El Cubismo en Pokémon
Hacía tanto tiempo que un juego de móvil no conseguía robarme tiempo que no se ni cómo comenzar este análisis. He instalado casi todos los tops de la categoría Juegos en Google Play, algunos me han parecido pequeñas joyitas – como Monument Valley -, otros entretenidos – como Super Mario Run o Crossy Road – y otros que han durado menos de 24 horas en mi tarjeta SD. En fin, que las “pequeñas” pantallas no son mis favoritas para el juego, detesto ver cómo la batería baja más rápido que los ahorros de nuestras cuentas en cuanto empiezan las rebajas de Steam.
Hace unos días me apunté al acceso anticipado de Pokémon Quest y ayer por la mañana desperté acalorado y, tras mirar el movil, vi que me había llegado una notificación de que ya estaba disponible para ser jugado ¿que hice después? Pues lavarme la cara y prepararme el desayuno, que los horarios hay que mantenerlos. Tostadas, un vaso de zumo y mi móvil, los aliados en este cruel delito con una única víctima: mi productividad.
No conocía mucho de este juego, tan solo que era una mini aventura Pokémon a cuadrados, que últimamente no se veía mucho. Comienza con la que parece ser una historia innecesaria para enganchar al jugador pero que luego pierde fuerza y ni te enteras – ejem MacGuffin, ejem -, una isla pintada con diferentes pantones nos espera. Una vez atracamos nuestro barquito a vela nos harán escoger entre los iniciales más queridos de la saga, yo lo tenía bastante claro. Os explico brevemente en que consiste este jueguico: Un grupo de máximo 3 pokemones entrará a una zona específica buscando pelea para dejarla liibre de enemigos y terminar luchando contra un jefe, se podría considerar genocidio pero no soy quién para juzgar nada. Con cada victoria conseguiremos objetos que podremos usar para mejorar nuestro equipo y así poder avanzar en el mapa, un RPG de toda la vida.
A mi, personalmente, me ha recordado a uno de los juegos de Pokémon que, creo, pasaron bastante desapercibidos pero a mi me ofreció unas cuantas horas de juego: Equipo de rescate azul y rojo. Tampoco es que guarden una relación estrecha pero ha sido la sensación de lanzar a unos pocos seres a la aventura siendo nosotros los que eligen qué habilidades usan pero… poco más.
“Es uno de los juegos más simples que he visto y aún así me ha enganchado brutalmente”.
La mecánica no podría ser más sencilla. Los bichos se mueven solos buscando enfrentamiento y nosotros solo deberemos pulsar cuando queramos que hagan una habilidad pero, si no nos apetece, podemos ordenar que lo hagan automáticamente y así no comernos mucho el coco. Realmente el juego reside en valorar lo que hemos obtenido, equipar lo mejor al que más le convenga y seguir entrando en batallas. Ahora mismo estoy escribiendo esto mientras miro como destruyen a mi equipo en una zona que era de más nivel que el suyo, estaba claro pero la esperanza es lo último que se pierde. Pero no nos penalizan si perdemos, si se debilitan, esperan un rato en la pokéball y al rato aparecen con la mitad de la vida para seguir con la trifulca lo único que perdemos es la batería (la del juego) ya que solo podremos echar 5 batallas y tendremos que esperar media hora para que se recargue cada rallita.
En esto reside mi gran queja. ¿Por qué no me dejes que juegue lo que yo quiera? Entiendo que es una fuente de ingresos, que si me vicio y se me acaba la batería no tendré otro remedio que esperar o comprar modenitas para recargarla pero no me parece la mejor estrategia. Y, ojo, que el estudio de mercado de Nintendo no dejará que desear pero no me parece que castigar al usuario con esperas es mejor que ofrecer una buena experiencia de juego ininterrumpido para maximizar beneficios. Los micropagos están presentes en el juego, faltaría más en la época en la que vivimos, pero tampcoo se hacen necesarios. Conforme completamos misiones sin querer nos irán regalando alguna que otra moneda para ir llenando la batería y jugar hasta que sea la batería de nuestro móvil la que necesite ser recargada. Realmente, no me ha parecido necesario en ningún momento sacar la cartera, quizás los niveles más altos de las últimas zonas si requieren de capital si queremos dejarlas atrás rápidamente.
Otro gran pero es que los pokemones se unirán a nuestro grupo tras nosotros cocinar un estofado y, con el olor que desprenda eso, acudir atraídos hasta nuestro prado. La dificultad reside en que según los ingredientes que usemos sañdrá una receta diferente y atraerá a un tipo o a otro entonces, o descubrimos la que queremos, o nos tendremos que aguantar con lo que nos llegue. Así que, o buscamos una guía en internet, o sacamos el libro de recetas de Arguiñano, o ajo y agua.
No confirmo ni desmiento que se me haya muerto el móvil en una mañana de juego, solo responderé a esa pregunta en compañía de mi abogado y en presencia de un juez pero, sin duda alguna, esto no habría ocurrido nunca antes. Nunca me había enganchado tanto un juego en teléfono y, aunque probablemente dure dos días más instalado en el dispositivo, quiero pensar que nunca más se repetirá. La experiencia de juego es entretenida, puedes tenerlo corriendo al lado y centrarte en otras cosas mientras los pokemones se atacan los unos a los otros y, aunque lo de esperar no me haga especial ilusión y el RNG de los nuevos integrantes de tu familia sea decisivo, no está nada mal.
Los cubos sientan bien
En fin, sin ser un sustituto de Pokémon Go en verano cuando aprieta el calor, es un juego entretenido que merece la pena probar ya que es gratuito en Android e iOS. Miradme a mi: no soy ni un gran jugador de la saga ni me gusta usar mi teléfono para jugar pero… aquí estoy, buscando información de sitios en los que desengancharse de la buena droga.
Este análisis se ha realizado mediante el acceso anticipado al juego.