DualSense more like Sense the Drift
La fama del Joy-con, nombre con el que conocemos al mando de Nintendo Switch, es precedida por sus defectos, sin que esto desmerezca sus numerosas virtudes y su papel vital en el concepto único de la consola. Y es que desde el lanzamiento de la híbrida allá por 2017, un problema relacionado con el mando ha persistido hasta la actualidad, acumulando más de 25000 quejas por parte de usuarios y con la amenaza de la Comisión Europea de tomar medidas contra la empresa oscilando sobre sus cabezas; el Drift. Pero, ¿qué es exactamente el drift? Bueno, grosso modo, se trata del movimiento automático, involuntario por parte del jugador, del joystick del mando, que se inclina hacia un lado sin recibir ningún estímulo externo. Si bien a priori podríamos considerar este un problema nimio, sin un impacto notable en la experiencia de uso de la consola, lo cierto es que puede tornarse cada vez más y más molesto con el paso del tiempo, pues durante una sesión del juego este fallo del mando puede jugarnos alguna que otra mala pasada.
Por su parte, parece que la consola neonata de Sony tampoco va a escapar de la polémica por una causa parecida; y es que, según han ido reportando diversos y numerosos usuarios, DualSense, el periférico estrella de PlayStation 5, también presenta problemas de drift. Lo que en un principio parecían comentarios y testimonios aislados fueron proliferando hasta quedar demostrado que se trataba de un problema bastante más común de lo deseable. De hecho, el número de testimonios ha sido suficiente para llamar a la acción del bufete de abogados estadounidense Chimicles Schwartz Kriner & Donaldson-Smith, que ya participó activamente en las investigaciones a Nintendo en torno a los problemas con los Joy-con anteriormente mencionados. A través de su página web, este bufete ofrece un completo formulario para que los usuarios puedan reportar si han experimentado este u otro tipo de problemas con su mando.
Sin duda, la peor parte de esta historia es la relación calidad – precio de estos periféricos. Tanto en el caso del Joy-con de Nintendo como del DualSense de Sony, nos encontramos ante dispositivos a la venta por un precio elevado, al menos desde el punto de vista del comprador medio, lo que provoca que cualquier tipo de incidencia con ellos se convierta en un auténtico dolor de cabeza y, los planes de sustituirlo, en un verdadero dolor de bolsillo. Es innegable que cada generación jugar es más caro, y parece que ese es un aro por el que hemos pasado con mucho, poco o ningún gusto, pero desde luego no debería salir cada vez más caro. No pongo en duda lo placentero que es jugar utilizando cualquiera de estos periféricos pero, si cada vez pagamos más, ¿no deberíamos entonces recibir, al menos, la máxima calidad posible
Pese a lo anteriormente expuesto, siendo conformistas, hay un final feliz para esta problemática; este problema de drift está previsto en la garantía del DualSense y basta con contactar al Servicio de Atención al Cliente de Sony para obtener una reparación gratuita (eso sí, con los gastos de envío corriendo a cargo del cliente afectado). Fin de la historia. Se me antoja aún así relevante resaltar lo irónico que me parece que este problema consiga convertirse en razón de enfrentamiento entre los fans más acérrimos de cada una de las tres grandes empresas del sector, por llamarlas de alguna manera, que aprovechan para enzarzarse en redes en tiras y aflojas infinitos en los que intentan decidir cuál de las tres la ha hecho peor. Sin embargo, como compradores y jugadores, ¿no debería esto provocar en ellos todo lo contrario? ¿no deberían unirse para pedir algo mejor? Como clientes que han apoyado a pie de caño el (subjetivamente, por supuesto) frío estreno de esta nueva generación de consolas, que ha venido acompañado de un catálogo más bien pobre, encabezado por remakes y revisiones de juegos pasados, ¿no deberían los jugadores unirse para conseguir que estas grandes multinacionales les ofrezcan solo lo mejor?