Tyrone, yo creía que molabas
La ola de declaraciones sobre empresas abusivas no cesa, y parece que su estela continúa por el mercado indie. Si la semana pasada era Chucklefish, esta vez le ha tocado a una distribuidora de renombre que, sinceramente, no me vi venir. Nicalis ha sido la siguiente en verse con el agua hasta el cuello, concretamente hasta el cuello de Tyrone Rodriguez, el presidente y fundador de la empresa. Ya se habían escuchado ciertos rumores sobre retrasos de lanzamientos como consecuencia de una falta de comunicación entre la distribuidora y distintos desarrolladores indie, pero nunca con tanta fuerza. Han salido a la luz declaraciones de antiguos trabajadores de Nicalis y desarrolladores que trabajaron con ella, y no solo hay un serio problema de comunicación por parte de Nicalis (llegando a semanas de silencio), sino que también es un lugar poco agradable para trabajar.
Game publisher Nicalis, successful for smash hits like Cave Story and Binding of Isaac, has a dark side. A Kotaku investigation reveals employee exploitation, mismanagement, and a whole lot of workplace racism from founder Tyrone Rodriguez. My latest: https://t.co/S6U8RghwOO pic.twitter.com/btXZmWPPu8
— Jason Schreier (@jasonschreier) September 12, 2019
Según estos antiguos trabajadores, era recurrente en Rodriguez comentarios vejatorios hacia los trabajadores si no se hacía lo que él exigía, así como trozos de conversaciones en Skype donde suelta comentarios de carácter racista y homófobo. A su vez, se le describe como un jefe bastante controlador, llegando a pedir a sus empleados que se sienten de una determinada forma, incitarles a beber grandes cantidades de alcohol o vigilando sus cuentas en redes sociales y pidiéndoles que no interactuaran con ciertas personas. Las quejas de las desarrolladoras vienen también en referencia al ghosting recibido por parte de la distribuidora, llegando a no cerrar un acuerdo sobre el port de Enter the Gungeon para PS4 y de Furi para Switch. Esta falta de comunicación también ha afectado al lanzamiento de algunos parches, como es el caso de Wonder Boy: The Dragon’s Trap en 2018 y más recientemente el de Save Me, Mr. Tako.
Por supuesto, Nicalis ha respondido frente a estas acusaciones diciendo que no se apoya ninguna forma de abuso o discriminación en el entorno de trabajo de la empresa y que siempre han trabajado duro por crear un sitio en el que se respete a su plantilla.
El que también ha hablado es Edmund McMillen, que en un email a Kotaku declara que no colaborará con la distribuidora para el port de The Legend of Bum-bo ni en los correspondientes a Mewgenics. Sin embargo, el lanzamiento de Repentance, expansión de The Binding of Isaac: Rebirth, seguirá según lo planeado al estar tan cerca de la fecha de este.
Creo que podemos sacar dos conclusiones de todo este caso, al menos dos que a mí me van a servir. La primera es que el hecho de que salgan tantos trapos sucios de estas empresas es algo bueno, ya que no solo nos hacen más conscientes de qué sucede realmente tras el lanzamiento de un juego, sino que ayuda a que otros trabajadores de la industria también alcen la voz en esto y que tenga una repercusión real. La segunda es que no todo es bonito y que puedes esperarte cualquier cosa en cualquier momento. Creo que muchos teníamos una buena concepción de Nicalis porque tienen pinta de enrollados y hay muchos colorines y píxeles, pero no deja de ser el adorno de una empresa. Mola que Devolver tenga ese punto cómico a la hora de anunciar sus juegos o hacer comunicados, o que Nintendo nunca se tome en serio y sea capaz de bromear con el apellido de su CEO americano, pero siguen siendo empresas, no amigos. La empresa tiene como objetivo ganar dinero, y cuanto más bonito te lo pongan mejor, pero llegan esos días en los que, de repente, se demostrará que aquello que creías tan puro en verdad era una fachada, y si no me creéis, preguntádselo a Rockstar que sabe algo del tema.