La veterana resiste contra viento y marea
Hace meses ya hablé de las posibilidades que tenía Nintendo para suceder a Nintendo 3DS, tanto con una sucesora al uso como simplemente aceptar el carácter portátil de Nintendo Switch y hacer del dispositivo el único foco de la compañía. Este año se cumple el octavo aniversario del lanzamiento de la consola, y pese a que sus ventas son bajas (e incluso han vuelto a descender), Nintendo se resiste a jubilar a la veterana consola. En una sesión de preguntas y respuestas con los inversores de la compañía, Shuntaro Furukawa, presidente de la compañía, afirma que el mercado correspondiente a la consola ha decrecido más rápido de los que esperaban, pero que mantendrán su apoyo ante la consideración de que sigue siendo una excelente opción de cara a convertirse en la primera consola de muchos consumidores, gracias a su bajo precio, su gran catálogo (y con mucha variedad incluso para los más pequeños) y la posibilidad de dar el salto más tarde a Switch.
Han pasado años desde que la irrupción de los teléfonos móviles y demás dispositivos inteligentes supusiera un gran golpe para el mercado tradicional de los videjueogos (especialmente para Nintendo, que durante la época de Wii y Nintendo DS se centró en exceso en ese público casual que partiría con dichas opciones que no requerían un desemboslo adicional), y aunque es innegable que Nintendo 3DS ha cumplido con las expectativas a nivel comercial, tampoco puede llegar a compararse con su predecesora, que prácticamente la duplica en ventas, y ni mucho menos hay que hablar de Wii U respecto a Wii.
Además de la competencia extra, otro aspecto que afectó a Nintendo 3DS, además de diferenciarse poco respecto a la Nintendo DS original (el efecto 3D al final siempre quedó como algo anecdótico en la mayoría de títulos, con unas pocas excepciones) fue un catálogo más reducido. A los infinitos lanzamientos enfocados directamente al público casual le sucedieron propuestas diferentes, enfocadas a la eShop, una de las novedades que si llegaron con el salto a la siguiente generación. Sin embargo, ¿por qué mantener el apoyo a un dispositivo que solo va a recibir 3 títulos “relevantes” este año?
En la variedad está el gusto
Si hay algo que ha caracterizado desde siempre a Nintendo con sus portátiles son las prácticamente continuas revisiones que ha lanzado para que cada jugador pueda optar por la que más se ajuste a sus gustos (no solo a nivel estético, si no a nivel de funcionalidades), y lo cierto es que, omitiendo los enfados de algunos consumidores que dejan de ver su compra como la última novedad, amplían el espectro de jugadores que pueden estar interesados en su compra. Sin embargo, por su actual interés en servir como punto de entrada a la industria, lo más lógico es impulsar (en la medida de lo posible) la línea 2DS, más barata y sin el efecto 3D, que puede resultar más atractiva de cara a los padres.
Sin embargo, el paso que falta para cumplir los planes de Furukawa es la transición a la opción de sobremesa. Al igual que han hecho con Pokémon Let’s GO, que ha servido como transición del juego de móvil al de consola en muchos casos, ese aliciente de momento no existe con la portátil, más allá de alguna excepción con la saga Monster Hunter, y que tampoco va más allá de poder compartir la partida guardada, sin más interacción posible entre consolas. Por más que un nuevo lanzamiento se antoja inviable para la línea Nintendo 3DS, entre los lanzamientos que llegarán este año a Nintendo Switch debería darse este tipo de comportamientos, como por ejemplo con la nueva entrega de la saga Pokémon o la correspondiente a Animal Crossing, para utilizar algunas de sus licencias más potentes como llamada a dichos usuarios.