Una faceta más personal
Quizás las palabras que estoy por decir no reflejen el pensar de quien esté leyendo esto y, si es así, me temo estar exponiendo mi faceta más personal un poco más de la cuenta. Esa que tanto trato con tanto cuidado de ocultar, incluso de mis seres más queridos, porque especialmente a ellos es a quienes es más difícil de explicar la soledad que traigo arraigada en mi interior desde que tengo uso de memoria. Porque si hay gente con la que tienes una relación de mutuo amor, ¿entonces por qué de repente te sientes solo? ¿Por qué a veces en la noche no puedes cerrar los ojos ya que sabes que no servirá de nada más que aumentar la ansiedad del saber que no podrás dormir por la inquietud de sentir aquella soledad -quizás inmerecida- de saber que nadie terminará de entenderte del todo? Quizás sea miedo a que, en realidad, la gente te entiende mejor de lo que te gustaría admitir, de que careces de ese nivel de profundidad mayor al cual tanto refugias y que realmente solo estas ocultándote a ti mismo el miedo de ser una persona superficial, poco interesante y nada especial. Sea como sea, ese sentimiento de soledad no se va. Está ahí cuando no hay nadie cerca, está ahí -aunque considerablemente más oculto- cuando pasas el tiempo íntimo con alguien a quien quieres mucho y, cuando está más presente que nunca es cuando te encuentras rodeado de una multitud de personas que conversan entre sí de una manera que tú dudas poder establecer con cualquiera de ellos; todos se conocen mejor entre sí que tú a ellos. ¿Es porque no les interesas o porque tu te cierras a ellos? ¿Importa acaso, al final del día, si es lo uno o lo otro? Porque al estar solo la ausencia se vuelve una presencia asfixiante que no deja espacio para nada más.
En Persona 4 controlamos a Yu, quien, tras un hecho que no queda del todo claro, debe vivir con su tío y prima durante un año en el pequeño pueblo de Inaba. Ahí conocerá a diferentes personajes con los que podrá establecer una relación amistosa e incluso amorosa; muchos serán sus compañeros de colegio. Con el paso del tiempo, eso sí, se va notando la presión del mismo. Cada mes que pasa nos acerca más de forma lenta pero inevitable al momento en el que Yu deba volver a su ciudad natal y despedirse. Esto es traído a colación en varias ocasiones, agriando incluso las conversaciones más alegres y los eventos más especiales de la pandilla. Asimismo, sin importar con quien se empareje el silencioso protagonista, siempre la relación tendrá una fecha de vencimiento pues, como he mencionado, Yu debe marcharse de Inaba; debe volver con su familia. Después de todo, sigue siendo solo un adolescente.
Pero es más en los habitantes del pequeño poblado donde se narran los hechos de Persona 4 donde se nota aquella oscura nube de soledad cerniéndose sobre sus cabezas. Nanako, la prima del protagonista, pasa todos los días sola en casa a pesar de su corta edad. Su madre murió en un accidente de tráfico hace unos años y su padre, Dojima, trabaja como detective, y dados los hechos transcurridos durante el juego, no puede evitar sino pasarse los días enteros trabajando. Es común escuchar un “bienvenido a casa, hermano mayor”, de parte de una alegre Nanako cada vez que llegas a casa después del colegio. Y a pesar de que el tiempo apremia en el juego, no se puede evitar sentir cierta presión al salir de noche, dejándola nuevamente sola en aquella casa, frente al televisor como todos los días. Puedes pasar tiempo con ella, sí. Pero esto llega incluso a agravar la sensación de soledad que emana la pequeña Nanako cuando te vas acercando a ella y notas lo triste que está por la pérdida de su madre y, por sobre todo, por su ausente padre, quien además se ha cerrado emocionalmente tras la muerte de su esposa.
La sensación de soledad en la casa de los Dojima empeora cuando, en un punto del juego, Nanako ya no está presente en casa. Ya nada te recibe en casa más que el ruido de la puerta deslizándose sobre la madera, tal y como la llevas escuchando durante ya más de un centenar de veces. En estos días ni Nanako ni Dojima están allí para pasar tiempo con el protagonista. Pero él debe seguir haciendo su vida tal y como lleva haciéndola porque, después de todo, siempre habrá otro día de colegio, otro periodo de exámenes u otro sospechoso en el caso que Yu y sus amigos vienen investigando desde el principio del juego.
Esta marcada soledad no solo está en Yu y el resto de residentes en la casa de los Dojima; también en variados personajes de Persona 4.
Si, por ejemplo, comenzamos a trabajar en el hospital, no tardaremos en conocer a una anciana viuda que nos afirmará ser la Muerte. Pero si hacemos el esfuerzo de conocerla, nos daremos cuenta que es solo una mujer sufriendo el luto tras haber perdido a su esposo, sintiéndose culpable por haber sobrevivido. La enfermera Sayoko, quien trabaja en dicho hospital, también pasa sus turnos nocturnos completamente sola, siendo incapaz de conectar con sus compañeras de trabajo por su actitud hostil producto del bagaje emocional que acarrea desde hace tanto tiempo. Marie – disponible solo en la versión Golden del juego – sufre por no conocer ni su pasado ni nada sobre el mundo exterior, lo que la distancia de todo y todos, encerrada en la Velvet Room.
Por último, qué mejor ejemplo sobre esta falsa profundidad que temo sufrir que un enemigo a quienes los protagonistas se enfrentan. Cuya sombra es un cascarón vacío, carente de personalidad y emociones, la cual va en directo contraste con todas las sombras presentadas anteriormente, las cuales reflejaban los sentimientos ocultos de los personajes realzados al máximo. En el caso de este sujeto, se presenta la nada; un vacío que él, con su propia sensación de grandiosidad, no puede evitar sino rechazar tajantemente. Pues él es importante; él es auténtico, ¿o no es así?
Persona 4 trae a la mesa temas como la soledad, el auto aislamiento, la tragedia de una relación que no tiene futuro, el luto y el vacío interior. Pero más allá de presentar estos temas y dejarlos allí sin atenderlos, los combate. El mayor miedo de un personaje es que no lo acepten tal y como es y, si avanzas con su historia podrás ver cómo éste evoluciona para dejar de temer que los demás lo conozcan tal y como es y simplemente exponer su pasión al mundo. Por mucho que una relación tenga una fecha de vencimiento, eso no detiene a Yu junto a la pareja que escoja a aprovechar el tiempo que tengan disponible, además que siempre estará la posibilidad de verse de nuevo; son jóvenes y tienen todo un futuro por delante después de todo. Nanako finalmente hace muchos amigos y se acerca más que nunca a su padre según van desarrollándose sus historias, así mismo éste aprende a compartir el dolor de haber perdido a su esposa y a aceptarlo junto con su hija y con su sobrino Yu. Pero estos son solo algunos ejemplos de un patrón que se repite entre personaje y personaje, pues Persona 4 no agoniza en la soledad y su infinito vacío, sino que la combate con una sonrisa de esperanza y actitud positiva.