Paper Mario abre la veda
Por más que la situación a nivel mundial haya cambiado en gran medida por la pandemia del COVID-19, si hay una industria que aparenta estar menos afectada (y que resulta incluso beneficiada, al menos a nivel de negocio) es la del videojuego, al menos de puertas para fuera. Habrá lanzamientos futuros que se retrasen, pero en su mayoría se trata de proyectos que aún nos son desconocidos, mientras que situaciones tan complejas como la llegada de las consolas de nueva generación, con Xbox Series X y PlayStation 5, parece de momento ser inamovible. Y un poco en medio de toda esta situación se encuentra Nintendo, de cuya aparente inactividad llevamos hablando ya un tiempo, tanto por su decisión de no hacer un Nintendo Direct en el mes de junio (básicamente, su aportación al E3) como por la falta de lanzamientos anunciados para Nintendo Switch en lo que queda de año.
Y así, apareciendo de la nada, llegó el anuncio de Paper Mario: The Origami King, con fecha de lanzamiento a 2 meses vista, y que parece que va a ser la estrategia a corto plazo, volviendo a los tiempos más oscuros de Wii U, en los que, en vez de anunciar humo del futuro, se centraron en anunciar cosas a corto plazo. Sin embargo, seguramente debido al éxito comercial de Nintendo Switch, ese rumbo a cambiado. Metroid Prime 4, si sigue vivo y con esperanzas de salir del coma en el que parece inmerso, o The Legend of Zelda: Breath of the Wild 2, no parece que vayan a llegar a la consola híbrida precisamente pronto, remarcando este giro estratégico de dejar atrás los Nintendo Direct y pasar a acción más directa.
No soy precisamente un experto en publicidad, y no conozco el impacto que tienen las reservas en las cuentas financieras de Nintendo, pero este tipo de decisiones, más allá de prácticamente hacer que sean inútiles, con tan poco tiempo hasta el lanzamiento. Pero también, y esta es la parte que a los accionistas les importa poco, pero mucho a los jugadores, es el factor sorpresa con el que puede jugar Nintendo de cara a esta campaña navideña. Sin contar las remasterizaciones de Super Mario con motivo de su 35 aniversario (que en principio serían de Super Mario 64, Sunshine, y la pareja de Galaxy), y posibles nuevos anuncios relacionados con el fontanero, las posibilidades ahora quedan abiertas a la imaginación.
Si Paper Mario, que tuvo entregas mediocres en Nintendo 3DS, ha vuelto, ¿eso abre la puerta a otras franquicias como F-Zero, por decir una de las grandes ignoradas de los últimos años? ¿Kid Icarus, que tan buen resultado dio en la (aún no difunta) portátil? ¿Star Fox, que regresó brevemente en Wii U? ¿Nuevas posibilidades con Nintendo Labo? ¿Un nuevo título de Super Mario, bien en 3D, como secuela de Odyssey, o con la clásica fórmula de 2D? Creo, sinceramente, que lo único que puede considerarse imposible es algo relacionado con Pokémon, que sí ha dejado claros sus planes para este año.
No quisiera ser yo el primero en lanzar las campanas al vuelo, pero si en el ciclo pasado llegamos a ver a una Nintendo lanzando la casa por la ventana en el sentido de que cualquier propuesta podía llegar a hacerse real, ahora mismo, en una situación mucho mejor para sus intereses, puede implicar rienda suelta a la creatividad, no teniendo que dejar ese nicho en exclusiva a los proyectos independientes que empiezan a acaparar para sí la eShop. Solo el tiempo hablará, pero desde luego, la senda iniciada por Paper Mario es como mínimo interesante para toda la comunidad de usuarios, excepto para los acérrimos de los Nintendo Direct, evidentemente.