Más espacio, más mundo, más skate
A principios de 2014, el equipo de Roll7 junto a General Arcade lanzaron su aportación al género del skateboard, OlliOlli, que no tardó en hacerse un pequeño lugar en las librerías de los aficionados a la versión virtual de este deporte. ¿La estrategia? Reducir al mínimo todos los elementos del patinaje, centrándose en potenciar sus bases. Tanto a nivel artístico como a controles respecta, OlliOlli apostó por un estilo simplista. Un apartado visual que emula una suerte de pixel art donde los fondos, más difuminados soportan toda la carga estética y en la zona anexa al jugador los elementos no útiles brillan por su ausencia. Todo sirve. Una barandilla es una perfecta zona de grindeo, unas escaleras son una trampa mortal en caso de que no estemos preparados para saltar. Un año después, OlliOlli 2 tomó el relevo, esta vez de la mano de Devolver Digital como distribuidor. Esta secuela optó por mejorar las bases de la primera entrega, puliendo el apartado manteniendo un aspecto similar a su predecesora, pero más atractivo. Nada más y nada menos que 7 años después (este 8 de febrero), llega la tercera parte de la saga: OlliOlli World, que repite la misma premisa que en el caso anterior, pero dando un salto al 2.5D, que le sienta de maravilla.
Hace ya unos cuantos años desde mi última toma de contacto con la saga OlliOlli, de forma que la imagen mental que tenía de esta derivaba de forma notable de la real: en mi mente, tanto el primer como el segundo título eran preciosos, un regalo para la vista en forma de terrenos patinables, de forma que cuando pude ver las primeras escenas de esta tercera parte, con el nuevo apartado visual en dos dimensiones y media, me pareció un error garrafal, un cambio que no hacía justicia al confort que transmitían los espacios pixelados de las anteriores entregas. No ha sido hasta ahora, que he tenido la oportunidad de disfrutar de los primeros compases de esta aventura, y compararlos con las anteriores entregas que he descubierto cuan equivocado estaba. Como ya hemos comentado, OlliOlli World presenta la misma premisa que sus entregas anteriores, pero cambiado de las dos dimensiones a dos y media, que traducido a gamer significa que es un juego en 3D, con desplazamiento lateral y varios niveles de profundidad. De igual manera el título también innova añadiendo una historia la cual se desarrolla entre nivel y nivel, diseño de personajes y modo competitivo.
Una tabla para dominarlos a todos
Respecto al apartado narrativo, no podemos esperar demasiado de un juego cuya misión es dejarnos patinar por todo lo que sea mínimamente patinable, pero el trabajo realizado a la hora de dotar de historias y personajes los terrenos por los que nos desplazaremos no es algo a menospreciar. En esta ocasión no somos un skater cualquiera, si no que estamos destinados a convertirnos en la próxima leyenda del patinaje, necesitando para ello patinar y patinar hasta conocer a los dioses del skate, cada uno escondido en una zona distinta del juego, para ganarnos su favor. De esta manera nuestra leyenda progresará conforme avancemos por los distintos escenarios del juego, escenarios que destacan por su variabilidad de unos a otros: pasaremos por zonas costeras llenas de turistas y parques donde hacer skate, bosques encantados con árboles andantes y muchas más que podremos disfrutar en la versión final. Si bien se sigue manteniendo la estética minimalista en el apartado visual (puesto que se aboga por un estilo low-poly a la hora de diseñar personajes y escenarios), el entorno se encuentra mucho más cargado de detalles, que son absorbidos sin problema por esa dimensión extra, añadiendo también nuevas formas de patinar. Es aquí donde mayor es el cambio, puesto que al contar con terreno delante y detrás del jugador, las formas de desplazarse, de avanzar y desde luego de patinar son mucho más amplias que en entregas anteriores.
Lo que no ha cambiado es el sistema de juego, que mantiene esa simplicidad que le dota de estilo. Con un botón aceleraremos en nuestra tabla y moviendo el joystick derecho podremos ejecutar todo tipo de trucos, desde unos más simples con desplazamientos cortos a otros más avanzados donde tendremos que “dibujar” todo tipo de figuras con la palanca. Junto a esto, el uso de botones extra nos permitirá realizar los trucos más complejos del catálogo. Todo este sistema termina formando una danza de saltos y aterrizajes, de subidas y bajadas que cuesta poco de aprender, pero puede llevar un tiempo dominar. Por suerte, para completar las exigencias básicas del título, no es necesario convertirse en un maestro de la tabla, basta con tener algo de reflejos para clavar los aterrizajes.
La calle es tu gimnasio
Lo interesante de esta entrega, es que debido al cambio dimensional ya no contamos únicamente con el suelo para desplazarnos, sino que paredes y elementos del entorno pueden ser una superficie para patinar, lo que aumenta la forma en la que poder asombrar al público con trepidantes combos con los que aumentar nuestra tabla de puntuación. Ese cartel publicitario de la esquina deja de ser decoración y pasa a ser un elemento con el que unir el camino entre una barandilla y un tablón de madera hacia la meta. Junto a esto, aparecerán bifurcaciones y diferentes caminos en cada nivel, aumentando las posibilidades a la hora de hacer acrobacias. De forma habitual, uno de los desvíos presentes nos llevará a una zona “extrema” donde la dificultad será superior, pero también lo serán los elementos que nos permitirán realizar todo tipo de acrobacias y aumentar nuestro medidor de puntuación.
Como en las anteriores entregas, completar un nivel tan solo será una parte del viaje, puesto que cada pantalla se encuentra acompañada de una serie de desafíos extra de tres tipos distintos: completar la fase sin usar puntos de control, cumplir una serie de misiones (diferentes en cada zona y posiblemente la tarea más complicada de las tres) y completar el nivel superando las puntuaciones de los campeones. Cumplir estos requerimientos nos premiará con distintos elementos para customizar nuestro personaje, ya que a diferencia de previas entregas, podremos diseñar el aspecto de nuestra nueva leyenda del skate, por una parte con peinados y todo tipo de prendas y por otra con poses y movimientos básicos. De esta forma la duración del juego puede variar notablemente, de aquella persona que se conforme con superar cada una de las zonas a aquel que quiera completar todo lo que el juego pueda pedirle. Pero en cualquiera de los casos, la mecánica del título conforma una experiencia muy rejugable para aquel que sólo desee olvidarse del mundo exterior y patinar por un rato.
Patinar, eso es todo
OlliOlli World aparece para tomar riendas de un estilo de juego muy concreto, el de permitir a todo aquel que lo desee disfrutar el patinaje, sin todas las complicaciones que presentan los títulos más realistas. El mundo de Radlandia es un entorno para escapar de las complicaciones del día a día y disfrutar de una vida más simple, donde lo único que importa es tener ganas de patinar un rato. Más colorido y mimado, se trata de la versión evolucionada de la experiencia clásica, y no defraudará a los seguidores de las anteriores entregas ni tampoco a todo aquel que tenga ganas de hacer unos cuantos ollies.