¿El fin justifica los medios?
Hideo Kojima es actualmente uno de los nombres más relevantes de la industria del videojuego, por sus apuestas por nuevos proyectos arriesgados como su último título – Death Stranding – y por llevar a sus espaldas la saga Metal Gear; historia del videojuego. Pero sería en 2014 cuando los jugadores y jugadoras podrían probar uno de esos nuevos proyectos -en formato de demostración- de Kojima. Proyecto que nadie esperaba que a día de hoy sería considerado uno de los mejores videojuegos de terror de la historia, si no el mejor. Esta demo es la que actualmente conocemos como P.T., siglas de “Playable Teaser“, proyecto que estaba previsto que encabezara un reinicio de la saga Silent Hill.
Pero la polémica ha llegado a causa de la noticia de que Kojima destinó parte del presupuesto que le había dado Konami para desarrollar la quinta entrega de Metal Gear Solid, al desarrollo del ya mencionado Playable Teaser. Esto ha creado varias opiniones en las redes sociales sobre la moralidad y ética de los actos que llevó a cabo el creativo, pero también sobre si el fin -en este caso- justificó esos actos.
Creo que es importante destacar que obviamente no fue un acto moralmente ético el destinar un presupuesto a un proyecto en el que estaba trabajando en secreto, pero también hay que tener en cuenta que puede tomarse como un acto reivindicativo de la libertad creativa a la hora de crear nuevas IP, al fin y al cabo si Kojima no hubiese destinado esa parte de presupuesto a su proyecto, éste nunca habría visto la luz y Konami no podría afirmar haber publicado el que para muchos es el mejor videojuego de terror de la historia.
Porque si algo ha demostrado Kojima con Death Stranding es que si se le concede esa libertad creativa, como director es capaz de crear obras únicas que conecten con el jugador y dejen huella en este. Y puede que sea justamente lo que la industria del videojuego necesita actualmente, a creativos que no tengan miedo a arriesgrase con sus obras y a explorar temas nuevos o de antiguos pero con un enfoque totalmente distinto. En una actualidad dónde los remakes -que abusan de ese factor nostálgico- parecen estar tomando la delantera a los nuevos proyectos, es importante que surjan nuevos creativos con ideas que alejen al medio de la posiblidad de atascarse en sus fórmulas ya conocidas.
Por eso fue una oportunidad desaprovechada el no seguir con el proyecto de Silent Hills, porque con Hideo Kojima encabezando la dirección del videojuego seguramente hubiesemos tenido uno de los mejores reinicios de una saga en la historia de los videojuegos que hubiese rendido tributo a la saga de terror original.
Aunque con el despido de Kojima a manos de Konami, quién sabe si algún día podremos ver ese Silent Hills. En todo caso, sea cual sea el siguiente proyecto de Kojima parece que no va a decepcionar, ya que al creativo le ha ido bastante bien desde su salida de Konami y nada parece ser imposible para Hideo Kojima, creativo cuyos actos no debemos banalizar – ya que no son éticos -, pero cuya voluntad por traer nuevas historias al medio que hagan que este se sienta fresco con cada nuevo proyecto es algo realmente admirable.