Inseguridad y pesadez
Jugar al fútbol no es tarea sencilla, pero de vez en cuando un servidor olvida esta realidad. No porque no disfrute de este deporte con asiduidad, sino por los vicios que ha instaurado en mí la saga FIFA. Como seguidor de este videojuego, estoy acostumbrado a los partidos alocados, donde es fácil ejecutar regates complicados y en los que patearse un terreno de juego como el Santiago Bernabéu es cuestión de segundos. También estoy habituado a que el ritmo de los encuentros sea demasiado frenético y a un esférico que, pese a las promesas de cada año, sigue siendo excesivamente previsible. Con esto no quiero decir que no haya enfrentamientos agitados en el fútbol actual -ahí están los últimos años del Liverpool- y plagados de acciones imposibles -Messi-, sino que FIFA exagera esos momentos. En el fútbol, es frecuente que los jugadores cometan errores, algo casi imposible de ver en la franquicia de Electronic Arts y que, sin embargo, es el pan de cada día en eFootball PES 2021 Season Update.
Pasan las partidas y este simulador siempre ofrece una misma sensación en sus duelos: inseguridad. Uno de los responsables de esta particularidad es el balón. No son pocas las veces en que pruebas un pase entre dos futbolistas y el que lo recibe, al acelerar su paso justo en el momento de la recepción, pierde la posesión tras adelantarse demasiado el balón. Situaciones de este tipo salpican de suspense todos tus propósitos en PES 2021 y le otorgan oportunidades interesantes a tu rival. En este punto, puede haber gente que diga que PES nunca va a igualar el vértigo que propone FIFA a través de su elevado ritmo, y es algo en lo que coincido. No obstante, me parece destacable que Konami se distancie de la competencia y brinde esas dosis de tensión no mediante una velocidad de juego exorbitante, sino aprovechando el potencial de los errores.
Por otro lado, los futbolistas también son una fuente de incertidumbre. Un portero para un disparo, pero no lo bloca y deja el cuero en el área, pudiendo el contrincante intentar un gol. Esta es una circunstancia que se da la realidad, incluso entre buenos guardametas, y que PES traslada a su jugabilidad. Además, los rebotes traicioneros están presentes en otras facetas o como el apartado defensivo. Cuando un atacante chuta, es posible que ese balón toque en tu defensa y salga desviado generando peligro a tu equipo, o que, si eres quien arremete, puedas encontrarte con una ocasión de gol tras recoger un balón muerto cerca del portero. En general, las plantillas no responden al 100% a las órdenes del usuario, como le pasa a los entrenadores reales. Un míster puede plantear un 4-4-2 rocoso, donde las líneas están juntas y es imposible pasar, pero en una jugada fortuita encajar un tanto.
Las escuadras consuman patinazos que pueden desembocar en goles, mas acontecen muchos partidos que acaban en 0-0, a diferencia de los frecuentes festivales de anotación de FIFA, siempre considerando una configuración de minutos estándar. Los causantes de esta dificultad para tener acierto, como sucede con las erratas, son unos futbolistas que no son superhéroes; personas a las que les cuesta llevar a cabo esfuerzos y que se sienten pesadas al materializarlos. La rapidez de los jugadores no es sobrenatural, lo que implica que rebasar la primera mitad de campo ya cueste unos segundos preciados, sobre todo en aquellos estadios grandes, véase el Camp Nou. Este escollo se mantiene a lo largo de los 90 minutos y, de hecho, se ve intensificado en los últimos instantes de las contiendas. Completar remontadas heroicas a partir de, por ejemplo, el minuto 87, es complicado porque en seguida se te echa el tiempo encima. Por si fuera poco, a la persistencia del peso de los jugadores se le añade un factor cansancio que reduce todavía más la celeridad.
Llegar a la portería opuesta es laborioso por las características físicas de los individuos, pero también por el reto que supone sortear a los adversarios. De primeras, afrontar líneas de presión altas e intensas complica mucho la salida de balón, más cuando no dispones de una velocidad considerable. En este sentido, es vital mover rápido la pelota, explorar opciones como los laterales abiertos y ser preciso porque si no, como la bola no va pegada a tu pie y es insegura, es probable que la pierdas y tengas al rival muy encima. Incluso acciones como los pases largos que en FIFA descongestionan más el juego aquí no los noto tan efectivos debido a que el esférico tarda en llegar a su destinatario, lo que le da más oportunidades al contrincante de seguir con su pegajoso marcaje. Empero las trabas no se acaban aquí, pues encarar a las defensas en el último tercio también es arduo.
Mientras en la competencia de PES basta con saber usar bien el joystick para regatear de forma eficaz, en el producto japonés es más importante hacer un buen uso de las filigranas, ya que el mayor peso de los atacantes hace difícil el sorteo de los defensas tan solo usando el analógico. Incluso movimientos como tirarse el balón hacia adelante cobran más protagonismo en las operaciones ofensivas. Eso sí, he de decir que Konami falla con claridad en el apartado defensivo de su propuesta, en gran medida por su nefasto sistema de faltas. Y es que en multitud de ocasiones es normal que te piten infracción al hacer una entrada aun tocando solo el balón. Estoy de acuerdo en que sea dificultoso quitarle la posesión a alguien, máxime si estamos ante un simulador de fútbol, pero es una pena que este defecto empañe un poco todo el realismo conseguido con el conjunto de la obra.
Parecidos razonables
En cualquier caso, PES 2021 consigue retratar de manera fiel al fútbol y me hace tener la sensación de que estoy disfrutando de un partido real. La inseguridad de la pelota y la naturalidad de los futbolistas regalan unos encuentros donde los desaciertos convierten la experiencia en un reto. No sientes que estás ante práctica fácil, como tampoco la deben percibir los profesionales de esta disciplina. A veces veo fútbol por la televisión y me cebo en exceso con las equivocaciones en las que incurren los deportistas. Ayer mismo el cancerbero del Arsenal, Bernd Leno hizo un error garrafal al tocar la bola con la mano fuera del área. Sí, se equivocó, pero hay que tener en cuenta que posiblemente el arquero alemán fue sorprendido por algún bote extraño del balón. No voy a crucificar a Leno porque, aunque no me ha pasado algo igual en PES, sí que mis porteros se han metido autogoles por culpa de despejes poco afortunados.