El cielo está enladrillado
Nintendo siempre está a la vanguardia, tan a la vanguardia que va por detrás del resto en el apartado técnico y aun así consiguen que el resto se fijen en ella. La empresa que nunca ha perdido su alma juguetera sabe a lo que va, y pese a ser más conservadora en la forma de trabajar que el resto de sus competidoras, sabe dar ese toque mágico que mezcla lo nuevo con lo viejo que muy pocos son capaces de servir. Por supuesto, ha cometido sus errores en el pasado, pero aún así supo mantenerse y luchar contra viento y marea para seguir a flote. Poco a poco se ha ido abriendo con propuestas como el mercado móvil, donde aquellas palabras de “cuando Nintendo muera sus IPs morirán con ella” quedan lejanas, pero que han conseguido superar afrontando ese terrible miedo que toda empresa tiene: que otro venda más que tú.
Por supuesto, esto no quita que tenga que hacer ciertos sacrificios: el hardware, como he dicho, es claramente inferior, pero qué queréis que os diga, DOOM se sigue viendo espectacular en la portátil de Nintendo. Además, a viejos males, viejos remedios, como Nintendo Labo o Ring Fit Adventure, de cartón y un hula hop que recuerda a esos tiempos (para algunos oscuros) de Wii Fit. Donde sí que parece que no se quieren meter es en el juego en la nube, o al menos eso ha dicho su presidente Shuntaro Furukawa a Nikkei. “No esperamos que el consumidor vaya a fijarse en ello mucho hasta dentro de 10 años; en estos momentos, no creo que el hardware físico vaya a desaparecer”, algo que tras Stadia tiene bastante sentido llegar a pensar. El auge de servicios como Xbox Game Pass y que la mayor parte de las ventas de videojuegos sean ya de forma digital nos llevan a un futuro con muchas nieblas difíciles de apartar.
Este es un tema del que se ha hablado un montón de veces, pero es algo que hay que asumir de una vez por todas: el juego físico se está muriendo. Los juegos ya ni siquiera vienen con un instalador si estás en PC, simplemente vendrá parte en el disco y una clave para bajarte el resto. ¿Es una pena? Sí. ¿No estás comprando un producto real? Por supuesto, solo compras el acceso. ¿Lo hemos aceptado? También. El streaming tiene aspectos muy positivos, como la accesibilidad, y otras malillas que no llegan a molestar hasta que no te pegan en la cara, como que se cobra muy poco por ello. Hasta qué punto es lícito piratear un juego cuyo acceso has comprado para tenerlo en físico o en un disco duro ya depende de la moral de cada uno y de las leyes actuales, pero, de nuevo, hemos accedido a ello. Ya vendrán las risas cuando caiga Steam, porque dudo mucho que nos dejen descargar todos los juegos y guardarlos en nuestros discos duros.
El juego en la nube tiene sentido desde una perspectiva de alquiler, no de compra, y entiendo que Nintendo no quiera meterse en esto por ahora ni le dé tanto valor, como ha pasado con la Realidad Virtual. Se están intentando forzar nuevos conceptos antes de tiempo y venderlos como el siguiente paso lógico, y quizá lo sean, pero no es el momento adecuado para de la noche a la mañana decir “tomad, para vosotros”. Todo lleva un camino y si no se lleva con cuidado nos queda, de nuevo, algo como las VR, a merced de aquellos que pueden permitírsela. Half-Life: Alyx va a generar muchos ingresos a Valve solo por los cascos, y hasta que no se encuentre lo mismo para el mercado de la nube que no sea sólo una suscripción la cosa va a seguir muy verde. Sea más pronto o más tarde, el final parece más que escrito, pero intentar llegar cuanto antes no es la mejor opción, ya que cuanto más pesado seas más probabilidades tienes tanto para convencer como para que se cansen de ti, y eso no le haría gracia a ninguno de los que han invertido en ella.