“¿Qué es un NFT? ¿Y tú me lo preguntas? NFT eres tú.”
¿Recordáis aquella época en la que uno pagaba por el valor de lo tangible? Tú ibas a una tienda, comprabas lo que fuera y el vendedor te lo entregaba en la mano. Sin trampa ni cartón. Eran tiempos mucho más fáciles, desde luego. Con el paso de los años, la tecnología ha evolucionado hasta un punto en el que pocas son las personas que salen de casa para comprar un videojuego: basta con meter los datos de tu tarjeta en una tienda digital. Una acción que, con el tiempo, se ha ido normalizando. Pero esto de los NFT es otro rollo. Un nuevo mundo que consigue inquietarme.
Los NFT (non fungible token) están en auge sin que nadie sepa muy bien qué son o para qué sirven. A modo de resumen, un NFT es una pieza de arte digital —la cual puede ser cualquier cosa— que, como el arte real, se vende a precios desorbitados con el fin de especular o de alardear de que “tienes una obra de arte”. Una excusa más para gastarse millonadas en obras que tienen un valor mínimo. Nuestro último ídolo caído en subirse al carro de los NFT fue Willyrex. Ahora le toca el turno a Peter Molyneux, un señor que debería comenzar a plantearse lo de la jubilación.
Peter Molyneux, un magnate de los videojuegos, de los más veteranos del sector. Lleva participando en la industria desde la época de Atari. Ha sido el responsable de decenas de títulos de gestión de recursos como Black & White y es el creador de la mítica saga Fable. El último proyecto de Molyneux es Legacy, del cual oímos hablar por primera —y última— vez a principios de 2019. Este título se presentó como un profundo juego de gestión inspirado en la creación artesanal. No fue hasta que Gala Games, una compañía de videojuegos especializada en las criptomonedas anunció que iba a colaborar con la compañía de Molyneux para hacer de Legacy un “simulador de negocios por blockchain”. Ver para creer.
En palabras del propio Molyneux, el y su compañía —22 Cans— estaban trabajando en Legacy cuando Gala Games le contactó para hablar de la posibilidad de hacer un proyecto impulsado por la blockchain (la red más grande de “criptoseguridad”). Según Molyneux “cada mecánica de Legacy estaba hecha a medida para el entorno de blockchain”. En Legacy, los jugadores podrán crear productos y edificios manufacturados por un “ejército virtual de trabajadores” y después comerciar cualquier cosa con jugadores de todo el mundo para ser capaz de “dominar” el mercado libre. Vaya, capitalismo cuesta abajo y sin frenos. Todo esto estaría envuelto gracias a una nueva criptomoneda llamada LegacyCoin. Eso sí, los jugadores deberán comprar una parcela NFT antes de que puedan comenzar a “jugar”.
Cosas así son las que me quitan el sueño por las noches. Todo esto de los NFT, las criptomonedas y la blockchain, es el mismo perro con distinto collar. La diferencia entre esto e invertir en bolsa es nimia, pero te lo disfrazan como si fuera un juego para alentar al usuario a seguir jugando. No obstante, esto no es nada nuevo. Las tragaperras del barrio existen desde que el mundo es mundo y el concepto de invertir en un juego para ganar más es el mismo. En los videojuegos también se ha hecho. ¿Recordáis la moda de abrir cajas en el CS:GO? La idea es la misma, solo que al tratarse de “criptomierdas” parece adquirir una “elegancia digital” para el consumidor.
Hoy en día seguimos viviendo los efectos de una crisis que van para largo. La gente quiere ganar dinero rápido y las inversiones en criptomonedas son una opción. Todo el mundo parece estar subiéndose al carro de un mercado que está en auge, pero que tarde o temprano, caerá. Y cuando eso ocurra, habrá muchas perdidas. ¿Mi consejo? Sed sensatos, no os dejéis engañar por “juegos” como el de Molyneux e invertid vuestro dinero en cosas que merezcan la pena. Como dijo un viejo amigo mío: “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”.