"Be miserable"
La crisis económica, la ciencia-ficción, la Luisiana más decadente, el gótico sureño. Son muy pocos los cimientos sobre los que se construye NORCO, pero más limitadas aún son las herramientas que utiliza para tejer y edificar su narración: un esquema point and click, un par de puzles que tampoco buscan acaparar más relevancia de la cuenta, y una interfaz por y para la prosa, interesada por atiborrarse de todo el (hiper)texto que le sea posible. Con ello, el título se sirve y se sobra para ofrecer una de las experiencias más dramáticas y dolorosamente reales que el medio ha experimentado en el último lustro. Una historia condensada en no más de seis o siete horas que merece la pena conocer y vivir, ya sea en la plataforma en la que se lanzó originalmente, o ahora con su relanzamiento en consolas.
Es curioso —en primera instancia, incluso, contraintuitivo— adentrarse en la representación que propone NORCO con un mando entre las manos, brindando una sensación extremadamente familiar, previamente experimentada con las adaptaciones a consolas de obras como VA-11 HA-11 A. Una vez superado el choque inicial, transitar por sus espacios y misivas se propone como un ejercicio orgánico, en gran parte gracias a las numerosas mejoras de calidad de vida introducidas (por ejemplo, pese a la presencia de un cursor virtual asignado al stick izquierdo, podemos acelerar y decelarar su velocidad con tan solo presionar uno de los gatillos izquierdos). En caso de que el cursor se nos haga confuso o especialmente incómodo, también puede utilizarse el pad direccionar para transitar por los diversos spots de la interfaz. Todo coexiste, además, con un sistema de accesos directos, mediante el cual podemos abrir menús o alcanzar instantáneamente determinados puntos de la pantalla a través de asignaciones del mando, así como con la posibilidad de automatizar acciones, algo especialmente útil en algunos de los minijuegos presentes que no fueron concebidos para ser jugados en una consola.
A nivel de rendimiento, como podréis imaginar, hay muy poco [de valor] que se pueda decir. Todo está donde debería de estar.
Llegar a consolas podría traducirse en muchos casos como un sinónimo de relativo éxito, especialmente cuando tal movimiento está asociado a títulos tan propios del ordenador como el que protagoniza estas líneas, o a los que es reminiscente, los cuales han corrido antaño la misma suerte. La aventura gráfica de Geography of Robots recuerda inevitablemente a algunos de los fenómenos independientes de los últimos años. Es sencillo trazar líneas entre ella y Disco Elysium, o Kentucky Route Zero, mas no porque exista una cierta similitud temática, artística o tan siquiera estructural, sino porque las tres son obras movidas por una inquietud intelectual, con un potente acercamiento a la política, a la cultura y a la humanidad, y con una sensibilidad irónica, impropia de un medio compuesto por unos y ceros. Aventuras que buscan y ansían no solo ser contempladas sino también coescritas, y que, en palabras de Jaime San Simón, logran “acertar con precisión milimétrica en los ritmos, deslizando su contexto poco a poco y acelerando vertiginosamente en el tramo final“.
Allá donde queráis, disfrutad de NORCO, y, especialmente ahora que el título goza de una salud técnica envidiable y de una localización exquisita a numerosos idiomas (entre los que se encuentra el castellano), apoyad su propuesta como si fuese la última de su especie. Nuestro último verano en Luisiana.