jugado a todo lo que quería jugar en 2023, así que es un buen momento para darle una oportunidad a esas pequeñas joyitas como Void Stranger o Super Woden GP 2, entre otros. Hasta Locomalito acaba de sacar otro juego, será por opciones.
Embracer Group también tiene bastante práctica en eso de ir raudo como el viento: el 3 de enero se anunció el despido de gran parte de 3D Realms y Slipgate Ironworks. Unity no quiso ser menos, y el 8 despidió a 1800 personas, un 25% de su plantilla. Twitch le ha seguido dos días después con 500 empleados (35% de sus trabajadores) y PlayTika, que ha despedido entre 300 y 400 personas tras echar a la calle a 900 el pasado 2022. En resumen: estabilidad laboral. De nuevo, toda esta información y más se va recopilando en Game Industry Layoffs. Han subido un resumen de las empresas que más trabajadores han despedido, así como un análisis bastante interesante donde comparan años anteriores, posición geográfica y demás; aquí os lo dejo.
¿Qué podemos esperar entonces de 2024? Por desgracia, más de lo mismo. Que hayamos completado otra vuelta orbital al Sol no implica mucho más allá de sumar un uno. Las empresas más gordas han tardado en darse cuenta de que el crecimiento descomunal en la pandemia fue (ojo cuidado) por la propia pandemia, cosa ya fascinante de por sí. Si hace dos años lo que enganchaba accionistas eran los NFT y el metaverso, el año pasado y este el discurso lo va a dominar la inteligencia artificial. Eso no es malo per se, pero ya sabemos hacia dónde van los tiros. Ay, cómo mola esta imagen de Goku haciendo una paella, mejor ignoremos que han despedido a toda la plantilla de Gizmodo España para sustituirla por un traductor automático. Anda, qué guay este muñeco que simula ser tu novia, apenas es un modelo probabilístico más cercano a hablar con el predictor del teclado que con un ser humano. Mira qué chula esta imagen promocional de Apex Legends, pero no la amplíes mucho y ni se te ocurra contar los dedos.
Puede resultar muy cansino, pero resaltar qué cosas están mal y exigir que se cambien es más que necesario. Como bien ha dicho Philippe Tremblay de Ubisoft: “Una de las cosas que vimos es que los jugadores están acostumbrados a tener y poseer sus juegos. Ese es el cambio en el consumidor que debe ocurrir.” Lo peor es que tiene toda la razón del mundo. En una entrevista con Games Industry recalca que “se trata de sentirse cómodo con no poseer tus juegos”, y eso es clave. La costumbre lleva al conformismo, y estamos en uno de los peores momentos para acomodarse. Hay demasiados frentes abiertos entre la ya mencionada IA, los servicios de suscripción crecientes, los despidos masivos, el DRM y el juego en la nube. Por suerte o por desgracia, tenemos el precedente de lo que está ocurriendo con la industria de la música, el cine y la televisión, donde obras que no llegan ni a la década se vuelven inaccesibles de un día para otro. Diría que no es el futuro que quiero tener, pero entonces me acuerdo que Ubisoft cierra cuentas inactivas incluso si tienen juegos en su biblioteca.
Perdón, soy un poco agonías.
Tampoco quiero dejar esto en una nota tan deprimente, que acaba de empezar el año. Estamos en un momento clave para la industria también para lo bueno, con juegos cada vez más accesibles y protagonistas más allá de hombres de treinta y pico palos hipermusculados. Cada vez más gente puede probar títulos con mandos especiales o gracias a que los desarrolladores permiten personalizar la experiencia de formas que antes ni se contemplaban. El videojuego también se ha hecho mucho más internacional, sobre todo con títulos asiáticos que no proceden de Japón o Korea. La diversidad siempre beneficia al arte, y que obras como Venba hayan pegado tan fuerte es una muy buena noticia. En Latinoamérica también están a tope, y solo diré que Mariachi Legends es mi juego más esperado. 2024 viene con mucha fuerza, y espero de corazón que lo bueno se haga cada vez más grande y lo malo desaparezca para siempre. Bobby Kotick ya se ha ido, al menos tenemos esa victoria.