Encima táctico

Hace aproximadamente un año que Persona entró en mi vida. Ya hace tiempo que era conocedor de la existencia de Shin Megami Tensei y de sus spin-off, pero no fue hasta que me puse a jugar a Persona 5 Royal que realmente pude entender de que trataba toda esa movida. Conocer a los Ladrones Fantasma y disfrutar de su desarrollo fue una experiencia que conservo con mucho cariño. Por eso mismo tampoco dudé en meterme al ruedo cuando le llegó el momento a la cuarta entrega.

Una vez más, se me ofreció volver a Persona y dije sí antes incluso de saber a qué se estaban refiriendo. Persona 5 Tactica es un nuevo spin-off de una saga que ya de por sí es un spin-off (entramos en el bucle). Tras el éxito de la quinta entrega, era inevitable que Atlus quisiera aprovecharlo de todas las formas posibles. Persona 5: Strikers llegaba hace unos años y aprovechaba el musou para continuar la historia vista en la entrega principal. También está Persona 5: Dancing in Starlight que no sé exactamente de qué va, para que mentiros, pero servía para pegarse unos buenos bailoteos.

Un nuevo mundo

Persona 5 Tactica es un Isekai. Traducido al castellano, una historia en la que los protagonistas son arrancados de su propio mundo para vivir una aventura en una realidad diferente. En este caso, los Ladrones Fantasma, aparecen misteriosamente en otro mundo, dominado por la tiranía de una bella soberana. No tardarán en sacar su lado rebelde y luchar por la libertad de esa extranjera tierra.

A diferencia de otros títulos, como Strikers, en Persona 5 Tactica no se aprovecha para avanzar demasiado la trama de nuestro equipo de siempre, sino que se centra en los nuevos personajes que aparecen en esta entrega. Esta decisión afecta sobremanera a la forma en la que el juego impacta en el jugador. No se trata de una trama desagradable, pero no ha conseguido atraparme prácticamente nada. Posiblemente, venía esperando la presencia de ciertas mecánicas clásicas, pero muchas de estas, que hacen reconocible a la saga Persona, brillan por su ausencia.

En primer lugar, la forma en la que se desarrolla la historia es prácticamente lineal. En resumidas cuentas, alternaremos combate, conversación y combate, una y otra vez. La mayoría de diálogos provienen de un fondo fijo con el dibujo (en versión chibi) de los participantes delante. De vez en cuando, como Joker, tendremos la opción de elegir nuestra respuesta, pero esto apenas afectará en el desarrollo de la trama (por no decir nada).

Lo que más se echa en falta, sin embargo, es algún tipo de control en la relación entre los personajes. El desarrollo de vínculos, uno de los elementos más característicos de Persona, no existe. No podremos avanzar en nuestra amistad ni con nuevos ni con viejos personajes de forma voluntaria. De esta manera, he terminado observando el desarrollo de la narrativa con más pereza que interés. No podía evitar pensar que realmente, daba igual lo que pasase en pantalla, lo que convertía cada texto en un muro de tiempo y poco más, una excusa para frenar un poco el ritmo antes del siguiente combate.

A caballo entre casual y complejo

Pero bueno, si no son buenos contando historias, lo serán planteando estrategias jugables ¿verdad? La respuesta es sí y no, depende de cómo se mire. Como su nombre indica, estamos en juego tipo tactics, donde controlamos ciertas unidades por un tablero y las hacemos luchar contra distintos enemigos. Persona 5 Tactica se nota mucho más influenciado por el estilo más casual de juegos como Mario + Rabbids: Kingdom Battle o Sparks of Hope que a otros como XCOM o Triangle Strategy. Lo que de aquí puedo interpretar es una intención por apelar a todo tipo de jugadores, evitando que una porción del público se asuste frente a un combate muy complejo. Es cierto que el combate en Persona 5 Tactica es divertido, pero podría haber sido mucho más.

Para meternos más en detalle: controlaremos a tres personajes a la vez, en mapas cerrados donde en cada misión contaremos con objetivos distintos, como matar a todos los enemigos, llegar a un cierto punto o destruir un objetivo concreto. Nuestros personajes podrán atacar cuerpo a cuerpo, disparar o invocar a sus Persona, todo ello buscando la mecánica del 1 más. Esta, se basa en que, si golpeamos a un enemigo que se encuentre descubierto, convertimos el golpe en crítico y reiniciamos nuestro turno. De esta manera, cada lucha se convierte en una suerte de puzle en la que buscamos como conseguir obtener la mayor cantidad de movimientos y forzamos un ataque triangular, el clásico todos a una, donde los pobres diablos que queden encerrados dentro de nuestro triángulo recibirán daño masivo.

Si bien cada combate da bastante juego en sí mismo, todas las dinámicas resultantes quedan bastante simplificadas en comparación a las habituales de un Persona (o SMT). En primer lugar, no existen las debilidades. Cada tipo de Persona provocará un efecto, como empujar, envenenar o hipnotizar, pero no tendremos que centrarnos en aprender que es lo que afecta más a cada enemigo. Hablando de estos, variedad, como tal, no es que haya mucha. Prácticamente nos encontraremos con tres tipos de enemigos, un soldado raso, un bicho grandote y un apoyo. En cada mundo aparecerán con una skin diferente, pero poco más. Hay, con suerte, algún enemigo extra que aparece de vez en cuando y los jefazos de zona, que no están nada mal. Esto provoca que, tras unos cuantos combates, todos empiecen a sentirse ligeramente repetitivos.

Falta de Personalidad

Junto a esto, el sistema de Personas tampoco me ha dejado demasiado contento. Volvemos a la Sala Terciopelo y volvemos a fusionar Personas para obtener unos nuevos. Ahora, todos nuestros personajes pueden equiparse un Persona a placer, pero sólo uno, incluido Joker. Esta decisión afectará tanto a los stats de los personajes como a sus habilidades, lo que a veces resulta bastante confuso (un personaje más centrado en actuar como tanque, de repente se convierte en un glass cannon, por ejemplo) y no está exento de algo de tedio, ya que obliga a estar pensando en continuos cambios para todo nuestro equipo, mucho texto para lo “sencillo” que resulta el resto del sistema. Además, hay decisiones de calidad de vida que no termino de entender. Por ejemplos, las armas se compran en un menú y se desmontan en otro. Esto obliga a entrar a la tienda, comprar nuevas armas, equiparlas, salir del menú, entrar a la sala terciopelo, desmontar las armas, obtener dinero (quizás), volver a la tienda y seguir comprando, para repetir. Esta situación me ha sucedido más de una vez, por lo que son unos cuantos los minutos que he perdido moviéndome puramente entre menús.

Releyendo estas líneas, parece que no he disfrutado nada de Persona 5 Tactica, lo cual es una afirmación totalmente falsa. He pasado un buen rato con este título, el cual, por suerte, no es tan largo como sus entregas principales. No se trata de una obra maestra ni tampoco pretende serlo. Estamos delante de una aventura amena, simpaticona, pensada principalmente para aquel que quiera disfrutar un ratito más de los Ladrones Fantasma, sin calentarse demasiado la cabeza. Bueno eso si no jugamos a las misiones secundarias, un punto muy interesante del título, que se esfuerza por exprimir hasta el límite el sistema de turnos, que nos obliga a pensar cual maestro de ajedrez cada una de nuestras jugadas si queremos superar estos retos y obtener puntos de mejora para nuestro equipo.

Por desgracia para mis oídos, la música tampoco es el punto fuerte de este Persona. No es mala, ni mucho menos, pero sus pistas principales no llegan a hacer sombra a la maestría con la que se dirigen las pistas de los Persona numerados. De hecho, tras jugar y escuchar unas cuantas veces las canciones que el juego me ponía delante, de lo que más tuve ganas fue de volver a escuchar la banda sonora de Persona 5 Royal, esa es verdad que nunca falla.

Un café descafeinado, pero entre amigos

Cuando hablé de Persona 4 y 5, me alegré sobremanera de vivir en un momento en el que una franquicia como esta tuviera tanto peso en la industria occidental. Parte de ese éxito implica la llegada de juegos como Persona 5 Tactica, obras menores que no pretenden rozar las mismas cotas que las otras. Es una buena consecuencia. No todo tiene que ser increíble. No está de más encontrarse con producciones más modestas, más tranquilas, pachangueras.

Persona 5 Tactica está aquí y no pretende irse. En tus manos está tocarlo o no tocarlo. Desde luego, no se trata de una parada obligatoria, puedes continuar perfectamente tu vida sin ponerle las manos encima, pero no te hará daño bajar un rato del tren y echarte unos combates. Los Ladrones Fantasma siempre alegran el rato y es una buena forma de ir haciendo estómago antes de digerir ese inminente remake de la tercera entrega.


Esta crìtica ha sido realizada con una copia digital para PS5 cedida por PLAION España.